Baby's On Fire

Llamamos Efecto Tetris a la capacidad que presenta una determinada actividad para controlar el subconsciente y los sueños de aquel individuo que le haya dedicado el tiempo suficiente. Gente que juega a Tetris por mucho tiempo termina pensando cómo acomodar diferentes formas que se encuentra en el mundo real, aplicando la filosofía del juego a su vida diaria. En este sentido, el juego es como una forma de hábito.Lynn Okagaki

Tetsuya Mizuguchi siempre me ha parecido una de las figuras más infravaloradas – y, en general, peor tratadas – de la industria. Un creativo único, con una evidente pasión por la música, que, en su afán por proponernos conceptos únicos de los que disfrutar, siempre se ha posicionado socialmente un par de peldaños por debajo de otros grandes referentes como Hideo Kojima o Hidetaka Miyazaki. No obstante, tras unos días comiéndome la cabeza, he llegado a la conclusión de que este estamento profesional no es una casualidad – nunca lo ha sido, de hecho -, pues se trata de un efecto colateral, lógico y secundario de las propias pretensiones del creativo. Porque el padre de Rez nunca ha querido sorprendernos con blockbusters comerciales ni con giros de guion, hallándose en una búsqueda perenne por descubrir lo extraordinario en lo mundano.

En pleno auge de PlayStation 2, un servidor descubriría a Mizuguchi a través de Lumines, una tímida apuesta por los puzles en dos dimensiones nacida de la imposibilidad de tratar con los derechos de la marca Tetris. Ahora, catorce años y dos generaciones después, llega a nuestras PlayStation 4 de forma exclusiva Tetris Effect, una versión definitiva de la obra de Pázhitnov que demuestra el buen hacer del director y de su equipo, y que brinda una sinestésica juventud a una aventura por la que parecen no haber pasado los años.

Lo nuevo de Resonair y Enhance hace muchas cosas bien, aunque creo conveniente entrar en materia comentando porqué se trata de un producto tan necesario a día de hoy. Tetris Effect no es una mera puesta a punto (aunque bien que muchos nos habríamos conformado con eso); es la demostración tangible de que un videojuego, independientemente de su concepto, puede llegar a ser tremendamente adictivo, profundo y emotivo si se tocan los botones adecuados. Sé que puede parecer una locura, pero todas las mecánicas y efectos visuales que componen el título conforman una experiencia hipnótica, casi onírica, que se adapta a nuestra manera de jugar y que realmente nos hace tomarnos muy en serio cada partida; como si fuese la primera moneda que echásemos en “la maquinita”, como si cada vez redescubriésemos el clásico.

Gran culpa de ello recae directamente en todos los esfuerzos que el equipo de desarrollo ha realizado para elevar a la undécima potencia la innovación del juego base, aparentemente inexistente. La música, lejos de ser un apartado anecdótico como en anteriores versiones, toma un rol protagonista, fusionándose con los giros de los Tetróminos (que cuentan con sonidos propios) y pasando de ambientar las partidas a formar parte activa de las mismas. Se trata de un fin, y no de un medio; una motivación adicional que, aderezada por la potente vibración del mando, es capaz de hacer que le demos la vuelta a la tortilla en el último momento, de hacer de nuestro pulso una montaña rusa, y de que seamos capaces de encajar piezas a una velocidad extremadamente superior a lo que cabría esperar, haciendo que nos sorprendamos de nuestras propias capacidades.

Tetris pieza tetromino 1Sin embargo, esta inmersión no sería posible sin herramientas jugables tales como la cámara (ahora, completamente dinámica y configurable) o sin un escenario acorde donde poder exhibirse durante horas. En este sentido, desde el minuto uno se nos da la opción de plantar cara a un Modo Viaje que nos propone una serie de niveles lineales, agrupados en varias zonas, que se encuentra repleto de localizaciones únicas y de miles de sincronías preconfiguradas que descubrir. Dichos escenarios, de la misma forma, se adaptan al ritmo de la partida, jugando con la velocidad de caída de las piezas y transportándonos, a través de multitud de fondos, a localizaciones tan variopintas como el Japón feudal, la Europa más septentrional o incluso el espacio exterior. Como jugadores, pasamos a ser protagonistas de cada una de estas experiencias, que precisan de nuestra pericia para ser completadas y que, de una forma u otra, recompensan nuestros esfuerzos con potentes estímulos visuales, que se suman al ya de por sí impactante despliegue de luces, contrastes y partículas, presente de manera prácticamente constante.

