Toda la emoción del baloncesto, optimizada para pasar un buen rato con amigos
Todos aquellos que hayan entrado al análisis esperando un videojuego realista y estratégico que represente fielmente la emoción del basket, ya sea en forma de pachanga, liga o cualquier competición medianamente seria y profesional, ya puede quitarse esa idea de la cabeza, pillar un café y escuchar con atención, siempre y cuando no os desagrade la idea de descubrir la forma de ver este deporte que plantea este Playgrounds 2.
No hay que ser un fiera para darse cuenta, con tan solo pararse a ver la portada del juego, de que estamos ante un juego 100% arcade, algo que bien podría desagradar a algunos usuarios, pero que no deja de ser necesario; un enfoque así, con claras remiscencias a los viejos NBA Jam, es justo lo que muchos necesitábamos, más aún cuando el juego no se queda con medias tintas y mantiene su filosofía hasta el final. El juego, así, se presenta al más puro estilo de FIFA Street en sus comienzos: coge un deporte, lo reduce al arcade y destaca toda la espectacularidad de este para enganchar al jugador.
Una vez vemos el menú podemos acabar de formarnos una idea sobre cómo es el estilo visual del juego. Los títulos están escritos con una tipografía muy grande y con colores atractivos que llaman la atención del jugador y donde ya podemos ver a sus tan característicos modelos que representan tanto a los jugadores actuales de los equipos de la NBA como a sus leyendas, de las que hablaremos en profundidad más tarde. Por otra parte, la aventura deja sus posibilidades claras desde el minuto uno, permitiéndonos acceder a simplemente tres modos de juego: un partido rápido que puedes jugar en modo un jugador/multijugador online o local, un modo de liga con playoff final incluido que solo se puede disfrutar offline, y un concurso de triples que también se puede disfrutar de ambas formas.
Por otra parte, decir cabe que el juego incorpora los tan afamados sobres de cartas, en los que podemos encontrar tanto jugadores como prendas de ropa para cambiar el estilo a nuestros deportistas favoritos. Los sobres se pueden comprar con los dos tipos de moneda del juego: los Baller Bucks, que se pueden conseguir simplemente jugando partidos, y con los que podemos comprar sobres de jugadores de calidad bronce, plata y oro o bien comprar los jugadores directamente desde el menú de los equipos; y los Golden Bucks, los cuales solo se consiguen o bien con dinero real o bien a través de los sobres de jugadores, y con los cuales se pueden comprar nuevos estilos para personalizar a nuestros jugadores. Todos los micropagos se resumen a añadidos cosméticos, así que tenemos pocas quejas en este sentido.
La mecánica que se utiliza para mejorar a los jugadores es muy sencilla, pero efectiva a su vez, e incita a jugar con tus personajes favoritos para que estos mejoren sus estadísticas. Los jugadores mejoran a base de experiencia y de desafíos, es decir, que al final de cada partido o competición tus jugadores reciben experiencia que mejora su valoración de bronce a plata y luego a oro, además de poder llevar a cabo una serie de desafíos que te obligarán a jugar a los diferentes modos de juego para mejorar cada estadística del jugador (velocidad, robo, tapón, mate, tiro de 2, tiro de 3, etc). De esta forma, tus jugadores van mejorando sus estadísticas en función de tu propia forma de juego, tratándose de una mecánica interesante y bien introducida.
Planteadas las bases, pasaré, ahora, a desgranar los modos de juego. El primero, tal y como he comentado anteriormente, se basa en el concepto de un partido rápido 2v2, en el que puedes elegir a cualquier pareja de jugadores sean del equipo que sean y enfrentarte a otros dos en un partido de 5 minutos con tiempos de 12 segundos. De esta manera, cada jugada se deberá llevar a cabo en 12 segundos – la mitad que en baloncesto real -, debiendo de realizarse con normas mucho menos restrictivas (ya que no hay fueras, ni faltas, solo pura emoción).
Otro modo de juego es el de temporada, que consta de partidos bastante más largos que los rápidos, y que nos reta a jugar 15 partidos de clasificación en dos ligas diferentes – puede ser la costa este o la oeste – para acabar con un playoff que enfrentará al mejor de cada liga. En la liga solo puedes utilizar jugadores de un mismo equipo, y si se gana la liga se desbloqueará un jugador de calidad más alta de dicho equipo. Los partidos, por su parte, tienen las mismas reglas que los partidos rápidos, pero en estos se va cambiando el campo donde se juega, ya que cada equipo tiene su propio campo, – al fin, algo que se asemeja mínimamente a la vida real -. Todos los partidos de la liga (y el playoff) son de ida y vuelta, y se van sumando puntos para ascender en la clasificación. En caso de producirse un empate, el vencedor se decidirá por triples para ver quién suma más puntos.
