Adaptándose a las necesidades
Las vicisitudes y cavilaciones empresariales dentro de la industria del videojuego siempre han sido objeto de debate, rumores y teorías fans que, al final, suelen saldarse más pronto que tarde a golpe de talonario, aunque a menudo uno se empeñe en pensar que el medio sería más rico (al menos en valores) cuanto más accesible y transparente sea. Si ayer hablábamos de Sony a causa del secretismo que ha llevado a los desarrolladores de Returnal a conocer el precio de su obra a la vez que los jugadores, hoy lo hacemos para reflexionar sobre las implicaciones de un nuevo movimiento, ya anticipado pero que sigue dando de qué hablar: la llegada de exclusivos PlayStation a PC.
Seamos sinceros. La mayor baza de la que la empresa nipona ha dependido durante años ha sido el asunto de la exclusividad. Tan numerosas como queridas han sido las obras que han aparecido a lo largo de las últimas generaciones en la plataforma de Sony que han llegado a condicionar, con sus contrapartidas en Microsoft y Nintendo, el mercado del videojuego en consola, movilizando a millones y millones de jugadores para decantarse por un sistema de juego u otro. Pero los tiempos que corren son tiempos de cambio. El asunto de los juegos en formato físico se antoja, cada vez, más dudoso, estandarizando lo digital hasta el punto en que, para muchos, la diferencia entre un PC o una consola se centra en la dificultad de colocarla en el salón. Por otra parte, el incremento sustancial en los precios de los títulos para nueva generación lleva a muchas personas a replantearse seriamente el hecho de “dar el salto”, o bien esperar a rebajas futuras.
Desde hace un par de días se puede observar en Steam que Sony ha obtenido su página oficial de “PlayStation Studios”, donde aparecerán todos los títulos que la compañía pondrá a la venta en la tienda de Valve. La curiosidad viene con que, más allá de la promoción sobre Days Gone, que verá la luz mañana, día 18, para los jugadores de ordenador, hay otra serie de elementos ocultos, haciendo un total de 41, de los que solo son visibles 24. Más allá de los DLCs, que también forman parte de este recuento, de Horizon Zero Dawn, Helldivers y Predator: Hunting Grounds, existen unos 17 contenidos que, de momento, son un completo misterio.
La llegada de títulos marca PlayStation a PC es inevitable, tal y como ya ha anunciado la compañía en diversas ocasiones. Por una parte, dejar de lado las IPs que salieron, por ejemplo, en PS4 y que, en líneas generales, ya no dan rédito económico, sería un error. Más aún pudiendo aprovechar la existencia de otros mercados como el de PC para garantizar nuevas ventas. Por otro lado, esto mina, en cierto sentido, la sensación de exclusividad que Sony presentaba con sus franquicias, lo que deja a muchos usuarios menos interesados por lanzarse a por una PS5 si, en unos años, sus títulos aparecerán también por ordenadores.
Tal vez el movimiento lógico pase por la exclusividad temporal, garantizando uno o dos años en la consola de la casa, pero buscando un reflote de ventas una vez el pico inicial comience a perder fuelle. Además, plantear esto de cara a la nueva generación que está comenzando proporciona margen para ir optando, en una primera oleada, por los títulos de la generación pasada. Así, tal vez veamos el ansiado Bloodborne en PC, acompañado de títulos emblemáticos como God of War o el reciente Ghost of Tsushima que se unirían a la estela iniciada por Horizon Zero Dawn y de los cuales existen numerosos rumores.
El futuro de la industria es difícilmente predecible a largo plazo, pero en escalas cortas también se antoja difuso. La dualidad exclusivo + PC siempre parece algo ambigua y, además, hemos de contar con que el gigante Microsoft tiende a solucionar a base de talonario, como recientemente sucedió en la adquisición de Bethesda, llevándose para sus plataformas una serie de exclusivos del más alto nivel. La pérdida de estas franquicias, antes multiplataforma pero ahora en manos de la gestión de Microsoft, pone en una posición peliaguda a Sony, que ya no dispondrá de, por ejemplo, Starfield, el siguiente gran título de Bethesda, previo al esperadísimo The Elder Scrolls VI. Frente a esa competencia, ¿diluir la exclusividad en pro de alcanzar un mayor número de ventas en diferentes plataformas es lo adecuado? ¿Conviene recurrir a exclusivas temporales o sería mejor no arriesgarse a perder el tirón de usuarios que compren la nueva consola? Parece que, como suele suceder en estos casos, solo el tiempo lo dirá.