¿Era realmente necesaria?
From Software no abandona las primeras planas. Tras el lanzamiento de Sekiro: Shadows Die Twice (en cuyo análisis seguimos trabajando) y el éxito correspondiente, el estudio de Hidetaka Miyazaki no se queda quieto y han anunciado un juego de mesa basado en Bloodborne, que ha reventado su campaña de financiación en Kickstarter tras alcanzar la cifra requerida de 180000 euros en apenas 20 minutos, siguiendo la estela de Edmund McMillen con The Binding of Isaac, con su variante Four Souls, que tras el boom inicial de su correspondiente campaña, llegó a los compradores correspondientes y más allá de algún comentario muy ocasional, se perdió la pista.
En el caso del juego exclusivo de Sony, estará diseñado por Michael Shinall y Eric M. Lang y permitirá partidas de hasta 4 jugadores (con cazadores diferentes) en los que volveremos a Yharnam para enfrentarnos a todas las bestias que ya conocemos del juego de PlayStation 4, en versión física con las figuras correspondientes a los enemigos, cartas para objetos, consumibles, mejoras, misiones, fichas de puntuación y estado, etcétera. Desde luego, todas las recompensas extra ya han sido alcanzadas en el momento de redactar este artículo (desconocemos si se añadirán otras de aquí a finalizar su campaña), y es posible que se añadan cambios hasta el lanzamiento del juego, que llegará entre 8 y 10 meses una vez finalice el proceso de Kickstarter. Desde luego, el tráiler, por más que tenga una gran edición detrás, crea algo de expectación, antes de ponerse manos a la obra:
Al margen de que en este caso, no parece que Miyazaki y el resto hayan estado involucrados en el proceso de creación de este proyecto más allá de aportar una licencia que puede dar mucho juego y crear posibilidades en un juego de mesa trasladando las novedades que incluyó en el sistema de combate de Bloodborne respecto a la saga Souls, cambios alabados por gran parte de la comunidad, pasando a un estilo más ágil y dinámico, que en términos de juego de mesa puede ser de gran ayuda para evitar turnos densos y pesados que hagan que tras un par de intentos, el proyecto acabe guardado en un cajón cogiendo polvo de forma indefinida.
Desde luego, lo que no deja de sorprenderme es el constante salto de franquicias y licencias de videojuegos a ámbitos en los que hasta ahora eran inimaginables, siendo los juegos de mesa originales la última vuelta de tuerca a esta fórmula (por ejemplo, existen versiones de Monopoly con temática de Pokémon o The Legend of Zelda desde hace unos años), pero no deja de ser un asunto aislado con cada vez más libros o largometrajes llegando (o en curso) con licencias como Sonic o Minecraft a la cabeza. Aun así, y a diferencia de lo que podríamos considerar “de corte más cultural”, me asombra de igual manera que sea necesaria una campaña de financiación para estos proyectos, cuando creo sinceramente que se tratan de estudios de mercado encubiertos (como pudo ser por ejemplo el anuncio de Shenmue 3, que desvelaba una iniciativa de este tipo, prácticamente a modo de tanteo del interés de la comunidad). No creo que tachar de “cobardes” en este caso sea lo más adecuado, pero desde luego deja entrever cierto nivel de desconfianza en su proyecto, especialmente cuando hay licencias potentes y con un respaldo de por medio, como es el caso de Bloodborne. Y este proyecto no es comparable al de The Binding of Isaac: Four Souls, en el que Edmund McMillen estuvo involucrado a nivel de desarrollo como si de una expansión nueva se tratara, sin diseñadores externos como principales responsables.