Somos dos mundos con un mismo destino
14 temporadas tiene Cuarto Milenio en las que, repletas de episodios, intentan averiguar si es cierto que hay otras realidades o no. Ovnis grabados con cámaras de mala calidad y por gente a la cual le tiembla mucho la mano, cacofonías que podría ser perfectamente el sonido que hace un ventilador en las calurosas tardes de verano, y muchas otras pruebas irrefutables que esperan funcionar y hacer creer al espectador las partes que no conocemos de lo que llamamos como realidad. Bueno, en Shadows Awakening han querido saltarse lo de las pruebas y directamente nos han presentado un mundo paralelo que ha de convivir, vamos a analizarlo.
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Como si hubiéramos salido del casting de The Walking Dead o nos hubiéramos levantado un domingo después de haber salido de fiesta la noche anterior y haber llegado a casa vete tú a saber cómo, aparecemos en Shadows Awakening encarnando… – No puedo usar esta palabra ya que carne es lo que le falta a ese monstruo espectral – controlando, mejor dicho, a un demonio del mundo de los muertos. Este ha aparecido entre las sombras ya que el que dice ser el único ser vivo de las catacumbas (aunque veremos ratas por doquier) necesita ayuda para sobrevivir.
Con un inglés maravilloso, que podemos traducir al castellano pero me parecía un ataque a la obra, esta historia comienza. Nuestro primer objetivo, marcado con un signo de exclamación amarillo que desentona bastante con el entorno, será consumir un alma de un gran personaje de la realeza, que destacarían por ser un guerrero pesado, uno más ligero o una maga para que nos acompañen, pero cada cual por su mundo. Como a mi me encantaba Jorge Blass cuando aparecía en antena con sus trucos de magia, el alma que decidí consumir fue el de la fémina.
Una vez somos dos en la escena el juego cambia completamente. La realidad de las sombras que merodea el demonio se complementa con la realidad de los vivos, disfrutada por el personaje que hayamos decidido. En cada una de ellas encontraremos enemigos diferentes, en distintos puntos del mapa, diferentes lugares que saquear y encontraremos objetos únicos en uno u otro. He sentido esto como abrir la caja de Pandora, si por algún casual fueran pocos los peligros de una realidad, ahora tenemos dos.
Pero lo mejor de todo es que tenemos que utilizar ambas para ir avanzando en nuestro viaje. Es cierto que los puzles no son demasiado complicados, tan solo nos robarán un poco de tiempo hasta que descubramos bien qué cambia en cada realidad. Aunque parece como un recurso fácil para hacer que el jugador pase más tiempo del que en principio debería para que la experiencia de juego sea un pelín más larga.
Pero bueno, esta parece que es la mejor forma para que el jugador se tome realmente en serio la presencia de dos formas diferentes de juego, si pudiéramos avanzar completamente solo por una de ellas seguramente la aprovecharíamos y nos olvidaríamos completamente de que la otra existe. Además, a lo largo del viaje encontraremos más almas que se unan a nuestra cruzada.
La sensación que sí me ha preocupado desde casi el comienzo es que fueran a tocar más palos de los que realmente hacían falta en el juego. Ya lo dice la sabiduría popular: “Quien mucho abarca, poco aprieta”: Y es que este, sobre todo, trata de un juego RPG lo que significa que iremos encontrando objetos en nuestro camino que nos proporcionarán mejores habilidades y estadísticas. Además han querido implementar, como ya he dicho, puzles que sean clave para el avance del juego. La cosa es que no han querido parar ahí y también es un juego de aventuras y plataformas.
Por suerte, esta sensación no ha derivado en nada malo. Sí, es cierto que han tratado de hacer muchas cosas diferentes en un juego relativamente simple y por ello no destaca en ninguna de ellas excepcionalmente pero es una aventura entretenida y, al fin y al cabo, eso es lo que importa.
Artísticamente me ha sorprendido para bien. El juego es muy bonito, sobre todo una vez salimos de las catacumbas y, pensad, cada uno de los parajes que disfrutamos en una realidad están recreados en la otra. El título aprovecha sus pasillos, su historia lineal, para aprovechar cada centímetro de camino, cada esquina, para dejarnos detalles en una y otra forma de percibir el mundo. Y es que la implementación de ambos, la convivencia y la existencia de estas realidades están hechas de una forma buenísima. El cambio de una a otra es lo más normal del mundo gracias a esta forma de haber creado los visuales de las realidades.
Ni uno, ni dos, ni tres, sino dos mundos
El juego, a pesar de que me ha parecido puntualmente que quería abarcar más de lo que en un principio podría suponer, me ha parecido una aventura entretenida y bastante original. Con pequeñas pinceladas de dar al jugador elecciones propias, parece que el juego quiere acercarse más a la forma de juego de aquel que sostiene el mando, aunque el camino del juego es totalmente lineal y nos obligan a ir alternando los puntos de vista. No es que esto sea malo pero personalmente no me gusta sentirme tan acorralado en un juego, tal vez se solucionara un poco eliminando el minimapa para elevar la dificultad del viaje.
Este análisis se ha realizado con una clave para la versión de PlayStation 4 cedida por Meridiem Games.