Novedades aún sin confirmación oficial
Parece que Blizzcon supuso únicamente el pistoletazo de salida para dar a conocer nuevos detalles sobre la franquicia de Diablo, más allá del anuncio de Diablo Immortal y la confirmación del desarrollo de Diablo IV, del que se siguen dando a conocer algunos detalles, como su concepción a partir de la pérdida de confianza en Diablo III, y las vueltas que ha dado el proyecto desde entonces. Según indica el artículo de Kotaku, tras el lanzamiento de la única expansión del título, Reaper of Souls, que corrigió varios de los problemas del juego base, la directiva responsable había perdido ya la confianza en Diablo III, e indicó al equipo que la segunda expansión planeada se había cancelado, y que se pusieran a trabajar en la siguiente entrega. Aun así, el equipo que había llevado a cabo el trabajo, llamado Team 3 (y considerado internamente como el equipo como el más solido que se ha encargado de la franquicia) se disolvió para trabajar en World of Warcraft y Overwatch, además de quedar algunos miembros dedicados a dar soporte a Diablo III mientras otros se dedicaban por completo a la secuela.
Aunque se comenzó a dar forma al nuevo proyecto en torno a 2014, la versión actual, conocida internamente como Fenris, lleva en desarrollo desde 2016, ya que otro de los prototipos, llamado Hades, hubiera sido muy similar a Dark Souls, con cámara al hombro y de atmósfera tétrica, modernizando Diablo II y actualizándolo a los tiempos actuales. En ningún caso el juego llegaría antes de 2020, y aún podría darse el caso de que llegara en un formato parecido a Hades, aunque tampoco puede descartarse la vista isométrica más clásica. Sin embargo, y pese a que Diablo III no llego a cambiar radicalmente la fórmula jugable de la franquicia, las críticas no cesaron por ello, aludiendo al cambio de estética, mucho más cartoon, así como al escaso contenido respecto a la anterior entrega.
Por otro lado, me sorprende que Blizzard perdiera la confianza en un título que, si bien en cuanto al respaldo de la comunidad no fue lo esperado, comercialmente funcionó bien, y Reaper of Souls palió muchas de las críticas que recibía, además de que se lanzó también en Xbox 360 y PlayStation 3 en su momento, y Xbox One, PlayStation 4, y más recientemente, Nintendo Switch, por lo que del apoyo de Blizzard al título no se puede dudar, realmente. Respecto a los equipos internos de Blizzard, creo que es lógico a nivel de personal reubicar al personal en proyectos más prioritarios (como la expansión de World of Warcraft en ese momento, o Project Titan, que acabaría derivando en Overwatch), pero una vez terminadas dichas tareas, volvieran a formar parte de un equipo sólido y que había tenido éxito previo.
En cualquier caso, el evidente que los tiempos han cambiado, y que la capacidad de adaptación de los grandes estudios es algo prácticamente obligado, no solo a nivel de plataformas, sino también a nivel de tendencias entre los usuarios, como demuestra el prototipo similara a Dark Souls, que se encontraba en pleno auge en dichos años. De igual manera, también se hace mención a funcionalidades de corte social, así como algunas propias de MMO para este futuro Diablo IV, incluso que hay equipos de Blizzard trabajando en más títulos para móviles, incluyendo uno basado en el universo de Warcraft que tendría un funcionamiento similar a Pokémon GO. Al final, lo único que podemos sacar en claro de Blizzcon y todas las noticias que se han dado a partir del evento es que han supuesto la apertura de una Caja de Pandora en lo relativo al juego, y que hasta que haya noticias oficiales al respecto, podrán calmar a los seguidores más acérrimos de la saga.