Volvamos a la Edad Media
Como parte de nuestras citas en Gamescom, además de los títulos AAA de los que os hemos hablado estos últimos días, también tuvimos la oportunidad de probar títulos de corte más independiente, como es el caso de Mount & Blade II: Bannerlord, que lleva unos 8 años en desarrollo de la mano de TaleWorlds Entertainment, cuya demo pudimos probar a puerta cerrada en la feria alemana, con total libertad y sin apenas instrucciones, lo cual hizo que los seguidores más experimentados de la saga pudieran disfrutar la ocasión por completo. mientras que los novatos (entre los que me incluyo) pasamos parte de la sesión comprendiendo algunos conceptos del juego. Dicho esto, pasamos a las impresiones del mismo.
Esta demo, que bien podría haber sido el juego final (ya que no encontramos errores notables ni detalles que nos sacaran de la inmersión), nos dejaba en medio del enorme mapeado para darnos libertad absoluta y hacer y deshacer a nuestro gusto. Una de mis primeras decisiones fue entrar en una de las múltiples ciudades visibles, en las cuales podemos, además de comprar y vender objetos de nuestro inventario, reclutar nuevas unidades para nuestro ejercito o adquirir nuevas misiones hablando con los habitantes del asentamiento, habitualmente relacionadas con otros puntos del mapa o con las facciones que dominan las diferentes zonas. Porque este será probablemente uno de los principales puntos en los que se base parte de la acción, las 8 diferentes organizaciones que, con sus propios objetivos y formas de actuar, intenten dominar el extenso mapa de esta precuela (temporalmente hablando) de Mount & Blade Warband. Además, para mejorar la experiencia, la inteligencia artificial de estos enemigos se ha visto mejorada, no solo en la parte más táctica, si no también en los propios combates, de los que hablaremos ahora.
Una vez dispongamos de nuestro pequeño ejército personal (reclutando nuevas unidades), podremos lanzarnos al campo de batalla frente a los enemigos que encontremos a lo largo del mapa, conociendo la capacidad de sus reclutas frente a los nuestros antes de dar paso a la contienda (si aceptamos disputarla). En caso afirmativo, pasaremos a un entorno 3D como si nos encontrásemos de vuelta en una ciudad, con ambos ejércitos desplegados y preparados para el combate. El sistema, quizás algo tosco de primeras, permite la suficiente profundidad para establecer algunas tácticas con las que alzarse con la victoria. A modo de recompensa en caso de imponernos, podremos sumar parte de los rivales a nuestro equipo, a modo de prisioneros, aumentando así nuestra fuerza en combate. Desconozco si existirá algún límite de unidades en combate, pero las batallas multitudinarias bien podría suponer tener un Total War en miniatura, ambientado en la Edad Media.
En caso de no poder superar el desafío, sufriremos el mismo destino, seremos hecho prisioneros, situación de la que podremos liberarnos pagando una cuota, de manera que volveremos a la situación habitual, con la que podremos volver a ser libres a lo largo del mundo que nos proporciona TaleWorlds. Además de las mejoras a nivel de interfaz mencionadas anteriormente, a nivel de modelados y animaciones existe una mejoría notable, fruto del mejor motor gráfico, así como del aumento de potencia disponible gracias a los años que han pasado desde el lanzamiento del juego original, sin llegar a ser un referente, pero si cumpliendo en todos sus aspectos.
A modo de conclusión, y sin conocer aún la fecha de lanzamiento de este Mount & Blade II: Bannerlord, se puede afirmar que los fans de la saga verán sin duda satisfechas sus expectativas con este nuevo juego, que potencia aún más las virtudes de la saga, mientras que supone una buena puerta de entrada para nuevos jugadores, no sin antes pasar unas pocas horas para adaptarnos al universo de TaleWorlds, que aún tiene cierto margen de mejora, que va por muy buen camino.