The Talos Principle II

Hacer una secuela de The Talos Principle puede parecer trivial: puzlecitos aquí y allá en la naturaleza, un par de conversaciones que medio entiendes y algún giro importante. Hacer un juego como The Talos Principle II es otra historia. Sí, hay puzles en la naturaleza. Sí, hay conversaciones que tendrás que releer para enterarte bien. Pero lo que hace a este juego tan especial y lo que lo eleva por encima de su precursor es la confianza y el orgullo que destila. Últimamente Croteam está teniendo problemas para aterrizar sus obras, y aunque ésta también haya tenido sus dificultades está más que claro que saben cómo hacer un trabajo sobresaliente. La presentación ya tal.

Hace unas semanas publiqué esto acerca del aspecto más filosófico del juego, ya que vi relevante dedicar un artículo más concreto al respecto. Ahora que lo he terminado y lo he dejado reposar un poco, sigo manteniendo que su aspecto más fuerte es el discurso que lleva, las cuestiones que pone encima de la mesa y cómo te va guiando a que saques tus propias conclusiones. Por supuesto, no vas a coincidir en todo porque no hay una respuesta correcta, pero esa es parte de la gracia: entender otras perspectivas y profundizar en ellas ayuda a abordar esas preguntas a un nivel superior de abstracción y comprensión. Partiendo de esto, refleja dicho avance en el conocimiento con la resolución de los puzles, construyendo sobre mecánicas anteriores (ideas) a través de las soluciones (conclusiones) a las que hemos llegado.

Si venís del primer Talos lo que os cuente ahora os va a resultar más que familiar. El juego se divide en 12 áreas principales, cada una con tres mapas distintos. Cada mapa explora una mecánica nueva, con puzles cada vez más complejos (que no necesariamente complicados) para que te quede claro su funcionamiento. A su vez, mecánicas de lugares anteriores irán haciendo acto de presencia, interactuando de formas a priori imprevistas pero muy interesantes. La dificultad dependerá de cada persona; para mí ha sido relativamente sencillo hasta los últimos puzles, que me han dejado con dolor de cabeza por una subida a mi parecer bastante agresiva. Le sumamos unos cuantos puzles secretos, una zona central a la que iremos de vez en cuando y la parte de recoger puzles en sí misma está más que cubierta. Si solo te interesa este aspecto, vas más que cubierto.

El cambio más significativo y que me recuerda a lo que pasó con Portal 2 es la historia. Eres el robot nº 1000 que ha despertado de la simulación, y ese número tan redondito implica que se ha alcanzado el Objetivo, una meta autoimpuesta de la cantidad de nuevos humanos que habría que crear para no mandarlo todo al garete de nuevo. La cosa es que en la celebración de tu “nacimiento” aparece una figura misteriosa gigante, descubrís que guarda relación con una isla y vais a explorar a ver qué pasa. Una vez allí, encontráis una cantidad ingente de tecnología nunca antes vista y lo más importante: puzles que recuerdan a esa simulación del primer juego. No se siente una excusa como en el título de Valve, ya que aquí toman una relevancia narrativa muy especial.

Al encontrarse un nuevo misterio, encontrar un fragmento de texto o ir resolviendo los puzles se irá descubriendo la historia de la ciudad y sus problemas, aún más conversando con tus compañeros de expedición o con el resto de ciudadanos cuando pases por allí. Te meten de lleno en la política, aludiendo a que eres casi un observador imparcial al acabar de llegar al mundo, y presenciaremos las reacciones de la ciudad a tus descubrimientos a través de una red social. No me quiero imaginar la cantidad de líneas de texto que hay en el juego, pero son más que suficientes para que notes que formas parte de esa sociedad, cosa necesaria para sostener la motivación de seguir investigando.

El espacio jugable también ha crecido considerablemente; ya no solo en número de lugares, sino físicamente. Cada zona tiene un carisma propio, con biomas variados y peculiaridades propias. Ampliar el espacio implica que el camino que hay entre puzle y puzle se hace más pesado, por lo que te lo van llenando de puntos interesantes como puzles ambientales, conversaciones, textos y grabaciones. Por desgracia, una vez que te has topado con esas distracciones dejan de llamarte la atención, por lo que hacer más pasadas por el mapa puede hacerse tedioso, especialmente si vas a completarlo todo o te lías con un puzle ambiental.

