Un clásico traído a la actualidad con gracia y habilidad
El viernes 21 de junio de este año, Activision sacaba el remake del juego de carreras arcade Crash Team Racing, con el subtítulo Nitro-Fueled, que no le podría haber venido mejor para lo que esta revisión representa para la obra original de Naughty Dog en la época de oro de la primera consola de Sony; PlayStation. Cuando lo anunciaron por primera vez, no pude evitar sino sentirme emocionado, recordando los días de infancia cuando lo jugaba, atraído inicialmente tras haber jugado sólo al Mario Kart de Super Nintendo como referencia en este subgénero. Y, si bien, la saga de carreras de Super Mario será mencionada nuevamente en este análisis, quiero dejar en claro desde ya que, si bien Crash Team Racing bebe harto de la franquicia de Nintendo, también brilla por sus méritos propios y, en mi opinión, supera en varios elementos a ésta, con características que lo ayudan a apuntar a un público diferente, pero sin desconocer a los ya fans de este tipo de videojuegos. Ahora sí, sin más dilación, hablemos de Crash Team Racing: Nitro-Fueled.
El clásico vuelve recargado
Una de las primeras cosas que me llamó la atención al comenzar este juego fue la opción del nitro, si quería usar la nueva versión llamada Nitro-Fueled o la clásica. Dado que no recordaba que había una opción de usar turbo en la versión original, decidí quedarme con la nueva y vaya si que añade profundidad a la experiencia. Creo que más de alguno que sea ajeno a este sub género de juegos de carreras en go karts ha de verlo como juegos para niños, sin mayor complejidad más que pisar el acelerador, tomar bien las curvas y lanzarle cosas a los contrarios para quedar en primer lugar. Lo digo porque yo solía ser así, antes de jugar Mario Kart 8 y, por sobre todo, este título que hoy tenemos entre manos.
Saltar cuando se está por llegar al final de una rampa o desnivel; tomar las frutas -o monedas en el caso de la obra de Nintendo– para ganar más velocidad, que, aunque sea poca, puede marcar la diferencia en las dificultades más altas o jugando contra amigos o por internet; pero, por sobre todo, derrapar en las curvas, que en Crash Team Racing: Nitro-Fueled toma especial relevancia gracias al ya mencionado modo turbo. Si bien en Mario Kart ya se había visto que el derrapar las curvas ayudaba a ganar velocidad, en el título de Activision se vuelve aún más importante que nunca, dado que, mientras se derrapa, se va llenando la barra del turbo y entre más llena, al usarse más impulso le dará a nuestro personaje. Para darle incluso más potencia, se pueden encadenar tres seguidos para ganar tanto impulso como con el ítem especial de óxido nitroso -el equivalente al hongo del Mario Kart de toda la vida-.
El juego está enfocado mucho más a lo competitivo, ergo, al metagame
Y ya que mencioné los ítems especiales, profundicemos un poco en ellos y cómo se diferencian de los usados en la franquicia de Nintendo. Bien sabido es que Mario Kart nivela el juego para que, aquel que vaya primero, reciba los ítems menos deseables. Monedas, cáscaras de platano y caparazones verdes son lo que más verá el que va primero en la carrera, mientras que los últimos lugares tendrán la posibilidad -y no baja- de recibir estrellas, el ítem que transforma al jugador en un Bill Bala o, incluso, el tan temido caparazón azul, que no es más que la muestra más clara que Mario Kart desea que el primer lugar pase un mal rato para que no se adelante tanto del resto de jugadores y la competencia se mantenga hasta el final. Y no es que Crash Team Racing: Nitro-Fueled no desee lo mismo, pero sus métodos son más sutiles. No hay ítems tan drásticos como el caparazón azul -también conocido como el destructor de amistades- o como el rayo encogedor, pero, a cambio, el primer jugador no se verá tan afectado, pues Activision desea que la competencia se vea más influenciada por la habilidad neta del jugador que por la suerte al momento de romper una caja sorpresa. Ambos enfoques son totalmente válidos, pero el de CTR está claramente más orientado a la competencia, ergo, el metagame, el online.
Pero esto no quiere decir que el juego sólo se enfoque en el modo online, muy por el contrario, tanto los modos de un jugador como el multijugador local están muy bien cuidados. El modo historia te enfrentará a cuatro diferentes zonas, cada una con un boss al que vencer, más desafíos adicionales una vez se ha pasado la carrera en la manera tradicional, es decir, contra otros corredores. Quienes, por cierto, pueden resultar una verdadera amenaza, especialmente en las primeras horas de juego, mientras el jugador se acostumbre al juego y a las formas de ganar ventaja que mencioné anteriormente. Una vez pasadas las carreras en modo tradicional, se desbloquea la opción de ganar monedas CTR y reliquias jugando distintos modos dentro de los mismos circuitos. También está la caza de cristales, en las cuales se deben recoger un número determinado de cristales flotantes de color morado dentro de un límite de tiempo. Por otra parte, el multijugador local cuenta con diversos modos. Entre ellos, la carrera única, el modo copa, el modo batalla, el contrarreloj, entre otros.
Adornos visuales para un título vibrante
Como estamos en 2019, no podían faltar los elementos desbloqueables, pero tranquilos, que no son en ningún caso cajas de loot con microtransacciones. Aunque se trata extrañamente como si lo fueran. La pantalla de Boxes, que es donde se compran los objetos, presenta varios “ofertas” que duran un tiempo limitado, para luego ser reemplazadas por otras. Recuerda mucho a títulos Free to play salidos de la PlayStore de Android. Todo se puede comprar con monedas ganadas tras el final de cada carrera o bien desbloqueadas bajo ciertas condiciones. Como ganar la primera carrera con un personaje o vencer a los bosses del modo historia, entre otras. Si bien todo esto no es nada más que algo puramente estético, el que esté ahí se agradece para quien quiera utilizarlo. Desde cambiar el skin del personaje, el modelo del go kart, su color o pegarle calcomanías, para personalizarlo cuanto quieras. Todo es bien recibido y sirve como motivación extra para llegar primero en cada carrera, por más amistosa que sea, ya que sólo el primer jugador podrá desbloquear elementos o ganar las monedas.
Una experiencia redonda, entretenida y vertiginosa
Como os ya dije, cuando vi que Crash volvería a las pistas con un remake de su versión de PlayStation, no pude evitar entusiasmarme y, a día de hoy, el que algo alcance mis expectativas es bastante raro, mucho más que las supere. Pero he de decir con agrado que Activision lo ha logrado por todo lo alto. No solo han hecho una versión que enorgullecería al juego original, sino que además han creado un juego que se para ante iguales a titanes de la talla de Mario Kart y, si bien sus personajes son más carismáticos -y que más se puede esperar, si es una franquicia que lleva con nosotros desde hace décadas-, Crash no se queda atrás en ningún otro aspecto y logra ser disfrutable por méritos propios. Por lo que, poseas el Mario Kart 8 o no, no puedo evitar sino recomendaros Crash Team Racing: Nitro-Fueled que no tiene pérdida. Vamos.
Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para Nintendo Switch cedido por Activision.