El gobierno chino sigue poniendo barreras a la industria
Una vez más se imponen estrictas medidas de censura al ocio por parte del gobierno chino. Como ya ocurrido en ocasiones anteriores en el gigante asiático, los productos culturales y de ocio se ven mutilados nuevamente por la censura, esta vez no le toca al cine, sino a los videojuegos. El gobierno de la República Popular de China ha instaurado una suerte de “toque de queda” a la utilización de videojuegos. Concretamente se trata de una restricción horaria que imposibilitará que los menores de edad utilicen videojuegos en línea entre las 10:00 pm y las 6:00 am, según la CNN. Por otro lado, se limitará el tiempo máximo que los jóvenes podrán destinar a este modelo de ocio, reduciéndolo a 90 minutos diarios entre semana, y 3 horas diarias en fines de semana y periodos vacacionales.
Una vez más, la razón que impulsa estas medidas, es la consideración del videojuego como una adicción dañina para la salud. El gobierno chino alude a documentos oficiales que afirman que la adicción a los videojuegos puede resultar peligrosa para la salud de los jóvenes, de esta manera busca respaldar y argumentar las medidas puestas en marcha. Sin embargo, y aunque estas razones sean ciertas, al menos en parte, se hace difícil no suponer que existen otras razones que han impulsado esta censura. Ya se han dado casos anteriores de censura relacionados con los videojuegos en China, como es el cambio radical de PUBG. El famoso battle royale fue sustituido en el país por una versión modificada y rebautizada como Game for Peace, un título que buscaba promover propaganda estatal, y más concretamente del ejército chino, bajo el pretexto de dejar de fomentar la violencia y hacer gala de pacifismo. Por casos como este, es fácil sospechar que detrás de estas medidas de censura hay intereses propagandísticos, e incluso económicos. Precisamente, tocando el ámbito económico, la industria del videojuego podría verse seriamente afectada por el movimiento, ya que china es uno de los mercados más importantes para el videojuego a nivel mundial, superado por Estados Unidos este año debido a las regulaciones impuestas por el gobierno chino. Por otro lado, estas medidas también incluyen, según ha publicado la BCC, limitaciones de gastos para los menores de entre 8 y 16 años. Los menores podrán solo podrán gastar un máximo de 200 yuanes mensuales en compras relacionadas con videojuegos, lo que equivale a unos 25 euros. Los usuarios de entre 16 y 18 tendrán esta barrera situada en los 400 yuanes, poco más de 50 euros.
Según el propio gobierno, estas medidas nacen de la preocupación por el aumento de casos de miopía entre los jóvenes, así como las cifras que indicaban un alza de la adicción al videojuego. Los objetivos finales de estas medidas son restringir el uso de los videojuegos en función de las edades de los usuarios, así como controlar la aparición de nuevos videojuegos online. Las medidas se propusieron en 2018 y, finalmente, se han aplicado este mismo año. Tencent, una de las grandes compañías de la industria, y responsable de títulos tan significativos como PUBG, Call of Duty: Mobile o League of Legends, ha sido una de las primeras en aplicar ciertas medidas. La restricción horaria en sus títulos será de una hora al día para los usuarios menores de 12 años, y de dos horas para los que tengan entre 12 y 18 años. Para poder controlar estas medidas con precisión, la compañía ha comenzado a exigir a los usuarios una verificación de su identidad y edad, y cooperará incluso con la policía para asegurarse de la veracidad de dichas identificaciones. Todas estas restricciones se aplicarán en todas las plataformas de juego en línea disponibles en China, y serán un antes y un después para la industria del videojuego en el país. Una vez más, el problema no recae en resaltar los aspectos negativos del videojuego, que evidentemente existen. Lo injusto es escudarse en dichos problemas para enmascarar otros intereses, como la propaganda política e ideológica, o incluso la búsqueda del beneficio económico.