Tras su lanzamiento este mismo mes
Aunque los primeros lanzamientos de consolas mini con catálogo retro no son algo nuevo, 2018 ha supuesto un cambio de paradigma en este nuevo filón que muchas empresas han querido aprovechar, como ha sido el caso de SNK con su NeoGeo Mini, o de Sony con PlayStation Classic, que se ha confirmado como un rotundo fracaso, habiéndose lanzado a principios de mes a un precio de 99,99 euros (o dólares, en función de la región) y puede encontrarse ahora, menos de un mes después, a un precio de 59,99 euros, en una situación totalmente contraria a la que vivieron muchos usuarios con NES Classic Mini o Super NES Classic Edition, en la que muchos usuarios temieron quedarse sin su unidad por la escasez, sumado a que algunos optaron por especular con ellas. Finalmente, Nintendo puso a la venta otra remesa, dando finalmente la oportunidad a todos aquellos que quisieran hacerse con una.
Sin embargo, y por más criticable que pueda ser la comercialización de estos productos apelando directamente a la nostalgia, lo cierto es que Nintendo ofreció un producto mucho más sólido que el de Sony, que finalmente ha tenido que ver rebajado su precio de cara a intentar aprovechar el último tirón de la campaña navideña y vender el stock sobrante.
Este tipo de detalles se dejan ver, no ya en la construcción física del producto, que imita de forma más que aceptable la primera consola de Sony, pero que a nivel interno deja mucho que desear, haciendo uso de un emulador de código abierto (Nintendo al menos elaboró emuladores propios, que en el caso de SNES Classic limitó las capacidades de hacking de la consola) y ofreciendo un catálogo que, aunque iba a ser motivo de controversia fuera cual fuera la lista final, ha llegado de forma íntegra en inglés, aun existiendo traducciones oficiales (en los casos contrarios, es comprensible que no se implementen para un producto que no busca el éxito de masas, sino que está enfocado a un nicho) mientras que para acceder a las opciones de desarrolladores basta con conectar un teclado a la conexion USB. Este tipo de detalles no demuestran el mimo que merecen este tipo de homenajes.
Por el momento, Nintendo no se ha pronunciado acerca de un posible lanzamiento de una posible Nintendo 64 Mini, pero no tengo miedo a equivocarme a la hora de afirmar que Sony no va a volver a adentrarse en este mercado de nuevo, al igual que ya han confirmado su abandono del mercado portátil tras el fracaso de PlayStation Vita. Aunque hoy en día los experimentos en esta industria no suelen ser tan habituales como antaño (como por ejemplo surgieron la Virtual Boy o algunos diversos accesorios de NES, o la PlayStation Portable Go, algo más reciente, que intentó implementar una consola en formato puramente digital cuando el público no estaba preparado), y pese a que posiblemente la Nintendo Classic Mini surgiera como tal, el éxito acumulado provocó que el resto de compañías se sumaran a la moda, provocando prisas que de otra manera podrían haberse evitado.
Y esta bajada de precio tan significativa, con tan poco tiempo desde su lanzamiento, marca un punto de inflexión, en el que probablemente no se adentre nadie más, dejando así de lado los rumores de un posible relanzamiento de Dreamcast por parte de Sony. Al final, como siempre, cada uno termina donde se merece, y un producto cuidado y lanzado con mimo ha terminado siendo más exitoso a todas luces ante el público, sin necesidad de que la crítica ayude, demostrando que las modas solo funcionan para el que actúa primero, imponiendo el camino a las demás, y probando que el original rara vez es superado por la imitación.