Keep up the good work
PlayStation, sin duda alguna, es una marca icónica como también una bestia de las ventas en la industria. Tanto a nivel de potencia, como a su vez de concepto, la consola siempre ha impartido que, la mejor manera de conseguir adeptos, es proponiendo una experiencia accesible e interesante para los consumidores.
El problema es que, con el paso de los años, Sony ha tenido dificultades para seguir manteniendo esta idea como insignia de su consola.
Con la llegada de Xbox al mercado, la división PlayStation, más allá de ser una fuente de ingresos enorme, ha supuesto verdaderos dolores de cabeza para Sony. Si bien a nivel de ventas la consola ha tenido un éxito rotundo (con más de 64 millones de unidades vendidas), la preocupación va, más bien, dirigida a cómo se han planteado los directivos el servicio de la consola de cara al futuro, ya faltando cada vez menos para un nuevo salto generacional.
La reestructuración de la marca PlayStation comenzó hace ya ocho años, viendo en este proceso cómo la compañía nipona decidió mover su sede a Estados Unidos, centrándose no solo en vender el producto en el mercado que más compra consolas, si no también poniendo gran énfasis en entender cómo desarrollar más a fondo su servicio en red. El último gran cambio, no obstante, ha ocurrido este año. Ya cerca del cierre fiscal, Sony ha vuelto a anunciar cambios estructurales en su plantel ejecutivo. Los motivos van desde poner más manos al desarrollo de juegos first party, como también buscar mejores enfoques de mercado para las diferentes regiones, con la idea siempre presente de postular a su consola como el lugar preferido por todos para disfrutar de los videojuegos.
Si nos fijamos, podremos comprobar que las otras dos compañías se encuentran también en épocas de cambios muy delicados.
Si vemos el tratamiento que ha tenido Microsoft con Xbox, podemos afirmar que la consola se ha asentado como una opción que ofrece algo más que un sistema en el cual jugar, ya que la empresa ha buscado estos últimos años resignificar el concepto de consola planteado hasta el momento. Con esa meta por delante, ahora mismo nos encontramos con que la compañía ha expuesto un sistema de juegos como servicio, donde el consumidor puede disfrutar de un medio que esté en conexión con otra plataforma (ordenadores con Windows 10), contar con suscripciones que ofrecen diferentes opciones a la hora de consumir videojuegos y una filosofía que se perfila mucho más cercana a estos. De cara al futuro lo que ha logrado es impresionante, porque deja planteado a la competencia qué harán en las generaciones venideras de cara a un medio de compra digital pulido, con portabilidad entre sistemas y retrocompatibilidad asegurada. Sin hablar de la posibilidad de acceder a casi todos los títulos first party.
Nintendo, por su parte, ya lleva tres generaciones de sobremesa en una incursión obsesiva por traer consolas que resignifiquen la forma y la experiencia que tenemos al jugar un videojuego, poniendo un fuerte hincapié en generar espacios donde el ocio nos ponga a concretar otros hábitos, o fomentar la relación no solo con lo que vemos en la pantalla, si no con los que podríamos tener al lado también. Con Switch, esto se está concretando, a través de diferentes mecánicas revolucionarias y por un acertado diseño que no solo agrada a todo el mundo, siendo un furor en el mercado oriental, lugar donde los móviles y las portátiles son opciones mucho más interesantes para los consumidores.
Ante todo esto, Sony aún se encuentran varado a nivel de concepto. Con las grandes decisiones que han tenido a nivel de distribución y creación de entregas como su sostén, se encuentran en un abismo en donde su filosofía, puramente centrada en el esquema de juego tradicional, está haciendo aguas entre los cambios ocurridos por estos tiempos. En todo caso, podríamos destacar el énfasis que el estudio está manteniendo con la realidad virtual, que se alza como su única apuesta en términos evolutivos – aunque es probable que, apenas deje de contar con el éxito relativamente aceptable que está teniendo, pase a ser una idea desechada más, como PSVita o PlayStation Camera.
Sin lugar a dudas, este letargo tiene los días contados si Sony quiere seguir manteniendo a su gran comunidad para la próxima generación.