El límite lo pones tú
Parecía que el día nunca llegaría, pero ha llegado. Dreams, lo nuevo de Media Molecule, de la mano de Sony, ¡al fin está entre nosotros! Bueno, en realidad, hay que destacar un pequeño matiz y es que lo que tenemos disponible desde el pasado 16 de abril en la Store de PS4, por un precio de 29,99€, es un acceso anticipado del videojuego en cuestión. Pero puedo afirmar que desde luego estamos ante un early access muy completo, rebosante de herramientas y posibilidades. Y uno, por cierto, que es de unidades limitadas.
Ahora mismo Dreams aún no tiene una fecha oficial de lanzamiento, aunque yo preveo que su salida será dentro de este año 2019 o como muy tarde para el próximo. No obstante, todos los entusiastas de su propuesta (entre los que me incluyo fervientemente, como sabéis), ya podemos disfrutar de este acceso anticipado que funciona como un entrante antes del gran plato final. Recordemos que lo que aquí falta es un modo campaña del que todavía no conocemos detalles, soporte para VR y, quizás, alguna que otra funcionalidad que llegará en la versión final. Pero, en fin, ahondemos en lo que tenemos entre manos. ¿Qué tal es Dreams? ¿Cómo se siente? ¿Es fácil, complejo, divertido…? Tras más de una semana de uso aquí os cuento mi experiencia personal.
Potencial a raudales
Lo primero que nos encontramos en Dreams, nada más iniciar su acceso anticipado, es una pantalla en negro y la voz de una mujer que nos comenzará a guiar paso a paso. En unos pocos minutos se nos introduce enseguida a los controles más básicos. En Dreams controlamos a un duende, una especie de puntero que reacciona al sensor de movimiento del DualShock 4 (o los dos mandos de PlayStation Move). Con este duende podemos además poseer “marionetas”, lo que llamaríamos personajes en cualquier otro videojuego. Una vez aprendido esto, tenemos libertad para hacer lo que queramos.
Básicamente, Dreams está dividido en dos grandes apartados. Explorando Sueños es el lugar en el que se encuentran todas las creaciones de los demás soñadores, el conocido Dreamiverso. Mientras que por el otro lado tenemos Conformando Sueños, la sección personal de cada uno en la que poder dar rienda suelta a la imaginación y crear todo tipo de cosas. Tú, como jugador, puedes dedicarte a lo que quieras. Y el juego es consciente de esto. Tu perfil de soñador subirá de nivel conforme vayas trasteando por aquí y por allá, cumpliendo desafíos o curioseando, y dependiendo de a qué apartados les dediques más tiempo, el juego te etiquetará de una u otra forma (simplemente para saber qué perfil de jugador eres y que los demás también puedan saberlo). Nada es obligatorio en Dreams: su santo y seña es el de la libertad, quieren que te dejes llevar a través de su interfaz como lo harías si fueses un niño, que pruebes a ver qué hace una cosa o qué hay en ese menú que te llama la atención. Por suerte, la asistencia suele ser constante. No solo las primeras veces con la narradora, sino que si prefieres ir por tu cuenta te fijarás en que todos los apartados tienen sus textos explicativos e incluso la gran mayoría te ofrecen consejos y sugerencias si mantienes tu duende sobre ellos unos segundos.
Aunque la verdadera chicha en este sentido se encuentra en los tutoriales, algo para mí indispensable por lo que hay que pasar si quieres ponerte creativo. Las opciones son tantas en el videojuego, de verdad, tantas, que su curva de dificultad puede ser elevadísima. No bromeo. Bajo su aspecto mono y colorido, Dreams esconde una potente multiherramienta de creación de videojuegos. Tal cual. Cualquiera puede adentrarse en ella, y puede ser más o menos fácil hacer tres o cuatro bobadas sencillas, pero si quieres dominarla y hacer virguerías, te va a llevar tu tiempo.
Los tutoriales son fundamentales para comenzar a entender las funciones más básicas de creación, desde cómo mover la cámara y aprovechar todas sus posibilidades, hasta rotar objetos, crear formas, duplicar y colorear elementos, transformar estructuras, aplicar efectos, animar, diseñar personajes, poner sonido y música… Las opciones, como vengo diciendo, son prácticamente infinitas. Estamos hablando de abarcar todos los espectros de creación de un videojuego (juego, diseño, arte, animación, audio y gestión). Tal y como haría un equipo de desarrolladores, programadores y artistas, pero desde la comodidad del sofá de tu casa y siendo tú el arquitecto de todo.
Estos entrañables tutoriales ayudan un montón a entender conceptos y adaptarse durante las primeras horas. Están muy bien guiados, con textos y voces en completo castellano que te explicarán punto por punto mecánicas esenciales a través de vídeos en una esquina de la pantalla, mientras tú puedes ir practicando por escenarios preparados. Siempre puedes detener o reanudar los vídeos si hace falta, atrasarlos varios segundos por si te has perdido, adelantarlos, o incluso minimizarlos y quedarse solo con la voz del narrador. Lo cierto es, y no voy a mentiros, que me gustaría que hubiese muchos más tutoriales, porque una vez realizados siento que solo he aprendido una pequeña porción de todo lo que se puede hacer. Y sin ellos, al entrar al modo de creación con todas las opciones desbloqueadas, me siento un tanto desnudo y perdido.
