Fe en el caos
El pasado E3 nos dejó muchas sorpresas. Quizás algunas menos de las que nos hubiese gustado, pues muchas de ellas pudimos conocerlas durante los días previos al evento gracias a la enorme avalancha de filtraciones y rumores que tuvo lugar. No obstante, FromSoftware, sin lugar a dudas uno de los estudios protagonistas del evento, se salió con la suya presentando dos proyectos de los que no teníamos ni la más remota idea: Deraciné, una peculiar aventura para realidad virtual presentada durante la conferencia de PlayStation, y Sekiro: Shadows Die Twice, título de acción en tercera persona que, curiosamente, hizo acto de presencia en la conferencia de Microsoft. No obstante, quizás lo más llamativo de ambos proyectos no se halle en su concepto, planteamiento o ejecución (más allá de lo interesante que pueda llegar a ser ver un sucesor de Dark Souls en nuestras PS4 y Xbox One), sino en su dirección, y es que ambos productos se encuentran acaudillados por el presidente de la compañía, Hidetaka Miyazaki.
No es la primera vez que en HyperHype le rendimos tributo al señor Miyazaki. Junto a Kamiya, Miyamoto y algún que otro loco más, Hidetaka conforma, al menos para un servidor, la crème de la crème del desarrollo contemporáneo, habiendo demostrado en varias ocasiones su exagerado conocimiento del sector y su amplia maestría a la hora de diseñar mecánicas y fórmulas completamente nuevas, basándose en principios básicos del desarrollo. Miyazaki sabe lo que funciona, y, desde luego, sabe hacer las cosas funcionar. Un hombre acostumbrado a liderar diversos desarrollos de forma simultánea, que, de hecho, se inspira a través del desarrollo y perpetuación de su propia obra, lo que proporciona un transfondo y lore enfermizos a la mayoría de sus entregas. De hecho, a través de una reciente entrevista con la división americana de PlayStation, hemos podido conocer de primera mano cómo el directivo se retroalimenta basándose en sus propios progresos.
“Estoy acostumbrado a dirigir varios proyectos a la vez”
“Armored Core 4 y Demon’s Souls se desarrollaron al mismo tiempo, al igual que Bloodborne y Dark Souls III. Esta es una situación normal para mí, pero lo que no era normal era anunciar dos juegos a la vez. De hecho, prefiero la dirección paralela“.
“Como creativo, si te centras en una única cosa todo el tiempo es fácil quedar atrapado en esa mentalidad. Es más sencillo encontrar inspiración cuando trabajas en varias cosas que cuando te fijas en una“.
– Hidetaka Miyazaki, padre de la saga Souls
Estas declaraciones me recuerdan, ineludiblemente, a todos esos desarrolladores que, durante su época de trabajo, se distancian todo lo que pueden del panorama relativo al ocio digital, desconectando de las novedades que surgen en él y abandonando los videojuegos por una temporada con tal de no introducir en su juego mecánicas de otros títulos o, en pocas palabras, coger más inspiración de la cuenta de otras obras ajenas a tu marca.
Personalmente, y desde mi más plena inexperiencia, siempre he visto en este movimiento algo cobarde e inseguro; un mal ejercicio de autocontrol que acaba provocando un efecto contrario, palpable en el producto final. En este sentido, el esquema mental de Miyazaki me parece ejemplar. En ocasiones, la inspiración no hay que esperarla, sino buscarla. Dar pie a que tenga lugar, reflexionando sobre lo que funciona en otras entregas o participando en otros proyectos que, de una manera u otra, permitan al cerebro trabajar. Más allá de eso, el hecho de estar al mando de dos aventuras tan independientes no está exento de virtudes meramente técnicas, pues también puede dar lugar al reciclaje de materiales gráficos o, en el mejor de los casos, de ideas que no acaban de cuajar en una determinada entrega, pero que sí pueden aprovecharse, modificando su enfoque, en otras circunstancias.
Puede que, al final del día, el hecho de liderar una compañía como FromSoftware de más calentamientos de cabeza que satisfacciones, pero todo esfuerzo tiene su recompensa. Y la de Miyazaki, en términos meramente fanáticos, no creo que sea escasa.