Cuando la libertad para los jugadores se vuelve en tu contra
La entrega más reciente hasta la fecha de la franquicia Smash Bros., que llegó con el subtítulo Ultimate a Nintendo Switch el año pasado, incorporó recientemente en su actualización 3.0 una funcionalidad muy pedida por los jugadores, un editor de escenarios que, Nintendo, en su inocencia, pensó que los jugadores no iban a pervertir en su uso, y apenas unos días más tarde ya tenemos entre nosotros las primeras noticias de versiones retiradas por contenido inapropiado, destacando órganos genitales masculinos y otras referencias sexuales en la mayoría de casos, pero con aparición también de recreaciones del ataque a las Torres Gemelas, así como otras situaciones que la imaginación humana puede aportar. La diferencia respecto a entregas anteriores, bien por la expansión de la conexión a internet que en la época de Wii podía ser menor, o por las ventas respecto a la anterior entrega, ha sido la explosión de este tipo de contenidos, si tenemos en cuenta que no es la primera vez que se incluye esta característica en la serie.
Lo irónico de la situación, más allá de los precedentes que comentaré más adelante, es que desde Nintendo habían intentado controlar la posible situación, y es que según parece, intentaron evitar (sin mucho éxito, visto lo visto) que se pudieran representar ciertas formas.
oops pic.twitter.com/i5z45RUZgH
— B@rry (@TendoRad) 18 de abril de 2019
La reacción de Nintendo, por otra parte, no ha tardado en exceso, y teniendo en cuenta la actitud protectora que siempre ha caracterizado a la empresa japonesa, especialmente cuando una parte importante de su público objetivo son niños, volviendo a una situación que, sin afectar tanto a la jugabilidad, ya vimos en Soul Calibur VI con su editor de personajes, y es que dar plena libertad a los usuarios tiene un coste añadido. Y no juzgo de forma negativa a la compañía por “censurar” y proteger su producto, al fin y al cabo, los términos de uso contemplan este tipo de situaciones, y no están haciendo más que cumplir con las normas de su producto. Evidentemente, no todo es blanco o negro, y no soy de los que opina que los polémicos creadores deban ser baneados en masa (si bien los más grotescos si merecen un castigo, aunque sea a modo de advertencia), pero es algo frente a lo que Nintendo deberían tener algún plan preparado pues, y como ya se ha visto en el editor, habían previsto que la situación podía llegar.
No se pueden poner puertas al campo
Al final, y como ya ocurrió con el citado juego de Bandai Namco, la atención ha acabado en el uso “extremo” de una función muy interesante más que en las creaciones en sí, que aportan un nuevo nivel de profundidad y la opción de que la comunidad añada y comparta de forma gratuita nuevo contenido (que en el caso de Smash Bros., ya cuenta con el Pase de Temporada habitual de todos los títulos de lucha, aunque se limite a nuevos luchadores para su plantilla), pero que quedan en un segundo plano por este tipo de situaciones. Para bien o para mal, en la época de Internet, siempre habrá una serie de usuarios que busque la risa fácil, incomodar o incluso ofender a un grupo particular de personas, pero no por ello hay que perder el foco y dejar que estas iniciativas acaben en tierra de nadie por esas minorías de usuarios. Nintendo debería saber a lo que se expone ofreciendo un editor de niveles, pero precisamente por eso debería disponer de maneras de afrontar el camino difícil (que pasa por dar una mejor experiencia de usuario) aunque en el proceso tenga que llevarse a la porción causante de un problema que, en un principio, no debería existir.