¿Nostalgia? Sí, por favor

¿Qué pasaría si juntaramos un sistema operativo y un videojuego? En un principio podríamos hacer que dicho videojuego corriese sobre ese sistema, ¿verdad? Es algo lógico. Pero, ¿si ahora os digo que el videojuego está mezclado con ese sistema operativo? Quizá la respuesta que se ocurra a más de uno, sigue siendo igual que la anterior. Sin embargo, ahora se trata de mezclar, esa es la palabra clave en su significado más puro. Podría tratarse de un videojuego el cual es un sistema operativo o un sistema que es tan intuitivo que parece un videojuego. ¿Ya tenéis vuestra respuesta? Pues vamos allá, a ver si lo que pensáis es realmente lo que quiero contaros

En esta “maravillosa” serie de artículos que os traigo, con videojuegos que son perfectos para pasar el rato, tenemos otro participante más. Se trata de un videojuego el cual es simple, no os voy a mentir. Pero al fin y al cabo, se trata de un juego que entretiene, a la vez que nos transporta en el tiempo de cuando los ordenadores como mucho – disponían de seis megabytes de memoria RAM. De todas formas, como dirían muchos: la nostalgia es real. Aunque obviamente, no todos tosemos arena y nacimos cuando se encendió la primera bombilla (ahí me incluyo yo), pero ¿qué queréis que os diga? Lo retro es genial. Y lo mejor es que Progressbar 95 – hypercasual UI game, os lo demostrará.

Antes de elogiar este pequeño gran título casual, como bien su nombre dice; me gustaría contaros de qué va. En Progressbar 95 nuestro objetivo principal será recoger piezas de una barra de carga, con la propia barra de carga. Es decir, mientras movemos una barra de carga (siento la redundancia que estoy empleando) por el escritorio, debemos ir atrapando pequeñas piezas que son a la vez, las partes cargadas de la barra.


Progressbar 95
Progressbar 95
Progressbar 95

Pero ojo, no es tan fácil como parece. Pues hay algunas piezas que penalizan o directamente no dan nada, por tanto conforme vamos subiendo de nivel la cosa irá complicándose cada vez más. De todas formas, cuando aparezca un pop-up salvaje haciendo que fracaséis en la heróica misión de llenar la barra de carga – podremos intentar fragmentar el disco “luchando” contra los errores en el disco. Sí, lo sé, suena raro, pero es enormemente divertido.

En la otra esquina, tenemos los geniales efectos de sonido y cómo no, el efecto visual que simula el abombado de la pantalla de una tele antigua. Elementos que harán de nuestras partidas algo genial, pues nos hacen realmente sentir la sencillez de los noventa. Una de las cosas más destacables, es que cuando iniciamos el juego, este emite sonidos como si se tratase de un “checkeo” de los componentes del sistema junto a una animación como si realmente lo hiciese. Es algo que le da un aire único y original al asunto.

Sin embargo, aunque se trate de una título tan sencillo, hay más por lo que jugar a Progressbar 95. Conforme vayamos subiendo de nivel, se irán desbloqueando nuevos fondos de pantalla y modos de color – entre otros. También tenemos la posibilidad de desbloquear nuevos sistemas operativos, cosa que es algo más complicada. Pues debemos ir adquiriendo experiencia y con eso e ir desbloqueando nuevos componentes para que el sistema operativo se pueda “instalar” en nuestro ordenador. Aunque claro, si somos unos impaciente de la vida, podemos adquirir esos sistemas, desembolsando una pequeña cantidad de parné por cada uno de estos.

Eso sí, la interactividad que ofrece la aplicación es impresionante. Quizá el que se emociona demasiado soy yo, pero oye, que puedas abrir el reloj, silenciar el sonido y cambiar el idioma directamente desde la interfaz del propio sistema operativo que tengamos activado – es algo sumamente genial. También hay diferentes iconos por el escritorio, los cuales son propios del Windows que tengamos corriendo, pero con la excepción de que no es “Internet Explorer” o la papelera como tal. Se trata de iconos que representan la posibilidad de quitar anuncios o la tienda con los demás sistemas y eso es lo que le agrega aún más genialidad a Progressbar 95.

También existe un símbolo del sistema donde podremos hacer de hackers y curiosear sobre lo que puede escondernos la aplicación. Además, el apartado de ajustes es otra cosa más que admirar, pues ahí podemos cambiar de todo y más, como establecer el modo de daltonismo o toquetear las propiedades de la pantalla para subir o bajar la paleta de colores. En términos generales, el videojuegos ofrece más de lo que uno se imagina, viéndolo en la tienda.


Sinceramente Progressbar 95 – hypercasual UI game, es un juego genial para cuando tengamos que matar el rato mientras estamos esperando el autobús o estemos pegados a la ventana del tren en un día lluvioso. La verdad es que yo me crié con el Windows XP Professional – Service Pack 3, pero aún recuerdo las visitas a casa de unos amigos que corrían el Windows 95 y 98. No sé porqué, pero me encantaban y siguen haciéndolo, por su estética tan “aesthetic” y nunca mejor dicho.