V de Vanguardia
Desde el preciso día en el que Destiny 2 llegó a nuestras tiendas, ya sabíamos de antemano que, si lo que buscábamos era disfrutar de la experiencia completa, nos iba a tocar pasar por caja en más de una ocasión, siguiendo la hoja de ruta de su predecesor. Así, tras dos pequeños contenidos descargables de carácter casi anecdótico (que incluían una buena cantidad de misiones y ajustes, pero que, desde luego, no valían su peso en oro) llega a nuestras consolas, ahora, Los Renegados. Una gran expansión que, de una manera equivalente a El Rey de los Poseídos del primer Destiny, busca ampliar los límites jugables y narrativos de la experiencia con tal de mantenernos enganchados varias decenas de horas una vez más, apelando a ese universo en constante evolución del que los chicos de Bungie tanto presumen. Los padres de Halo nos dan, por tanto, una oportunidad de oro para volver a un juego, en gran parte, menospreciado por la comunidad de jugadores, pero que recompensa con grandes alegrías y satisfacciones a todo aquel que osa entrar en su mundo.
Este fenómeno se debe, en parte, a que Bungie, pese a su enorme relevancia como estudio desarrollador, ha aprendido durante todo este tiempo a escuchar a su base de usuarios, implementando con el paso de los meses todas esas mejoras que tantísimo se pedían, y añadiendo, por si fuese poco, determinados ajustes que dificultan nuestro progreso como Guardianes y que, por ende, nos hacen sudar un poquito más a la hora de conseguir esa armadura legendaria que tanto ansiamos, o ese nivel máximo que, hasta ahora, parecía estar a la vuelta de la esquina. La buena comunicación entre el equipo y la comunidad se ha vuelto un pilar indispensable para el correcto desarrollo y mantenimiento del juego, construyendo una relación muy fiel en la que los jugadores dedicados están dispuestos a pagar los 39,99€ que vale esta expansión desde el Día 1, esperando, por supuesto, un contenido a la altura, resultado de sus plegarias y peticiones.
Desde el punto de vista narrativo, uno de los elementos que decepcionó considerablemente a propios y a extraños en el lanzamiento original del juego fue la trama principal, de la cual esperábamos un poquito más. Afortunadamente, los responsables parecen haberse puesto las pilas con el estreno de Los Renegados, regalándonos una Campaña excelsa que, pese a sus obvias carencias y flaquezas, se alza como la mejor historia que hemos vivido hasta el momento dentro del universo Destiny. Una crónica de venganza, traición y redención al más puro estilo western espacial, que, con una duración más que aceptable (en torno a unas cinco o seis horas), nos llevará hasta una nueva zona bautizada como la Costa Enredada para allí dar caza a los Repudiados, asesinos de nuestro amigo y mentor Cayde-6. Este mortífero grupo de enemigos estarán encabezados por el mismísimo Príncipe Uldren, quien brindará de personalidad y crudeza a la ficción desde un primer instante, forjando una historia mínimamente memorable que deja el humor y el heroísmo a un lado para implicarnos mucho más en los acontecimientos que están teniendo lugar.
Este tono oscuro y místico, muy en la línea del primer juego de la franquicia, le sienta muy bien al conjunto, y permite a los diversos personajes que la protagonizan presentarse correctamente desde el inicio. Todo queda mucho más claro y conciso, y esto facilita que la acción se intensifique especialmente durante la recta final de la historia, siendo esta mucho más emocionante que en anteriores misiones. A dicha recta no llegaremos, eso sí, hasta que hayamos acabado con el séquito de Barones de Uldren al completo; un total de ocho jefes finales a los que deberemos de dar caza en el orden que prefiramos, y que protagonizarán diferentes fases que nutrirán de variedad y frenetismo a la acción. Si bien todos ellos son bastante planos y predecibles, se sienten trabajados, contando cada uno con una personalidad completamente distinta y, en lo jugable, con un estilo de combate usualmente desafiante al que tendremos que adaptarnos a base de reintentos. Una lista negra que nos ha recordado a juegos como The Legend of Zelda: Breath of the Wild, Mega Man o Dark Souls, y que realmente se agradece, brindándonos una libertad narrativa impropia de la franquicia que impide a la acción atragantarse por sí sola.
He de admitir, además, que las secuencias CGI generadas por ordenador de las que hace gala esta expansión, y de las que se vale para contar la caída de Uldren Sov, son sencillamente magistrales. Ya conocíamos la maestría del equipo de Bungie en el terreno puramente visual, pero lo cierto es que con el lanzamiento de Los Renegados han vuelto a superarse, permitiéndonos disfrutar, una vez más, de una factura técnica literalmente increíble. Una factura técnica casi a la altura de la dirección artística, que vuelve a ser soberbia como de costumbre, otorgándonos escenarios verdaderamente preciosos (la Ciudad Onírica, escenario del end-game, es uno de los parajes más bellos que he visto en los últimos años) y efectos visuales que, más allá de jugar con nuestra percepción del terreno, nos dejan embelesados una y otra vez. Algo muy similar ocurre con su banda sonora, que, si bien no llega a las cotas de calidad citadas, es lo suficientemente buena como para contar con valor propio, siendo un producto interesante tanto dentro como fuera del juego, y pudiendo transmitir las sensaciones correctas en el momento oportuno.
