¡Suelos! ¡Puentes! ¡Comunidades!
Sin lugar a duda el Nintendo Direct se ha convertido en uno de los eventos más importantes por parte de la empresa nipona. Esta nueva manera de presentar anuncios y novedades en línea trianual con el paso del tiempo ha ido generando más expectación, logrando señalar las fechas de los días elegidos en el calendario de mucha gente. Ayer pusieron en marcha el primer Direct de este 2020, y, para sorpresa de muchos ansiosos por el anuncio de nuevas propuestas, decidieron dar desde su anuncio a este Nintendo Direct un solo nombre propio: Animal Crossing: New Horizons, que supo matizar sus novedades a tan solo un mes de su lanzamiento.
Hasta el día de ayer ya conocíamos algunas de las características principales con las que contaría este nuevo título de la saga, pero gracias al Nintendo Direct hemos podido conocer mucho más acerca de lo que nos espera en este nuevo título.
Esta vez no llegaremos a un pueblo para convertirnos en buenos vecinos ayudando al desarrollo de este, sino que, pondremos nuestros pies en una isla desierta dispuesta a ser colonizada, ofreciéndonos la sensación de dioses ya que todo estará a nuestro antojo. En primer lugar partiremos de dos modelos estándar para personalizar nuestro personaje donde se nos permitirá modificar los aspectos con mayor catálogo que en títulos anteriores. La siguiente gran decisión será elegir en que hemisferio queremos que se encuentre nuestra isla, decisión sin lugar a duda más que importante ya que las estaciones se podrán ver modificadas en función del hemisferio que elijamos. Y por último antes de poner rumbo a esta isla, deberemos elegir el diseño de está entre cuatro modelos.
Una exploración necesaria para asentar nuestro pueblo
Una vez lleguemos a la isla, Nook, sus sobrinos y dos vecinos más nos acompañaran desde el primer momento, por lo que nos veremos obligados a explorar la isla para conocer sus condiciones y elegir donde asentar nuestro pueblo en función que sea más rentable un lugar que otro. Por otra parte, en el centro de residentes podremos comprar elementos diferentes cada día, reciclar, pagar y fabricar objetos, además de encontrarse allí el centro de recepción que nos permitirá usar la opción multijugador. Como bien comentaba antes, este nuevo título quiere ofrecer una mayor propuesta de personalización, hasta el punto de poder personalizar cómo queremos que aparezca el mapa de nuestra isla.
Una vez hayamos pasado dos días en esta isla, Nook nos entregará un teléfono móvil donde se instalaran aplicaciones conforme avanzamos en la historia, siendo fundamentales para una mejor experiencia y para poder avanzar en esta.
El modo multijugador como punto fuerte
El modo multijugador es posiblemente el aspecto que los fans de Animal Crossing más valoran. Desde Nintendo parecen ser bien conocedores de ello, por lo que reforzar y mejorar esta sección ha sido una de las cuestiones principales. En este nuevo título podremos tener hasta ocho perfiles diferentes registrados de los cuales cuatro podrán disfrutar de jugar a la vez utilizando cada uno un Joy-con. De estos cuatro, uno tomará el rango de líder y será el encargo de utilizar el inventario. En las partidas online encontraremos un servidor que permitirá conectar hasta 8 jugadores diferentes, cada uno tendrá que estar con su consola particular.
Cabe destacar, antes de finalizar, que en este nuevo Animal Crossing el uso de la pantalla táctil brillará por su escaso aprovechamiento, algo que a gente como a mí, que aún no se siente del todo cómoda interactuando con la pantalla táctil, a buen seguro agradecerá, pero que para otros jugadores probablemente suponga una pequeña decepción, ya que viniendo de anteriores títulos en 3DS acaba siendo confuso hallarse con un panorama en el que la pantalla táctil no goce de tanto protagonismo.
Tendremos que esperar hasta el 20 de marzo para el lanzamiento de Animal Crossing: New Horizons, un título que en un principio – tal y como los propios responsables adelantaron – podrá parecer algo lento, pero que a buen seguro permitirá disfrutar en mayor escala la anhelada sensación de llegar a una isla desierta y establecer allí una civilización.