Al igual que en el primer juego, habrá secretos ocultos y puzles que juegan con el entorno. Habrá que usar conexiones de los puzles para conectarlos unos con otros, así como con elementos externos del mapa en cuestión. Así, consigue dar la sensación momentánea de abandonar esa compartimentación de cada puzle para formar un todo entrelazado. Muchos están bastante bien pensados, pero otros pueden implicar tener que dar otra vuelta entera hasta encontrar un objeto que hace no se qué y se vuelve bastante engorroso. Lo más gracioso es que te indican esos objetos aunque estén escondidos, pero no los vas a ver porque no hay una distinción visual muy clara. Eso me lleva al apartado gráfico. Ay, madre.

Como bien sabréis (y si no ya os lo cuento yo), el juego salió a principios de noviembre. Aunque parezca mentira ha pasado un tiempo, y si estoy sacando el análisis ahora es por una razón muy sencilla: no podía jugarlo. He tenido muchos problemas técnicos: desde un lag intratable incluso en la calidad más baja hasta parones de frames a un ritmo constante, tan constante que llegaba a marearme. Este no ha sido un problema aislado, el foro de Steam echaba humo con la de gente que sufría de esto y de más problemas de rendimiento. Tras tirar muchas horas de mi vida probando configuraciones, mirando foros y bajando de versión en el driver de la gráfica, conseguí que mágicamente tirase decentemente, aunque tuviese que limitar el framerate a 30 FPS.

Entonces es cuando viene la magia, y es que el juego está hecho en Unreal 5 y se ve de vicio. El toque realista le viene que ni pintado, hay paisajes que sobrecogen y te dejan con la boca abierta, hasta ahí todo genial. El Modo Foto permite disfrutar de estos entornos aún más, permitiendo composiciones chulísimas incluso dentro de los propios puzles. Los elementos y objetos no rompen con la estética establecida, pero corren el riesgo de no llegar a verse en alguna ocasión, sobre todo con los puzles ambientales. Los problemas vuelven cuando hay cosas que se mueven, como la cara de los personajes o partículas de un objeto, cuyas sombras dejan un ghosting feísimo incluso en calidades altas. Esto afecta desde el brilli brilli hasta las líneas que unen los conectores.

Lo que era un ambiente impresionante se vuelve un borrón de puntos que destroza por completo la inmersión, porque pasas a estar más pendiente de los fallos visuales que otra cosa. Sin embargo, la palma se la llevan los reflejos, tanto en los materiales como en el agua. Para empezar, la luz solo se refleja de los objetos que están en pantalla, teniendo dos efectos secundarios: ves reflejos donde no corresponden y desaparecen si algo se pone delante. No he podido probarlo mucho en calidad Ultra porque han tenido a bien hacerla inaccesible si no cumples ciertos requisitos, ni siquiera en el Modo Foto.

Según tengo entendido todo esto no es culpa del motor sino de una mala configuración por parte de la desarrolladora, en este caso Croteam. Tampoco te dejan quitar el antialiasing, supongo que para disimular un poco el problema de las partículas y el grano en las sombras y los reflejos. Ah, el problema del lag volvió de forma puntual en una de las últimas áreas, así que ni con el último parche se ha solucionado. Se arregló mágicamente tras varios reinicios, pero no he dejado de tener tirones en ningún momento. Desde luego, si no hubiera recibido la clave de prensa habría pedido el reembolso sin pensármelo dos veces.

Una obra maestra manchada por su rendimiento

Si le he dedicado tantas líneas al rendimiento es porque hace muchísimas cosas bien, pero es tan inestable que se siente como una patada en el costado continua. The Talos Principle II es una obra increíble y me da mucha pena por cómo ha salido. Tiene esas reflexiones tan interesantes, una historia que te tiene en vilo constantemente y un mundo que te atrapa al segundo. Plantea puzles con una dificultad cuestionable, pero más que entretenidos y refrescantes. Sus personajes son carismáticos, cada uno con una identidad magnéticas y con sus principios y dilemas.

Rebosa cariño por todos los costados y no paro de hablar de él a mis amigos, y me duele muchísimo no poder recomendarlo en su estado actual, al menos en PC. Si no tienes un ordenador pepino te vas a comer un apartado gráfico y artístico que dejan que desear. El juego ha sido muy bien recibido y con toda la razón del mundo, pero hasta que no se solucionen sus problemas de rendimiento mi recomendación es esperar o pillarlo en consolas, que va mucho mejor. No lo perdáis de vista, eso sí. Es un juego indispensable, que no quepa la menor duda.

Este análisis ha sido realizado mediante una copia digital para PC cedida por Cosmocover.