Bichos raros

El año se acaba, y además de preparar la lista de propositos para 2019, también es momento de echar la vista atrás y ver lo que nos ha dejado 2018. Por ello, hoy desde la redacción de HyperHype vamos a dedicar dos artículos: uno a nuestros juegos del año, sin importar categoría (en algo había que diferenciarse de The Game Awards), y otro para nuestros sleepers – esos títulos que, por avatares del destino, creemos que no han tenido el reconocimiento que se merecen -.

Dicho esto, comenzamos por el final haciendo mención, en primer lugar, a determinados títulos que se nos han pasado, pero de los que queremos dejar patente su calidad y buen hacer. Títulos como The Messenger, Overcooked 2, The Red Strings Club o GRIS, que, en mayor o menor medida, han supuesto un golpe sobre la mesa en el terreno independiente, redondeando un año maravilloso. No obstante, son otras las entregas que componen la lista que hemos elaborado. Sin más dilación, os la dejamos bajo estas líneas, junto a nuestra valoración y motivos para incluirlo en esta exclusiva lista. ¡Comenzamos!

Tetris Effect

Tetris Effect, por Carlos Sánchez

En un año tan concurrido por las superproducciones, resulta excesivamente fácil menospreciar a aquellas propuestas que, como Tetris Effect, se sirven de un concepto extremadamente manido para ofrecernos una experiencia completamente inmersiva, mágica, y, en su cierta medida, revolucionaria. La última producción de Resonair no se conforma con ser un buen homenaje al clásico de Pázhitnov, sino que va mucho más allá, tratándose, como bien indiqué en su análisis, de un rediseño completo de su fórmula; una fórmula que no tarda más de unos segundos en hacernos cómplices de su buen funcionamiento y en atraparnos a unos niveles completamente enfermizos, que nos dificultan con notoriedad la mera tarea de soltar el mando y que nos obligan a seguir pensando en el juego una vez, incluso, horas después de haber presionado el botón de apagado de nuestra consola.

Florence

Florence, por Jaime Llanos

Cuando se trata de juegos móviles siempre he sido poco entusiasta y escéptico ante títulos por muy visualmente atractivos que sean. A excepción de unos pocos títulos, nunca sentí que el medio de los videojuegos se llevara bien con los móviles hasta que apareció Florence.

Florence es un juego que narra una porción de la vida de una joven a través de cortos capítulos que traen consigo una serie de minijuegos de fácil resolución y sin posibilidad de fallo, pero que tocan todas las notas correctas en cuanto a la asociación de la historia con la jugabilidad. Cosas tan simples como conversar con alguien nuevo a través de un sistema de puzzles que se van volviendo más simples a medida que la confianza entre ambos aumenta o seguir una fila de notas musicales puede no sonar muy atractivo, pero sumado al impecable trabajo audiovisual Florence se convierte en una experiencia, que si bien corta, puede resultar inspiradora e inolvidable.

Infernium

Infernium, por Ignacio Ory

Definido por su (único) autor, Carlos Coronado, como una combinación entre Pac-Man y el género Survival Horror, pude jugarlo a principios de año y solo puedo decir cosas buenas de este título, que se queda en esta categoría y no en la de GOTY por quedar parcialmente oculto dado su origen independiente, porque a nivel de calidad no tiene nada que envidiar a cualquier de los títulos que conforman nuestros juegos del año. Con una narrativa completamente implícita, su diseño de niveles, que explota al máximo las sencillas (pero a la vez profundas) mecánicas que propone, es la clave para que pueda situarlo en esta lista. Además, su forma de tratar la muerte, en medio de la moda de la muerte permanente, y no solo de forma jugable (si no también en su trama) me parece excepcional. Tal vez tenga que volver a visitarlo con alguno de los mods que se han publicado de forma reciente, quién sabe.

My Hero One’s Justice

My Hero One’s Justice, por Daniel Mesa

My Hero One’s Justice se presentaba con un futuro algo incierto por ser el primer juego de la serie con estas características que Bandai le da a los juegos de lucha. No obstante, Shinobi Striker, el otro juego con características similares, cayó del cielo en forma de decepción, por lo que le dejó el camino muy aplanado a My Hero One’s Justice. Tras tanto fiasco a lo largo del año de juegos que prometían el oro y el moro y al final han quedado en meras palabras, ver este juego que prometía menos que el resto acabar dando mucho más de lo que todos esperábamos, le ha hecho conseguir un puesto entre mis juegos del año por esa jugabilidad tan espectacular que ha logrado divertir y excitar a quien tomara los controles.

Into the Breach

Into the Breach, por Antonio “Lucci”

Mientras esperamos el resurgir de juegos tácticos al más puro estilo Final Fantasy Tactics o Advance Wars con la llegada de War Groove, Into the Breach nos trae de vuelta un género casi olvidado. Y lo hace de forma inteligente, con mecánicas sencillas marcadas dentro del roguelike mientras nos ofrece un enfrentamiento estratégico puro, sin azar, donde disponemos de la información anticipada de los movimientos del enemigo. Esto lo reduce a una toma de decisiones tan magnánime y tan elaborada como podría ser una partida de ajedrez. Incluso su componente roguelike, lejos de irrumpir el diseño de mapa, favorece una estrategia previa nunca vista en otro juego.


¡Y esto es todo! ¿Qué os ha parecido la lista? Sí, quizás se nos haya quedado algo cortita, pero ya sabéis lo que dicen: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Afortunadamente, nos podéis echar una mano ampliando la plantilla a través de la caja de comentarios. ¿Hay algún otro juego que creáis que debería de estar por aquí?

¡Nos leemos!