Barreras de spoilers, experiencias y elitismo
Empezar un artículo con una alerta de spoilers es, para mí al menos, asumir una pequeña derrota. Y es una derrota porque estas palabras las escribo por mi mera pasión por los videojuegos y con ningún interés más allá de que éstas lleguen a la mayor cantidad de gente posible. Por eso el tener que destripar una historia o una experiencia para poder hablar de ella como corresponde es un mal necesario que se debe asumir o que, si se logra evitar, también pierde algo en el proceso al limitarse a hablar sobre la premisa inicial o sobre la punta del iceberg que significó aquella experiencia que nos marcó lo suficiente para querer compartirla con el resto del mundo.
¿Pues cómo hablas sobre como The Beginner’s Guide te hace cambiar tu forma de pensar en la crítica y en la muerte del autor sin inmiscuirte en detalles que, para alguien que no lo haya jugado, podrían arruinarle la experiencia por el simple mero hecho de señalarlos; reconocer su existencia? ¿Cómo puedes recomendar este título encarecidamente con más que la típica frase de “Es que tienes que jugarlo” o “Entre menos sepas de entrada, mejor” sin crear una especie de extraño elitismo alrededor de un título que separa a quienes ya lo hayan jugado de quienes no? Si ya el simple hecho de mencionar que esta obra de Davey Wreden toca estos temas me otorga cierta sensación de incomodidad al pensar que podría estar trastocando la experiencia de alguien que lo jugará en el futuro mientras lee estas palabras. Lo mismo me pasa con muchas otras obras que resultan muy especiales para mí: Gone Home, What Remains of Edith Finch, Silent HIll 2 solo por nombrar las primeras que se me vienen a la cabeza.
Quizás alguien más experimentado o que entienda estas obras de mejor forma puede encontrar una manera de hablar de éstas de una forma sustancial y significativa sin tener que destripar la historia a quienes estén interesados en jugarlas pero, en realidad, lo dudo. Porque es difícil mencionar la sensación de miedo que da Gone Home y el por qué el hecho de que esto funcione eleva a la obra sin arruinar el final o sin darle al futuro jugador una perspectiva diferente que desencadene en que no termine disfrutando el título tanto como uno solo por saber algo que uno no sabía cuando lo jugó.
La otra cara de la moneda
También entiendo que hay gente a la que no le interesan mucho los spoilers o que un título no les llama la suficiente atención y desean buscar de qué va la obra aunque eso signifique perder parte de la experiencia en el camino. Por ejemplo, en 2018 si no me equivoco fue cuando jugué por primera vez a Dark Souls. Empecé por la tercera entrega y no estaba seguro de si me gustaría; había jugado a Skyrim, el RPG de acción de ambientación medieval que servía como referente del género -o así yo lo veía en ese tiempo- y no me había gustado. Además, si a esto le sumamos el elitismo que rodea la saga con el tema de la dificultad, para alguien que no es muy hábil en los videojuegos y que suele encontrar el repetir un nivel o un boss muchas veces frustrante es una razón más que importante para querer evitar las obras de From Software. No fue sino hasta ver hasta el cansancio videos de gente cuya opinión valoro mucho sobre la saga que decidí darle una oportunidad y, pese a que en sus videos repetían constantemente que era mejor jugarlos sin saber nada yo necesitaba saber en qué me iba a meter si les daba una oportunidad. Y aún a día de hoy, sabiendo que hay cosas que seguramente hubiese valorado más si hubiera entrado a ciegas a la saga, no me puedo arrepentir de haber investigado sobre estos juegos porque sé que mi yo de 2018 no hubiese tolerado estar literalmente días atascado entre una hoguera y otra sin siquiera haber jefes de por medio si no fuese porque suponía que valía la pena, si no fuese porque me arriesgué en arruinar mi experiencia con tal de saber lo suficiente de estas obras como para querer darles la oportunidad a pesar de su aplastante dificultad.
Pero también el conocer algo del lore de Dark Souls antes de jugarlo me ayudó a apreciar una historia y un mundo tan críptico que, de haber entrado sin saber nada y pensando que era un juego más y ya, hubieran pasado completamente desapercibidos en mi cerebro dormido por la falta de sueño y el exceso de internet. Y porque también creo que el cómo entras a un videojuego influye fuertemente en tu experiencia con éste al punto en que todo lo bueno puede parecerte excelente y lo malo pasar desapercibido -ejem, Skyward Sword en mi caso, ejem- solo por o la predisposición que tengas antes de jugar a un videojuego o tu estado de ánimo o, más importante aún, lo que sepas de éste.
Brillantez perdida en la oscuridad
Eso sí, juegos como Dark Souls que se pueden disfrutar sabiendo a qué te enfrentas pero que son más disfrutables aún sin saber nada son la minoría. Muchos títulos, la gran mayoría, no se ven casi afectados por el saber a qué te enfrentas. FOMO aparte, el ver de qué va el último Assassin’s Creed o Call of Duty o el ver imágenes o videos de Marvel’s Spider-Man: Miles Morales puede resultar incómodo o desagradable si quieres jugarlos y, por la razón que sea, aún no puedes pero no llegará a arruinar la experiencia, no realmente. Pues ni la historia ni el mensaje que quieran -o no- entregar estos títulos no significan nada en comparación a la jugabilidad, único elemento que no se puede realmente arruinar. En cambio, títulos como The Begginer’s Guide pueden destriparse fácilmente, tan fácilmente que se crea aquella tácita regla de no hablar de estos en espacios abiertos donde pueda llegar gente que no los ha jugado y que recomendarlos se convierte en una paradoja en la que, entre más hables de ellos para llamar al interés de los demás, más te arriesgas en arruinar una experiencia única y brillante que termina perdiéndose en la oscuridad de la falta de información.