Dos años perdiendo dinero y los que quedan
La comodidad nos hace conservadores. Mantener lo que nos ha beneficiado pasa a ser lo correcto si hemos tenido la suerte de estar en el lado “bueno”. Con estas declaraciones no quiero atacar ni centrarme en algún aspecto concreto, pues la idea que quiero dar es que los humanos, o más bien las sociedades que conformamos, va a buscar por norma el bien, ya sea individual o grupal, y se enfrentará a los cambios si estos no terminan de ser beneficiosos. En el mundo de los videojuegos pasa algo parecido, y un ejemplo claro lo vemos en la figura de los indies, repudiados antaño, y aunque actualmente pensemos que han logrado hacerse un hueco, estamos bastante alejados de la realidad, pues normalmente quienes leen estas líneas no pertenece al grueso de los jugadores. Debemos de tener en cuenta que la mayoría de estos se mueven en ámbitos más grandes, y rara vez salen de ciertos tipos de títulos, lo cual no es negativo, pero no deja de ser el vivo ejemplo de que, aunque una parte haya cambiado su visión respecto a un tipo de videojuegos, estos no representan la totalidad de una amplia comunidad. Sin embargo, el caso es algo distinto, pues, aunque de videojuegos va la cosa, ni de lejos podemos añadir el título indie, y es que parece que algunos documentos propios de la Epic Games Store han mostrado amplias pérdidas en los años 2019 y 2020, concretamente de unos 181 y 273 millones de dólares respectivamente.
Esta noticia llega para actualizar el estado de una tienda polémica como ella sola, y gran parte de estas pérdidas tienen que ver con las inversiones y movimientos realizados por ella misma. Los títulos con exclusiva temporal, por ejemplo, supusieron un total de 444 millones de dólares, una gran suma que se destina a los estudios, y a la que deberemos de añadir las ventas de los títulos en cuestión. Los juegos gratuitos o las ofertas cuanto menos suculentas también supondrán un gasto a tener en cuenta, aunque de primeras no aparece reflejado en el documento. Todas estas pérdidas se esperan ver recuperadas en los próximos años, siendo aparentemente 2023 el año clave para ello, donde se dará la vuelta al asunto, mientras que 2021 supondrá otro año más de pérdidas. Pero no creo que sea algo que nos deba preocupar, ya que si fuera cualquier otra empresa estaría en una situación delicada, pues tales gastos a posteriori demuestran que desde Epic Games Store siguen una línea de marketing excesivamente agresiva para atraer a los usuarios, y parece que funciona, pues mientras que en 2019 contaban con 32 millones de usuarios activos mensuales, en 2020 se han plantado con 56. A pesar de ello, sus ingresos siguen ahí, ya sea con el todavía popular Fortnite, ya sea con las ventas en la tienda, o por su motor Unreal Engine, el cual sigue mejorando a grandes pasos y continúa arrasando.
Viendo o visto, no son pocos los que han celebrado esto con una euforia extraña, aparentemente sin sentido alguno pues no sé cuánta de toda esa gente le deba algo a su competidor, Steam, un sin sentido. Llevamos oyendo críticas, en muchos casos justificados, hacia la Epic Games Store desde prácticamente su comienzo, provenientes desde un sector hermano, pues la plataforma de Valve opera en los mismos sistemas. Esta defensa a ultranza de Steam, como podemos ver en el post del propio Tim Sweeney, CEO de Epic Games, no termina de tener sentido para mí, sobre todo cuando vemos cómo se ensalza a Xbox por comprar estudios para que estos hagan títulos en exclusiva para su plataforma, una donde normalmente tendremos que adquirir el hardware o “pasar el anillo” (como alguna vez he visto comentar cuando se ha querido atacar a Epic Games Store) de tener que jugarlo en su plataforma, una no mucha mejor que sus competidores. Esta “defensa” de los monopolios, como he mencionado al principio del texto, es más similar al conservadurismo que a otra cosa, y si encima es en una plataforma tan costumbrista como PC, no nos debería de extrañar.