La agonía de ser acechado por el cierre
El año 2019 no está siendo un año especialmente favorable para muchas desarrolladoras de videojuegos. Prueba de ello son las dificultades económicas que está padeciendo Starbreeze Studios, creadores de The Chronicles of Riddick: Escape from Butcher Day, Payday 2, Brothers: A Tale of Two Sons y el recién cancelado Overkill’s The Walking Dead, quiénes afirman necesitar financiación urgente para mantenerse a flote. La previsión de la empresa, según su último informe fiscal, es que si no logran financiación externa adicional cerrarían en menos de un año.
Tras un 2018 nefasto con la cancelación de Overkill’s The Walking Dead, la pérdida de derechos de System Shock 3 y las amenazas de cierre a causa de las bajas ventas de Overkill’s The Walking Dead, el panorama no se presenta alentador para la empresa. Starbreeze Studios ha intentado reducir costes, realizar reestructuraciones importantes y aumentar sus ingresos vendiendo los derechos de publicación de diversos videojuegos. Fruto de esas reestructuraciones, también ha realizado despidos (unos 40 empleados de 622 personas), pero éstos podrían no ser los últimos. Mikael Nermark, consejero delegado en funciones de la compañía ha admitido que la empresa está muy delicada, con pérdidas por valor de 122.773 coronas suecas (más de 11.000 euros) pese a que las ventas de PayDay 2 se mantienen en alza. Parece ser una cuestión de disponibilidad inmediata y eso supondrá que, si no hay ingresos adicionales en futuras rondas de financiación, la empresa no podría asumir sus gastos a mediados de este año fiscal, lo que conllevaría a su cierre.
“Starbreeze y sus divisiones han estado en reconstrucción desde el pasado mes de diciembre”, recuerdan desde la compañía. “En estos momentos la compañía no dispone de suficientes fondos garantizados para asegurar la continuidad de las operaciones en los próximos 12 meses y se prevé una falta de liquidez a mediados de año si no se consigue financiación adicional”. Las intenciones de Nermark pasan por dar prioridad a la saga PayDay, que sigue arrojando números positivos para las finanzas de la compañía. “Esta saga es la base sobre la que construir en un futuro”, afirma Nermark. Como consejero delegado, tiene la tarea de garantizar el futuro de la empresa revisando operaciones y buscando los activos necesarios para lograr esa liquidez. De momento, no hay un pronunciamiento claro sobre qué sucedería con los trabajadores en el caso de que no lograsen dicha financiación.
Métodos antiguos y apuestas arriesgadas
“Quién no arriesga, no gana” es un dicho frecuente de la vida que a veces puede llevar a convencimientos erróneos. La idea de apostarlo todo a un juego más de zombies cuya IP se estaca temporada tras temporada y cuyo subgénero está terriblemente saturado se concibe como una decisión por inercia tras un desarrollo costoso y anticuado que no contempla ninguna posibilidad para echarse atrás. Incluso contando con la suerte y el mérito de recibir el apoyo económico de PayDay 2, lo cierto es que hace varios años que no vemos nada propio y con la calidad que merecería un juego proveniente de una compañía como Starbreeze Studios.
Sospechamos que el periodo de bonanza que pudo traer PayDay 2 ha perjudicado a un estudio falto de ideas propias y una seña de identidad no tan fuerte como otras desarrolladoras más pequeñas. El talento creativo debe emerger de la propia experiencia (no escasa) de esta empresa pero que tal viene a ser escuchado demasiado tarde y por ello desbanca el potencial de esta empresa para concebir nuevos títulos de calidad. Desde mi punto de vista, sólo una reestructuración cercana a una resurrección daría el sustento posible para tener la posibilidad de remontar con nuevos títulos dotados de mayor originalidad. Me entristece no tener una visión más optimista sobre la situación pero vivimos momentos delicados como para permitirse flaquezas de esa magnitud. La próxima generación recibirá con los brazos a abiertos a estudios entusiastas y ávidos que rivalizarán hasta con los más grandes. Y en dicha generación, no hay sitio para todos. Confío en equivocarme y poder ver las verdaderas posibilidades de esta compañía, de la cuál sospecho de no conocer su auténtico potencial a pesar de su madurez. Hasta entonces, no hay que perder la esperanza de que esta compañía pueda salvarse.