Por último nos encontramos con el modo de triples, igualmente accesible. En este, dos jugadores (o jugador y CPU) lanzan a canasta repetidas veces hasta terminar el tiempo, y el que más triples haya encestado es el que gana. Así de fácil. No obstante, aquí aparecen ciertas particularidades – tales como el último balón del carro, que sumará tres puntos al contador, o un balón dorado que aparece a mitad de este y que si lo encestamos nos dará cinco segundos extra en nuestro tiempo – que aportan cierta variedad y tensión, pues, en buenas manos, son capaces de dar la vuelta al partido en cuestión de segundos. Siguiendo esta tónica, cabe destacar que la mecánica de tiro es muy sencilla. Tenemos un ‘contador de colores’, y tenemos que tratar de parar la barra que aparece en pantalla en la zona verde. Cuanto más al centro se encuentre, mayor porcentaje de acierto tendremos en el tiro, y cuanto mejor sea la estadística de tiro del jugador, más fácil será acertar el disparo. La mayor dificultad del modo es la velocidad con la que tienes que llevar a cabo todos los tiros, cosa que lo complica bastante.
Ahora sí, conforme nos vamos acercando al final del análisis va tocando tratar la parte fuerte del juego, y donde yo creo que está casi toda la chicha de este. Hablo, como no podía ser de otra manera, de la jugabilidad y las mecánicas. Los controles – y la jugabilidad, en términos generales -se han simplificado notablemente desde su anterior entrega, de forma que ahora es mucho más fácil llevar a cabo movimientos increíbles y vistosos, que, ayudados por determinados efectos y por alguna que otra cámara lenta al más puro estilo hollywoodiense, permiten al jugador disfrutar de la espectacularidad del juego (que no es poca).
Por si esto fuese poco, se han añadido mates más increíbles, y movimientos como alley-oops que aportan al jugador la sensación de que realmente sabe realizar esos movimientos. La mecánica de tiros, mates y entradas es la misma que los triples, siendo igual de sencillos los robos, tapones y rebotes, que se reducen a apretar un botón en el momento justo para que se realicen con éxito – aunque todos estos movimientos reducen la resistencia del jugador -. Esta última configura una mecánica muy importante, pues te permitirá, más allá de esprintar (especialmente útil a la hora de defender), realizar mates y movimientos especiales.
Por último, existen dos mecánicas relacionadas entre sí que se han implementado, y le ofrecen un extra de dinamismo al conjunto. La primera de ellas consiste en la posibilidad de tener power ups, que ofrecen a nuestro equipo facilidades para ganar el partido, y que se consiguen marcando puntos y robando balones. Estas acciones llenan un medidor que, al completarse, nos ofrecen una ventaja temporal sobre el contrario. Por otro lado, este medidor se puede vaciar también utilizándolo para empujar al contrario cuando tiene el balón, o bien a base de darles codazos a los adversarios cuando controlas el balón para facilitarte el tiro o el pase, cosa que es muy importante para obtener más puntuación – sobre todo en las dificultades más elevadas de la CPU o contra rivales reales -.
Inmersión, variedad y realismo en pos de una accesibilidad bien medida
Como conclusión, decir que NBA 2K Playgrounds 2 sabe explotar muy bien sus posibilidades, tratando de simplificar el deporte sin restarle todos los elementos que le dan espectacularidad a este y que atraen al jugador. Desde luego, no estamos ante un simulador de baloncesto, pero es que tampoco trata de serlo en ningún momento, es ahí donde los jugadores que busquen una experiencia puramente arcade van a encontrar una razón de peso para hacerse con él. Si te gusta el dinamismo y la emoción del deporte pero siempre te ha dado miedo entrar en la franquicia, esta es tu oportunidad. Un título muy recomendable para aquellas personas que únicamente busquen una experiencia divertida, casual y entretenida, perfecta para jugar con amigos y echar unas risas, mientras, con la mandíbula desencajada, contemplan los movimientos de sus propias leyendas.
Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PS4 cedido por 2K Games.