Blizzard, tenemos que hablar

Me flipa Overwatch. No es ningún secreto, vamos. La obra cumbre de Jeff Kaplan es, para mí, uno de los shooters más adictivos de los que hemos podido disfrutar durante los últimos años, contando con un plan de contenido sólido, un modelo de negocio francamente admirable y una comunidad considerablemente sana, en comparación con las sociedades que se crean alrededor de otras propuestas de semejante calibre. Es un título en el que, por más que quieras dejarlo de lado, siempre acabas recayendo tras un par de semanas, gracias, en parte, a las grandes novedades en forma de eventos que se introducen de manera periódica, así como al mimo con el que tratan a todos y a cada uno de los personajes jugables que componen el plantel. No obstante, en ocasiones no es oro todo lo que reluce, y el anuncio que Blizzard ha desvelado durante las últimas horas supone, al menos para mí, una pequeña mancha en el intachable historial de la compañía californiana.

HammondSiguiendo el calendario estipulado, los más asiduos al juego bien sabíamos que el héroe número 28, previsto para verano, estaba al caer, y es que Doomfist, uno de los personajes más agresivos de toda la selección disponible, llegó a nuestras PS4, Xbox One y PC hace aproximadamente un año. Los rumores, que ya de por sí llevaban siendo bastante sonados un par de meses, se intensificaron en el momento en el que Blizzard comenzó con sus habituales teasers, mostrando una serie de vídeos en el que se nos mostraban determinadas habilidades móviles del personaje. Todos esperábamos que dicha implementación, lejos de tratarse de la Reina de Junkertown (debido al aparente aspecto y rol del héroe), fuese Hammond, un aparente gorila que, junto al veterano Winston, consiguió escapar años atrás de la colonia lunar Horizon. Y, sí, bueno, supongo que, en parte, así ha sido, aunque, para sorpresa de muchos, el primate del que tanto se hablaba en los foros ha resultado ser, al final, un puto hámster. Sí, un hámster, con su bola y todo, vaya.

Quizás haya sido por el modus operandi empleado durante la presentación – que, lejos de levantar expectación como Sombra, ha mantenido en secreto los rasgos más esenciales del ratón durante mucho tiempo -, o quizás haya sido por lo hilarante del concepto, pero lo cierto es que, lo cojamos por donde lo cojamos, la implementación de un hámster en el plantel de personajes de un hero shooter como Overwatch no deja de parecer una broma. Un hámster que, además, parece ir de sobrado por la vida, y cuyo lore se podría resumir, quizás de una forma más escueta de lo que debería, en haber sido modificado genéticamente – lo cual, por supuesto, justifica absolutamente todas sus características, incluyendo su desproporcionado tamaño y su increíble inteligencia -. Es por todo ello que inicialmente una gran parte de la comunidad, incluyendo a un servidor, llegó a pensar, de forma tristemente ingenua, que todo el reveal se trataba de un pequeño troleo; una manera más de Blizzard de jugar al despiste que sirviera como antesala de la presentación oficial.

También conocido como «espécimen 8», Hammond fue modificado genéticamente durante su estancia en Colonia Lunar Horizon y, al igual que Winston, vio aumentados su tamaño e inteligencia. Durante la revuelta de Horizon, acopló secretamente su cápsula de escape a la parte trasera de la nave de Winston y escapó como polizón al planeta Tierra para poder salvarse de una destrucción segura. Tras un accidentado aterrizaje en el desierto australiano, cerca de Junkertown, logró transformar su cápsula de escape en un robot formidable llamado Wrecking Ball que pronto se convertiría en un adversario temible para cualquiera. No habla ningún idioma humano, pero el robot traduce su voz de forma automática con un tono amenazante que resulta de lo más apropiado.Comunicado oficial de Blizzard
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Jetpack Cat. Héroe descartado originalmente por encontrarse “demasiado lejos del profundo lore y de la filosofía del juego”.

Ahora, con el héroe en el Reino Público de Pruebas, podemos estar completamente seguros de que Hammond, denominado oficialmente como Wrecking Ball, es una realidad. El roedor en cuestión, tal y como os he adelantado anteriormente, se encuentra dentro de una gran armadura protectora, que puede utilizar a su antojo para moverse por el entorno como si de Murray se tratase. Cuenta, además, con dos metralletas de gran cadencia pero de escaso alcance, con una gran capacidad ofensiva en los espacios más cerrados, y que se ven acompañadas por la posibilidad de lanzar escudos pasivos y ganchos cada pocos segundos. Estos últimos artilugios son muy similares a los de nuestra francotiradora favorita, pero, en lugar de utilizarse para el desplazamiento directo, permiten el balanceo y posterior impulso de la bola, que en malas manos carece de naturaleza ofensiva.

La armadura de D.Va, el gancho de Widowmaker y el potenciador de Orisa. Las similitudes existen, están ahí, y, al margen de lo polémico del debut, acaban configurando un héroe muy poco inspirado, quizás divertido al final del día, pero que vuelve a abrir el debate sobre la necesidad de nuevos héroes en el título, y sobre la urgencia de un gran cambio que ponga patas arriba no solo el meta, sino también el esqueleto de la propuesta. Desde hace prácticamente un año, las nuevas habilidades de las que hemos podido disfrutar siempre tenían un ligero sabor a dejá vù; pequeñas reminiscencias que, sin empañar la experiencia de juego, impedían al jugador estrenar un personaje descargable con la misma ilusión con la que conoció a los héroes base.

Poco a poco, parece que el único camino factible en este sentido, que busca el avance y vela por el ánimo de la comunidad, es el de los reworks. Afortunadamente, es un sendero que cada vez está siendo más explorado por la división, y que le permite a la compañía establecer diferencias más obvias entre los personajes disponibles. Con la mano en el pecho, pido al estudio, por favor, que sigan por esa vereda. Que, con tal de mantener la armonía de todo el conjunto, traten de establecer, ahora, las distinciones que no pudieron establecer en su día. Mejor tarde que nunca.