"Solo tengo 20 pavos encima... Si sabes lo que significa"
Me atrevería a decir que soy fan de los videojuegos y proyectos de todo tipo. Desde títulos en los que con un coche puedes masacrar a personas por la calle, pasando por aventuras donde recorremos un plató porno y acabando en sagas; donde aunque no tengas por qué – puedes llenarte de sesos a escopetazos. Sé que estas primeras líneas pueden sonar duras o incluso morbosas, pero es así. Aprecio todas las temáticas que se tocan en videojuegos, ya que al fin y al cabo, este es otro medio más para transmitir, hacer sentir o concienciar sobre algo. Para eso existen los videojuegos, para que podamos divertirnos un rato, competir seriamente en estos o simplemente vagar a través de estos con tal de evadirnos un rato de la realidad, entre otros.
Sin embargo esta vez no vamos a hablar ni de competir, ni utilizar coches sino más bien – de ir con una pala dentada por la ciudad en la que matar parece ser algo demasiado fácil. POSTAL 4: No Regerts es un videojuego que alterna primera y tercera persona donde nuestro objetivo principal es ir atravesando los duros días de la semana para completar la historia del juego. Los chicos de Running With Scissors han avisado por todos lados que se trata de una versión a la que todavía le falta trabajo y está llena de bugs y/o errores. Parece ser que el lanzamiento se efectuó con la intención de “utilizar” a los jugadores como testers, para así poder avanzar más rápidamente.
Aunque no es raro de hacer, sí que me parece personalmente un poco precipitado ese lanzamiento. Resulta que el juego todavía está lleno de detalles y no tan detalles por rematar. Pero de esto hablaremos más adelante, ahora me gustaría poneros en la situación y de qué va el juego. En POSTAL 4: No Regerts o simplemente P4, nos encontramos en una ciudad llena de cosas que hacer. Por “cosas que hacer”, me refiero a matar principalmente ya que, no nos engañemos, la saga POSTAL se hizo con el objetivo de dejar las calles como ríos de sangre. Sin embargo, no es lo único que podemos hacer.
En el juego no faltan misiones locas o lugares llenos de cristales que esperan a ser destrozados. Todo el argumento, el cual es bastante similar al de POSTAL 2, se basa en ir completando tareas “cotidianas” durante los días de la semana. Un lunes por ejemplo, empieza con misiones como encontrar un trabajo gracias al trozo de cartón en el que escribimos con un boli, saliendo de un extraño lugar que parece un fumadero de crack, después de que nuestra furgoneta haya sido robada.
Como podéis ver, el argumento es una “flipada” comparándolo con los demás títulos que aparecen diariamente en las tiendas. Misiones como ir a poner orden en una cárcel, arreglar ciertos fallos en una planta depuradora o entregar gatos y perros muertos a un chiflado. Aunque a muchos os pueda parecer que es una locura inmoral, yo sinceramente pienso que es el encanto de este juego – partiendo de que vengo de dar muchas horas a los tres anteriores, aunque al último no lo cuento como un POSTAL al uso, pues fue bastante desastroso).
Por una parte está el hilo argumental y por la otra, la jugabilidad del juego, de la cual tampoco hay demasiado que decir. Ojo, no digo que sea algo de lo que hay que pasar, para nada. Me atrevería a definir que la jugabilidad de POSTAL 4 es la justa y correcta para lo que representa en sí el videojuego. Se siente cada golpe que das, cada disparo que efectúas y cada granada que tiras – simplemente se siente POSTAL. Puedes intentar pasar desapercibido y limitarte a matar lo necesario o puedes crear la tercera guerra mundial hasta que te crashee el juego de la cantidad de cuerpos, explosiones y acciones que se ejecutan en el escenario a la vez.
Lo realmente doloroso es que esta entrega se ha publicado “corriendo y mal”. Me explico. Quizá el motivo por el cual se ha publicado un título tan prometedor para los fans más acérrimos a la franquicia, fue la mala situación económica. P4 está lleno de agujeros y desperfectos, pues aunque de esos fallos se avise, no significa que ahora no podamos hablar de los inconvenientes que presenta. Lo principal y lo más gordo que POSTAL 4 nos tira a la cara es que no podamos guardar el progreso del juego. Estuve un buen rato comiéndome la cabeza e intentando hacer decenas de cosas para ver si en algún momento aparecería algún punto donde podría guardar mi progreso. Sin embargo, después de estar investigando un rato, encontré en las discusiones de Steam un comentario el cual decía que todavía no se podía guardar el progreso de la partida. Me quedé a cuadros ya que esa opción es tan esencial para un videojuego de hoy en día, que me pareció un poco vergonzoso que no se pudiera hacer eso…
Pero eso no es lo único que le pesa a POSTAL 4. La falta de optimización se nota brutalmente, ya que en esta entrega el mapa no está instanciado. Toda la ciudad está accesible sin cargas ni transiciones y por eso mismo, probablemente la carga que va dirigida al procesador se hace notar más en los equipos. Cabe destacar que mi CPU no es de lo más nueva, pero tampoco es para no poder jugar a 30fps estables en gráficos aunque sean bajos. Los bajones de fotogramas por segundo se hacen notar demasiado y los cuelgues de incluso 4 o 5 segundos, te hacen dudar de si seguir con el juego o esperar a que lo arreglen. Debo decir que soy un jugador que se come mil fallos diferentes e incluso debo decir que me pasé Gothic 4: Arcania a 26fps, pero al menos esos eran estables.
Cumplirá su vuelta a los orígenes cuando arregle sus “historias”
POSTAL 4: No Regerts es un videojuego en condiciones que no está en condiciones. Me explico. Es una vuelta a los orígenes bastante fiel y que trae mucha nostalgia a los que nos criamos con ese título y otros de la época (refiriéndome a la segunda entrega de la serie). El único inconveniente que trae el juego consigo, es la falta de horas que los desarrolladores tendrán que emplear para mejorarlo e incorporar el resto de mecánicas que actualmente permanecen suspendidas para el jugador.