Se nota que la gente de Dreams ha hecho todo lo posible por simplificar las mecánicas y herramientas y ser de lo más accesibles.
Pero para ser honesto, se nota que la gente de Dreams ha hecho todo lo posible por simplificar las mecánicas y herramientas y ser de lo más accesibles. Es de agradecer su esfuerzo, porque lo que de otra forma significaría ponerse a picar código de programación que requiere un aprendizaje largo y complejo, aquí todo está integrado en interfaces e iconos de manera que, una vez aprendido y dominado un sistema lógico de chips, puedas hacer en pocos minutos que un fuego se contonee y haga daño a tu personaje, o este active una plataforma con su peso que a su vez se mueva de un lugar a otro, por poner un par de ejemplos. Los modos de creación se clasifican en varios grandes grupos: esculpir, pintar, revestir, estilo, efectos y sonido (además de un modo foto). Y a parte de crear videojuegos, ya sean en 3D, 2D, scroll lateral, FPS, plataformas, puzzles… Puedes dedicarte de forma independiente a la creación de cortometrajes animados, pinturas, músicas, exposiciones o esculturas. Ya sea tirando por empezar desde cero, usando plantillas que Media Molecule ha preparado, o reutilizando materiales de los demás soñadores del Dreamiverso. Luego, tú mismo puedes compartir todo lo que hagas con la comunidad y recibir feedback por ello. Uno de los grandes atractivos de la propuesta.
Saltando al Dreamiverso
A día de hoy, tras una beta de algo más de un mes de duración, y con el acceso anticipado apenas estrenado, ya hay más de dos millones de creaciones de la comunidad. Es una cifra impresionante. Y todo augura a que no dejará de crecer en cantidad y calidad, pues cuanto más tiempo pase, mejor sabrán exprimir los jugadores las capacidades del juego. Seguro que si os interesa Dreams lo más mínimo ya habréis visto por la red algunas genialidades surgidas de su vasto creador; una recreación del escenario de P.T., un shooter en primera persona de aspecto futurista, el bosque Kokiri de Ocarina of Time, el primer nivel de Super Mario… Esto es solo la punta del iceberg. Cuando uno entra en Explorando Sueños se puede encontrar de todo, es como abrir un regalo sin saber qué te vas a encontrar. Es un parque lleno de sorpresas. Uno puede simplemente ponerse a saltar de uno a otro sueño y perder la noción del tiempo probando cosas de lo más variopintas.
Claro que hay que tener en cuenta que la mayoría de experiencias están creadas en inglés (excepto las de Media Molecule, que están traducidas). Me refiero a que si tienen textos, voces o instrucciones, estarán en inglés, obviamente por la gran influencia de dicho idioma. No tiene porqué ser un gran impedimento para el disfrute de nadie, pero es algo a tener en cuenta si no dominas demasiado la lengua.
El Dreamiverso está ordenado actualmente por categorías y etiquetas. Puedes examinar las creaciones más destacadas, las que tienen más likes, o las que son más recientes. La interfaz es similar al catálogo que ofrecen grandes compañías como Netflix o Amazon Prime Video. O sea, una miniatura y título del contenido y toda una columna horizontal sobre la que ir avanzando. No es una mala disposición, aunque ciertamente yo espero que para la versión final esto cambie, ya que no solo debería haber más columnas para facilitar las búsquedas, si no que tendrían que estar mucho más desglosadas por categorías. De esta forma explorar sueños sería más rápido y más cómodo y se favorecería que todos tengan su hueco de visibilidad, y no solo las creaciones de mayor popularidad. Digo esto, además, porque la comunidad del Dreamiverso se alimenta directamente de sus usuarios. Es una especie de red social condensada. Se invita continuamente a dejar un me gusta a las creaciones que pruebes, a sacar fotos o a dejar comentarios, análisis y reportes. Incluso puedes seguir la actividad de tus creadores y sueños favoritos. Y cada cierto tiempo Media Molecule pone en marcha una JAM temática en la que todos son libres de participar con sus obras para ganar reconocimiento o retarse a sí mismos.
Sueños hechos realidad
Sin duda, Dreams es algo por lo que sentirse feliz y esperanzado. Es la fórmula Little Big Planet llevaba hasta límites de ensueño. Es un creador que puede dar pie a tantísimas cosas… Casi podríamos hablar de un hito dentro de la historia del videojuego. Creo que, sin contar Minecraft, nunca antes se había diseñado una herramienta con este potencial y complejidad que fuese tan accesible para todo tipo de público (con la lástima de ser un exclusivo de PlayStation). Dreams te incita a ser creativo, a plasmar en su universo cualquier cosa que se te pase por la cabeza. Es un cajón de sastre en el que volcar toda nuestra imaginación, como cuando de niños nos inventábamos historias con nuestros juguetes o dibujábamos cientos de aventuras. Pocos juegos con tanta inocencia e ilusión han nacido para este propósito. Solo puedo pensar en que esto es el comienzo de algo muy grande, y no sé vosotros, pero yo quiero estar ahí para verlo. Y disfrutarlo, por supuesto.