Otro de los aspectos que más nos han gustado de esta expansión han sido las nuevas habilidades y súper introducidas para las tres clases disponibles. Al contrario de lo que muchos (entre los que se encontraba un servidor) se empeñaban en pensar, esta expansión no trae consigo una cuarta subclase para nuestros titanes, cazadores o hechiceros. Sin embargo, sí que incluye una nueva rama de habilidad para cada una de las tres subclases ya disponibles, modificando nuestras técnicas definitivas y alterando drásticamente nuestra forma de jugar. Una decisión algo arriesgada, pues quizás sea menos llamativa que vender una nueva subclase, pero que, no obstante, nos ha parecido acertada, permitiendo a los jugadores especializarse aún más en su rama predilecta y añadiendo suficientes cambios – como las nuevas súper – como para alzarse como un soplo de aire fresco para el conjunto. Realmente, si nos paramos a pensarlo, sería complicado introducir tres nuevas subclases sin que estas se pareciesen a las ya presentes en el juego (de hecho, la última clase introducida para el hechicero ya era prácticamente igual a una del primer juego, Aedo del Sol), por lo que no creemos que esto se tenga que ver como un paso atrás con respecto a El Rey de los Poseídos.
Pero no es oro todo lo que reluce. La extensión que hoy tenemos entre manos no está exenta de flaquezas, especialmente si la analizamos junto a la actualización de Año 2 que recientemente recibió la propuesta. Por un lado, podemos plantar cara a unas misiones secundarias algo olvidables, que están ahí únicamente para mantenernos entretenidos durante el mayor tiempo posible, pero que no tardan en caer en la repetición dada la repetición de los escenarios en los que se desarrollan y el exacerbado abuso que realizan una y otra vez de las mismas mecánicas jugables. Asimismo, pese a que ahora contemos con un nuevo tipo de arma (¡al fin podemos usar arcos de precisión!), sentimos que no se ha incluido la suficiente variedad de arsenal en este contenido. Por supuesto, contamos con nuevas piezas de armadura, y con una buena ración de fusiles de asalto y de armas especiales, pero parece que Bungie con este DLC ha querido enfocarse más en la indiscutible calidad de estas piezas que en la cantidad de las mismas, que se antoja menor que en anteriores episodios descargables.
Por último, me gustaría hacer una mención especial a Gambito, el nuevo modo de juego introducido, el cual, aunando las bondades del PvE con las del PvP, es tan denso, variado y divertido que se merece un artículo aparte. Artículo que, de hecho, ya escribimos semanas atrás, y al que podéis acceder desde este enlace con tal de informaros a fondo sobre el mismo. Asimismo, no podríamos concluir esta review sin citar El Último Deseo, la incursión especial de esta expansión. Una misión realmente épica que se encuentra repleta de saltos imposibles, puzles y jefes, en la que el juego en equipo y la comunicación se convierten en pilares fundamentales y que, aderezada con unos diseños de personajes y escenarios absolutamente maravillosos, se alza como el mayor desafío de Destiny 2 hasta la fecha. Desafío que, desgraciadamente, no hemos logrado superar en el momento de redacción de este artículo, pero que hemos intentado reiteradamente, y de cuyo final hemos podido disfrutar a través de vídeos y streamings, pudiendo dar fe de la incuestionable calidad de la misión.
En la dirección correcta
Hoy por hoy, sin haber finalizado la incursión y sin saber cómo funcionará el contenido a medio y largo plazo, no sabría decir si se trata de la mejor expansión del universo de Bungie hasta la fecha, pero, desde luego, no me tiembla el pulso a la hora de afirmar que Los Renegados es, con diferencia, lo mejor que le ha pasado a Destiny 2 hasta el momento. Con uno de los mejores modos de juego que jamás ha recibido el título, una Campaña más que notable y una cantidad de contenido abrumadora, la expansión justifica su elevado precio con creces, sabiendo satisfacer a prácticamente cualquier jugador que ose adentrarse en ella con decenas de misiones de grandísima calidad y con un mundo dinámico en el que siempre hay algo que hacer, y en el que únicamente encuentra la monotonía quien la busca. Una cita obligada para los fans de la franquicia, y una experiencia más que recomendable para todos los amantes del shooter moderno.
Este análisis ha sido realizado con un código de descarga para PS4 cedido por Activision.