La lucha del pueblo para salvar a la patria
Los sucesos históricos han brindado ideas para todo tipo de obras, desde películas, pasando por libros y terminando en videojuegos. En estas representaciones la ambientación puede ser modificada para obtener un producto basado en la realidad, o bien puede ser plasmada tal y como fue verídicamente. Sea como sea, en este análisis no habrá realidades alternativas ni sucesos históricos modificados; tampoco voy a hablar sobre otra producción AAA de varios millones que probablemente sería un juego de disparos en primera persona. En este caso me gustaría comentar unos cuantos detalles sobre Partisans 1941 y su simple, aunque muy destacable jugabilidad.
En Partisans 1941 encarnamos las pieles de varios – como bien el nombre del juego indica – partisanos. En muchas ocasiones civiles, se dedican a luchar contra la ocupación enemiga desde dentro, o sea, saboteando, emboscando y causando todo tipo de daño para debilitar al invasor. En este caso la historia trata los sucesos que ocurren en la Rusia soviética a un grupo de partisanos y la población rusa en general de las manos de las fuerzas hitlerianas. La trama del título no es precisamente algo excepcional: se da un breve y conciso contexto histórico y se explica el porqué de la lucha, dejando que la jugabilidad ocupe un lugar destacado en la narración. Y es que este título de Alter Games configura una producción que, a pesar de no aportar nada novedoso en términos argumentales, se sirve de recursos valiosos para otorgarle un profundo sentido al juego.
Las relaciones interpersonales y la responsabilidad de llevar a un grupo de personas a través del infierno nazi harán que nos pensemos dos veces las acciones que vayamos a ejecutar antes de hacerlo. Toda la acción del videojuego se muestra desde la perspectiva del oprimido pueblo ruso, lo que hará que la vida de los partisanos rápidamente nos importe más de lo que podríamos imaginar. La determinación de los personajes y sus procedencias cotidianas son capaces de hacerle sentir al jugador que él también podría luchar de esa forma, algo que podríamos atribuir a la identificación con estos, y que se erige como uno de los puntos más importantes de un videojuego.
El juego nos ofrece una acción muy parecida a Commandos, la franquicia del famoso estudio español Pyro Studios. Obviamente se ven algunas influencias de dicha saga en Partisans 1941, pero para ser sincero, Commandos no fue ni la primera ni la última producción en emplear este tipo de recursos. Recursos como ángulo de visión, repartir tareas entre diferentes personajes o utilizar sigilo y cuchillo para terminar niveles sin llamar la atención. Aunque comencemos con un solo personaje, pronto comenzarán a unirse algunos camaradas más. Y lo más divertido y curioso es que cada uno tiene un árbol de habilidades distinto, haciendo que ningún enfrentamiento sea igual si el jugador así lo planea. Cabe destacar que los personajes también disponen de un inventario donde guardar bienes en forma de vendas o munición. Bienes, que podrán ir intercambiándose entre los camaradas del pelotón partisano si se da la necesidad.
La jugabilidad del título es más bien simple, relegando lo complejo de la misma al apartado relativo a la planificación de las maniobras. Tendremos que pensarnos dos veces dónde y con qué, situar a los diferentes partisanos disponibles. Habrá que tener en cuenta las habilidades de las que disponen y cuán efectivos serán con ciertos tipos de enemigos. En este título, favorablemente no podremos enviar nuestras tropas a una matanza campal como si de un Age of Empires se tratase. Eso sí, si alguna vez nuestros personajes salen heridos de un enfrentamiento, habrá consecuencias en forma de heridas isquiotibiales, por ejemplo.
Sin embargo, ese estado de herida no es el único tipo de estado que puedan tener los partisanos. Si durante las misiones comenzamos a saquear casas no dedicadas para ello, la moral de nuestros combatientes decaerá haciendo que estos tengan menos puntería, entre otros. También podremos salvar a nuestros compañeros de armas una vez los dejen inconscientes con algo de vendas y suerte de que algunos alemanes no nos vuelen el gorro por querer ayudar.
Estas aventuras a vida o muerte de los partisanos no solo se resumen a contar la lucha de la guerrilla rusa contra el tercer Reich, sino también en una experiencia limpia, ordenada y de “al grano”. Con esto me refiero a cómo está construido el título. Desde botones del menú, hasta las ventanas emergentes una vez estamos en el campo de batalla – se ve alta implicación artística en la vida del juego. La paleta de colores que escogieron es exactamente como cualquier juego serio y con ese contexto debería ser. Zonas medio oscuras con tonos metálicos apagados y texturas con leves contrastes, sumergen al jugador en el transcurso de la acción como muchos otros títulos deberían sumergir. Tan solo de vez en cuando alumbran unos rayos de sol en la mañana o alguna chimenea de una casa.
Un retrato redondo de 1941
Un alto rendimiento, y una buena optimización que únicamente tiende a bajar los fotogramas por segundo en algunas partes con mucho follaje. Una exposición de los hechos históricos muy correcta, con un precioso doblaje ruso. Controles intuitivos, y una acción exquisitamente llevada por el jugador, que hace de Partisans 1941 un videojuego perfecto tanto para los jugadores y jugadoras más casuales como para los más veteranos en el género. Aun sin una gran profundidad narrativa o unas mecánicas extremadamente originales, existen muy pocos motivos para no recomendar la nueva obra de Daedalic y Alter Games: lo único que me queda es congratular al equipo de desarrollo para que sigan perfeccionando su producción aún más si cabe, y aportando frescor a una industria ante la que cada vez se antojan más necesarios.
Este análisis ha sido realizado con una copia para PC cedida por Best Vision.