Al menos, hasta el año que viene
Hace poco hablábamos del triste desenlace de Anthem Next y las consecuencias de los planteamientos de Electronic Arts a la hora de asignar proyectos a los diferentes estudios que tiene en cartera, en los que un fracaso (como es el caso de Mass Effect Andromeda para Bioware) implica, directa o indirectamente, aceptar una propuesta marcada desde arriba, con la que los integrantes estudio no tienen porqué estar cómodos, y que resulte finalmente en un conjunto de buenas ideas mal ejecutadas que da lugar a un perpetuo “podría haber sido…”. Y en un papel aún más reducido se encuentra en la actualidad Criterion Games, cuyo último proyecto propio data del año 2013, con su franquicia icónica, Need for Speed, en manos de Ghost Games desde entonces, y que mantendrá su papel de estudio de apoyo al menos un año más, colaborando con DICE en la nueva iteración de la franquicia Battlefield tras haberse retrasado su nuevo proyecto al menos hasta el año 2022.
Tal y como se ha informado desde Polygon, este cambio de planes se lleva a cabo para compensar los problemas de desarrollo de la nueva entrega de Battlefield (cuyo subtítulo se desconoce por el momento), inherentes a la pandemia y a la obligación de trabajar desde casa, con todos los problemas de coordinación y rendimiento subóptimo que trae consigo dicha decisión. Esta decisión parece haber sido tomada “educadamente” y sin haber forzado al estudio a mantener este papel secundario dentro de la cartera del editor, dada su experiencia apoyando títulos con la propia DICE, como Star Wars Battlefront.
Codemasters joins the battle
Sin embargo, toda esta información se está dando a conocer a la par que se culmina la compra de Codemasters por parte de Electronic Arts. Otro estudio con una gran tradición desarrollando juegos de conducción (con otro enfoque totalmente diferente, pero al fin y al cabo el cambio es ese, el enfoque, no un género completo, como le ocurrió por ejemplo a Bioware con Anthem, cambiando los RPG por los shooter) que bien podría mantener a Criterion Games en un rol totalmente secundario si la nueva entrega de Need for Speed no cumple las expectativas internas.
Aunque aún es pronto para valorar los efectos de la compra del nuevo integrante en la estructura interna de la compañía, el hecho de que Codemasters esté centrado de manera principal en la franquicia anual de los títulos de Fórmula 1 (de manera que Electronic Arts tiene ya prácticamente completa la colección de títulos anuales deportivos), podría desembocar en que las tareas de actualización y cambios menores que llegan año tras año quedaran en manos de Criterion Games, mientras Codemasters puede asumir (parcialmente) nuevos proyectos dentro de la espiral de Electronic Arts, al menos hasta que uno de sus títulos fracase y entre en el mismo ciclo en el que ya se han visto envueltos Criterion Games o Codemasters.
Los interiores de las compañías AAA, especialmente a la hora de trabajar con editores con prácticas como las de Electronic Arts, pueden ser fácilmente los lugares más tóxicos de toda la industria (superando incluso a foros y redes sociales) debido a las consecuencias que pueden tener las acciones de los miembros del estudio, que pueden desembocar un camino de no retorno hasta el cierre del estudio (como fue el caso de Maxis). La libertad creativa es un precio a pagar, pero ¿a cambio de qué?