Al mejor marrano lo dejan sin bellotas
Perdí la cuenta de cuántos meses hemos tenido que esperar para que un sueño como Mass Effect: Legendary Edition se hiciese realidad. Si bien antaño tuvimos claros indicios de su existencia gracias al registro público del producto que realizaron decenas de cadenas comerciales y la confirmación de la misma por parte de fuentes reconocidas de la industria como Jeff Grubb, quien arrojó cierta luz sobre un recopilatorio que se ha mantenido a la sombra durante mucho tiempo (quizás, demasiado), ninguna de dichas pesquisas nos dejó tan tranquilos y satisfechos como la oficialización del título, producida en la pasada tarde del sábado con motivo del N7 Day. No obstante, la revelación del estreno – previsto para la próxima temporada de primavera – llegó acompañada de una noticia un tanto amarga; de una tragedia que ya se mascaba desde finales de septiembre, pero que muchos estábamos empeñados en ignorar. Y es que la trilogía remasterizada de BioWare, finalmente, no llegará a Nintendo Switch. Al menos, en su lanzamiento. Aunque, siendo sinceros, tampoco parece que haya planes de hacerlo más adelante.
La trilogía de Mass Effect se suma, así, a esa inconmensurable lista de propuestas que, por cuestiones relativas a su naturaleza o a su coherencia dentro de la industria actual, deberían de hallarse entre las filas de Switch, pero que por unos u otros motivos no han querido hacer acto de presencia en su catálogo. Superado el tediosísimo debate relativo a las capacidades técnicas de la máquina (ahí están Wolfenstein II: The New Colossus y The Witcher 3: Wild Hunt, al fin y al cabo, y ahí están tantísimas alternativas como Control: Cloud Edition), no voy a pedir – por más sentido que tenga en mi cabeza de desarrollador independiente – que ambiciosísimos reboots y remakes como el de Final Fantasy VII aterricen en un sistema virgen con una comunidad que ansía descubrirlos de primera mano, pero sí que creo firmemente que propuestas como Vanquish 10th Anniversary o Tony Hawk’s Pro Skater 1+2 (el cual, además, contaría con una competencia prácticamente nula en la plataforma) deberían de haber hecho lo propio, acercándose a un nicho de mercado con claro potencial y extendiendo su oferta a nuevos horizontes. Tal y como Bethesda ha hecho con Doom Eternal o la propia Electronic Arts con su archiconocido Apex Legends. Bueno, si alguno de ellos se hubiese lanzado o siquiera presentase una ventana de lanzamiento estimada, claro.
En este ámbito, lo más flagrante del titán detrás de IPs como FIFA o Battlefield es, sin lugar a dudas, el compromiso con la máquina nipona que explicitó a finales del pasado mes de junio con motivo de su aburrido EA Play Si bien la empresa – que, recordemos, jamás confió en el terreno de las portátiles – quiso dar en apariencia una nueva oportunidad al mercado con Switch, los títulos más interesantes que allí anunció para el sistema estaban muy lejos de ser obras propias paridas por sus equipos internos que explotasen las capacidades de la consola, relegando la labor del desarrollo a otros creativos, y adoptando en su proceso un rol único de distribuidora y productora. El resto de títulos, ports sin fecha definida como el del citado battle royale o remasters con un trabajo de adaptación mínimo como el de Need for Speed: Hot Pursuit. Ni hablemos de exclusivos, claro. ¿Es esto lo que debemos de entender por ‘apoyar a un sistema’?
Especialmente en estos últimos dos años de sequía de lanzamientos, donde Pikmin 3 Deluxe y Hyrule Warriors: La Era del Cataclismo configuran los grandes bombazos de la misma en la recta final del año, mucho se ha dicho sobre si la híbrida de Nintendo es el hogar del indie, el próximo refugio de la emulación o el idilio de las remasterizaciones. Puede que la propia Nintendo haya tomado buena nota de esto último, exprimiendo al máximo el catálogo de la difunta Wii U y aprovechándose del mercado con lanzamientos temporales como el de Super Mario 3D All-Stars. Pero es que, en gran parte, y siguiendo los pasos de mi queridísima Vita, Switch parece estar concebida para el rejuego; para descubrir obras inaccesibles, y para revisitar clásicos que, en modo portátil, brindan por su mera portabilidad muy buenas excusas para pasar otra vez por caja. Y hay franquicias que eso lo piden a gritos: Kingdom Hearts: The Story So Far, Metroid Prime Trilogy, y, por supuesto, Mass Effect: Legendary Edition.
No quiero que Switch se convierta en una consola dedicada al remaster. Pero, joder, que no falten.