Creo que me he enamorado
El pasado 18 de julio tuvimos oportunidad de probar Concrete Genie, juego indie creado por Pixelopus y que viene de mano de Sony al ser exclusivo de PS4, y el cual ya se pudo probar en el E3 del año pasado. Es un juego bastante curioso hasta donde pudimos jugar, donde la creatividad es el punto clave a la hora de avanzar por el mundo que se nos ofrece. El equipo, PixelOpus, es bastante pequeño, siendo este su segundo juego; por ello, y tal como nos estuvo contando el director del juego, han intentado plasmar un rasgo de cada persona en los distintos apartados del juego. Su mecánica principal es crear monstruos (aquí llamados Genies) para resolver una serie de puzles y devolver el color al pueblo de Denska, sepultada por la oscuridad, así como grafitear edificios para que sean más colorido. La gracia de esto es que tienes que mover el mando para pintar de verdad, creando así formas con tu propio estilo. A su vez, tendremos que escapar de algunos matones que rondarán el pueblo en busca de molestarte a ti y a tus planos amigos. Con respecto a lo que se mostró años antes, los niveles han mejorado bastante, aunque aún les quedan pulir alguna que otra animación o cómo están hechos los niveles.
Concrete Genie no tarda en mostrar lo precioso que es el arte del mismo, ya que el apartado gráfico es una preciosidad y el contraste de luces y el color y la oscuridad es una maravilla para la vista. Así mismo, la principal mecánica cuesta un pelín de manejar al principio, pero luego se convierte en algo muy natural: dibujas de forma algo tosca al principio, pero es muy satisfactorio ver lo bien que nos ha quedado ese mural estrellado lleno de mariposas. Pronto te olvidas de cualquier influencia que este juego puede tener, porque tiene un carisma tan arrollador que asusta. Nos movemos en un entorno 3D, en el pueblo mismo del chaval, y aunque hay varias secciones plataformeras sobre todo nos servirán para escapar de los bullies, conseguir dibujos extra, coleccionables y para que los Genies puedan acceder a las paredes colindantes quitando la oscuridad de las mismas (pintando, obviamente). Así tendremos a nuestros amigos contentos y nos podrán acompañar abriendo puertas o quemando maderas que bloqueen entradas a otras zonas. También contaremos con Splotch, un Genie muy chiquitín que se quedará en nuestra mochila y nos avisará del resto de Genies que hay cerca. Al llegar a una zona marcada con un dibujo en el suelo podremos invocar a otro Genie, con el que podremos interactuar, descubrir más secretos o incluso jugar para que estén felices.
Sin embargo, hay algo que empaña a este título y que he de admitir pese a todos estos elogios, y es que es muy fácil perderse. No está del todo bien señalizado por donde vas, y en los niveles hay como una pelea de sentimientos (igual solo es mi caso) entre un mundo abierto a explorar y solucionar a tu ritmo y otro que tienes que superar de una forma y un camino concretos. Es raro de explicar: es como si algunas partes estuvieran ahí para que más adelante las descubras, pero por otra parte parece que el orden de los puzles es linear y para solucionar aquel es mejor que vayas por este. Es un concepto de exploración raro, como si tuvieras que ir hasta una estación de tren pero cada vez que llegas a una parada te bajas y te montas en otro vagón, y acabas perdiendo el objetivo o incluso pasando de largo con tanto subir y bajar.
Tras poder probar el juego, tanto el jefe del diseño artístico como el director de juego hicieron una exposición de lo que habíamos visto, explicando cosas tanto del desarrollo como del equipo. Este es su segundo juego de un equipo que se creó cuando la mayoría estaba terminando la carrera, siendo Entwined su obra prima. Nos contaron, por ejemplo, que en principio el nombre del juego iba a ser provisional, pero como a otros tantos desarrolladores (ya pasó con Octopath Traveller, sin ir más lejos) le acabaron cogiendo cariño y así se ha quedado. Algo que quisieron dejar claro desde el principio es que quieren que sus juegos sean preciosos y tengan un corazón propio, y se nota al jugar este juego por la libertad creativa que te dan: no solo el mundo es vivo en el fondo, sino que nosotros contribuimos a que sea así. También mencionaron algo curioso, y es que los bullies que nos persiguen y nos quieren hacer la vida imposible también tienen un trasfondo, y al ser un juego que trata estos temas tan serios como la soledad y el acoso, quisieron darles un motivo, porque nadie es mala persona así como así. Asimismo, hablaron con asociaciones anti-bullying y psicólogos para que les ayudaran a plasmar esta realidad tan cruel y algunos sufren.
Desde un principio el acoso toma fuerza como un tema principal, y el resguardarse en el arte como forma de huir de esa situación angustiosa. Por eso todo está oscuro, porque por dentro hay algo que falla, y el arte nos ayuda a salir adelante, dibujando en esas paredes con colores vivos. Que tengamos que huir de los abusones también es importante, ya que, como el propio pueblo, nos arrastran a nuestra peor versión, pero sabemos que podemos revertir esa situación; a lo largo del juego, veremos distintos flashback de como solía ser la vida en esta villa ahora decadente. Sin embargo, los bullies no son el único problema que acecha a nuestro protagonista, ya que algo más oscuro, fuerte y perverso parece estar despertando… Por suerte, tendréis oportunidad de descubrirlo este 9 de octubre, con un precio de 30€ e incluyendo dos modos VR. También estará en español, con una historia de 6 o 7 horas que se puede alargar dependiendo del jugador. Durante estos meses nos llegará más información, y puede que no parezca gran cosa, pero este pequeño equipo aún tiene margen para mejorar y sabe a lo que va y se nota el esfuerzo que están haciendo para contar esta oscura pero a su vez bella historia.