A lo largo de esta suerte de campaña podremos utilizar a nuestro más sincero antojo una nueva mécanica jugable, que se alza como la principal inclusión a la fórmula que el equipo de Resonair, desde el respeto, ha querido realizar en el campo jugable. Se trata de ‘La Zona’, un trance temporalmente limitado, muy en la línea de la propuesta, que, además de expandir la cantidad de líneas que podemos suprimir de una misma vez (de cuatro a veinte), nos permite frenar de manera drástica el tiempo para así configurar complejas estructuras, dejar a punto de caramelo esa torre que tanto costaba construir o salvar el pellejo en las situaciones más peliagudas.

Tetris pieza tetromino 2No obstante, la experiencia de la que nos hace partícipes Tetris Effect va mucho más allá de estos niveles independientes y es que, a través de una categoría que responde al nombre de Modos Effect, podemos acceder a una colección notablemente vasta de modalidades adicionales, que van desde las más clásicas (como Maratón o Sprint, con sus respectivas variantes ‘sin límite’) hasta las más alocadas (como listas de reproducción temáticas o Todo despejado, donde se nos reta a eliminar configuraciones predefinidas con movimientos muy concretos). Desde luego, nos encontramos ante un añadido francamente disfrutable, con el que expandir la vida útil de la propuesta y con el que, por ende, justificar, de alguna manera, los 39,99€ que cuesta la entrega en el momento de redacción de este artículo.

Es una pena que, ante todo este esfuerzo en reforzar la experiencia para un jugador, no se haya introducido ninguna opción para poder disfrutar del juego en compañía de un amigo o familiar. Tetris Effect me ha parecido una experiencia increíble, accesible a la par que emocionante, y por ello me habría encantado compartirla de manera activa con mis allegados menos cercanos a la industria. Supongo que, ante mi obcecación, no me quedará otra que pasarles el mando – y los cascos; todo un must – para que así puedan comprender mi obsesión por el juego, pues las tablas de puntuaciones online de las que puede presumir, presentes en todos los modos, saben a poco. Al menos, eso sí, cumplen su función con gusto y buen hacer, funcionando como un tiro y proponiéndonos un sistema de rangos (D, C, B, A, S, SS) más exigente de lo que cabría esperar: a poco que seáis competitivos, tanto de manera social como personal, tendréis juego para rato.

Compatibilidad con VR
La guinda al pastel que en este caso redondea el conjunto no es más que una compatibilidad completa con el dispositivo de realidad virtual PlayStation VR, del que parece aprovecharse gracilmente para llevar lo aquí narrado a otro nivel. Se trata de un aspecto que he dejado para el final porque, desgraciadamente, no he tenido la oportunidad de probarlo en persona, pero realmente parece ser un punto muy a su favor, sumergiéndonos en la entrega hasta el punto de que aparenta ser una experiencia diseñada particularmente para el dispositivo. Si sois poseedores de unas gafas, aquí tenéis otra razón de peso para darle una oportunidad.

Una de las mejores versiones de uno de los mejores videojuegos de la historia

Galardón-Plata-HyperHypeComo en la cadena de producción de Tiempos Modernos, una buena partida de Tetris puede hacer del jugador un amasijo de algoritmos enfermizos, formando involuntaria parte del juego aún tras acabar la sesión y sintiéndose este forzado a interactuar con su entorno de una manera especialmente maníaca y ordenada. A la hora de hablar de lo nuevo de Resonair, tenemos un problema: todas las partidas son buenas. Ante una propuesta de estas características, resulta fácil acabar encerrado en el cuarto, con las persianas bajadas, la silla cerca de la televisión y el volumen al máximo, descubriendo que Tetris Effect va mucho más allá del homenaje, siendo un rediseño completo de una fórmula que hasta ahora creíamos más que trillada, y dejando patente porqué Tetris lidera, aún a día de hoy, la ingente lista que configuran los videojuegos más vendidos de la historia. Ahora todo cuadra, y nunca mejor dicho.


Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PS4 cedido por PlayStation España.