Sony entra en el formato con un evento exento de sorpresas que nos ha dejado demasiado fríos
Mucho se ha hablado ya de la nueva estrategia de Sony con respecto a PS4 y a cómo el titán nipón pretende poner punto y final a este ciclo generacional tan marcado por las revisiones de hardware, las lootboxes y, especialmente durante su recta final, los battle royale. No obstante, pese a todos aquellos párrafos que se han escrito tanto aquí como en miles de portales de Internet, el comportamiento de la empresa – tan errático como imprevisible – sigue siendo un gran incógnita, y es que, si en ocasiones parece que los chicos de Layden estén reservando todo su arsenal de cara a sorprender a su comunidad con un impresionante anuncio de la hipotética PlayStation 5, no parece que tengan demasiados problemas a la hora de ceder a la tentación de ser absolutos protagonistas mediáticos, tal y como lo llevan siendo desde hace ya más de seis años.
Como parte de esta última motivación, y tras, irónicamente, confirmar su ausencia en el E3 2019, la compañía presentó un nuevo modelo de vídeos explicativos bautizado como State of Play, con el que pretendían acercarse a la competencia – a los Directs de Nintendo, a los Inside de Xbox – de una forma algo menos sutil de lo que cabría esperar. Como ya comentó el bueno de Edu en su día, es un modelo que funciona, desde luego, por lo que este trámite hacia el contenido atemporal y digerible no debería de sorprender a nadie. Sin embargo, para todo en esta vida hay que tener arte, y es que también se trata de un modelo que hay que saber replicar.
La noche de ayer nos dejó una primera edición de State of Play peculiar. Peculiar, sí, porque los anuncios que allí tuvieron lugar, pese a la deliberadamente poderosa intención por apostar públicamente por PlayStation VR, no me parecieron deleznables – de hecho, diría que un par de ellos fueron bastante resultones -. Peculiar porque la forma en la que dichas propuestas se mostraron, dándole quizás una voz privilegiada que quizás no todas se merecían, no fue la mejor. Soy consciente de que las comparaciones son odiosas, y esperar de esta primera emisión un nivel de contenidos mínimamente similar al del último Nintendo Direct sería descabellado. No obstante, precisamente por tratarse de la primera vez – siempre hay una, dicen – me parece perfectamente compresible que gran parte de la comunidad quedase desangelada con el inexistente golpe en la mesa que debió de haber supuesto, echando la puerta abajo con una mejor gestión de contenidos y con un megatón final que, sin lugar a dudas, el propio formato pedía a gritos.
Ojito; tampoco estoy hablando de mostrar The Last of Us: Part II, o de ponernos los dientes largos con Death Stranding o Ghost of Tsushima. No pido tanto, pues sé de buena mano que esos nombres están reservados para ocasiones verdaderamente especiales, siendo casi merecedores de su propio evento. Pero ¿acaso no era un buen momento para enseñar algo más del ilusionante Dreams, o de aquel remake de MediEvil, presentado a finales de 2018, del que llevamos tantísimo sin oír hablar? De la misma forma, viendo el apabullante revuelo formado por Google con la presentación de Stadia, ¿no habría sido una buena idea aprovechar este programa para hacer un mayor énfasis en PlayStation Now, para así reafirmar la hasta ahora tímida posición de Sony en el streampocalypse?
En fin, no voy a recrearme en la desilusión del momento, porque tampoco hay muchos más motivos para hacerlo. Al final lo que más nos compensa, en la industria y en la vida, es quedarnos con lo bueno: con este Iron Man VR de Camouflaj (padres de Republique) que tan bien abrió el streaming, con ese No Man’s Sky de Hello Games que muy pronto recibirá compatibilidad completa con PlayStation VR (así como una importante actualización gratuita, Beyond), y con aquel Blood & Truth de London Studio que llevará la acción más peliculera a nuestras gafas de realidad virtual el próximo 28 de mayo, sin olvidarnos del preciosista Concrete Genie, que hará lo propio a lo largo de la próxima temporada de otoño. De la misma forma, mientras que el principal foco de atención del evento recayó sobre un inminente Days Gone – que, junto a Mortal Kombat 11 y Crash Team Racing Nitro-Fueled, estrenó tráiler -, el anuncio más importante de los que allí se produjeron fue, a título personal, Observation, una suerte de thriller de ciencia ficción con claras reminiscencias a cintas como Gravity que llevará el agobio escocés de No Code a nuestras PS4 y PC el próximo 21 de mayo gracias a la distribución de Devolver Digital.
Y eso fue, a grandes rasgos, el primer State of Play. ¿Qué os pareció a vosotros? ¿Esperáis más de una Sony claramente conservadora, o por el contrario vuestras bajas expectativas os han acabado brindando un buen sabor de boca? ¿Os haréis con alguno de los títulos aquí citados, o estaréis en huelga de jueguicos hasta que sepamos algo más de las aventuras de Joel y Ellie? Sea como sea, recordad que podéis dejarnos vuestra opinión en la sección de comentarios; os invito a crear un debatito sano de todo esto, pues chicha hay para dar y tomar. ¡Nos leemos!