De vuelta a los noventa repartiendo cromo
En los videojuegos, como en tantos otros productos, solo triunfan las recetas bien medidas, aquellas en los que sus ingredientes están milimétricamente dosificados. A veces sobresale la innovación y otras la nostalgia, pero ninguna de ellas funciona si no está correctamente ejecutada. Son muchos los títulos que buscan evocar las sensaciones que transmitían los títulos arcade más clásicos, pero pocos logran reproducirlas con acierto.
Blazing Chrome es uno de esos extraños afortunados que han logrado emular la esencia de títulos como Contra o Metal Slug, la esencia más pura (y desafiante) de los run and gun clásicos. Acción desenfrenada desde el minuto uno, un buen equilibrio en lo que a dificultad y diversión se refiere, y el estilo gráfico de los 16 bits se dan la mano en este título. Es difícil no sentir este juego como el sucesor espiritual de todos esos títulos que nos hicieron machacar botones en los noventa, y el nombre del estudio que le ha dado vida lo deja muy claro (JoyMasher). Es un juego que desde que cogemos el mando en nuestras manos nos hace disfrutar de pura diversión.
El reto de Blazing Chrome se basa en llevarnos a través de una sucesión de seis niveles, elaborados en un exquisito estilo pixel art, en los que tendremos que combinar nuestra habilidad para disparar con nuestros reflejos para evitar ataques enemigos. El contexto argumental que se nos plantea es simple: el mundo ha sido completamente asolado por una guerra perdida contra las máquinas, y mucho tiempo después formamos parte de una agonizante resistencia que lucha por devolver el dominio del planeta a la especie humana. Bajo esta premisa atravesaremos los seis niveles, cada uno con una exigencia de dificultad distinta y, como es habitual en el género, enfrentándonos a vistosos y exigentes jefazos finales.
A medida que avanzamos por estos escenarios nos damos cuenta de cúal es una de las grandes virtudes de Blazing Chrome: la variedad y originalidad de los escenarios.
Desde una ciudad convertida en un infierno en la tierra hasta montañas heladas, pasando por desiertos plagados de armas biológicas y guaridas subterráneas que ocultan gigantescas arañas mecánicas. Esto nos lleva a hablar de otro aspecto en el diseño de Blazing Chrome, el llamativo y detallista diseño de sus enemigos. Pese a su breve duración (unas dos horas para completar la primera pasada), lo que es habitual en títulos del género, Blazing Chrome condensa una gran cantidad de ambientaciones y diseños.
Nos enfrentamos a soldados cyborgs, insectos gigantes, vehículos de combate, robots de combate de todas las formas y tamaños, e incluso armas biológicas, como gusanos gigantes, entre muchas otras amenazas. Además, cuenta con un modelado y diseño de los jefes finales realmente cuidado y detallista que saca el máximo partido al estilo gráfico de los 16 bits, y que consigue emular las sensaciones de los viejos títulos de Mega-Drive o PlayStation.
A nivel de mecáncicas, Blazing Chrome apuesta por una receta simple pero efectiva. Nuestro avance a través de la aventura y nuestra lucha contra el enemigo se basará en dos ejes principales: los ya conocidos power-ups para las armas, que encontraremos en forma de envíos en paracaídas, y las mejoras para el propio personaje. Estas últimas se dividen en tres clases, que pueden incrementar nuestra velocidad, nuestro poder de ataque u otorgarnos protección contra los ataques del enemigo. Más allá de estas ayudas tendremos que confiar en las artimañas ya clásicas en el género, como lanzarnos al suelo para evitar disparos, saltar para sujetarnos a partes elevadas del escenario o rodar para buscar esa zona libre de amenazas en los combates contra los jefes. En dichos enfrentamientos contra los jefes tendremos que hacer uso de un poco más de habilidad e ingenio, ya que nos acosarán con un repertorio de ataques que tendremos que memorizar y aprender a evitar, haciendo uso del movimiento a través del escenario y las herramientas que nos ofrece. Conocer las rutinas de ataque de estos enemigos finales será lo esencial para triunfar, y como es habitual en el género, mejoraremos gracias al ensayo y error. Lo que en un primer intento nos puede hacer perder un puñado de vidas, luego podremos superarlo sin caer ni una sola vez.
Durante las batallas contra los jefazos tendremos que seguir la “coreografía” habitual de este estilo de títulos. Ya sea concentrar nuestros ataques en diversos puntos del cuerpo del enemigo, para ir mutilándole pieza a pieza hasta destruirle o bien llenarles de plomo hasta que dejen al descubierto su punto débil. Mientras conseguimos esto tendremos que evitar sus acometidas de ataques, que nos darán el respiro justo y necesario para hacerle algo de daño antes de volver a la defensiva. Claro está que los más hábiles podrán combinar el ataque y la defensa todo el tiempo, encontrando ese espacio entre voltereta y voltereta para colar algunos disparos. Además, la elección del arma adecuada será crucial para tumbar a los jefes de la manera más eficaz posible, contra un enemigo lento y poderoso nos irá bien un lanzagranadas, pero si nos enfrentamos a un adversarió ágil la “cadena láser” será la mejor opción. Es por esto que la repeteción y la experiencia serán claves para lograr un buen resultado en Blazing Chrome.
Para contentar a veteranos y novatos, Blazing Chrome cuenta con distintos niveles de dificultad, con distintas cantidades de vidas de reserva, con créditos para reintentar los niveles, aunque nos quedemos sin vidas o, para los más atrevidos, un nivel experto en el que si morimos tendremos que empezar desde el primer nivel. Pese a su breve duración, Blazing Chrome nos ofrece distintos retos para pasar un buen puñado de horas con él. Además de la típica rejugabilidad que implican estos títulos, con la que los jugadores buscan batir récords, nos ofrece un modo Boss Rush o sucesión de jefes finales. Además, y como una de sus mejores características, nos ofrece un modo cooperativo local para dos jugadores.
Los mejores perfumes vienen en los frascos más pequeños
En definitiva, Blazing Chrome es un título que condensa el espíritu de los arcades clásicos, de los pocos que de verdad rescata esa esencia con fidelidad y frescura. Es adictivo, divertido y muy versátil en cuanto a dificultad. Además, su diseño artístico de escenarios y enemigos es sobresaliente.
Jugadlo. Ya me daréis la razón.
Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PlayStation 4 cedido por The Arcade Crew