Va a acabar teniendo más episodios que Star Wars
Antes de atacar a discreción con motivos más que justificados, toca hacer autocrítica y reconocer los errores (con alguna pequeña excusa) propios. No jugué The Last of Us (ni la primera parte, ni la secuela) hasta el año pasado. En ambos casos, versión de PlayStation 4 ejecutada en una PlayStation 5 (usurpada del jefe sin coacciones ni presión alguna) y devorados en un plazo de 3 semanas, que no es un mal plazo teniendo en cuenta trabajo y responsabilidades de la vida adulta. Y bien podría aplicar lo mismo Neil Druckmann, asumir responsabilidades de vida adulta, y aprender que está más guapo callado en vez de volver a hablar sobre The Last of Us y confirmar nuevos contenidos que ya podía anticipar cualquiera aunque no tuviera muchas luces.
Es innegable, y sería un error no reconocer, que la última gran licencia creada por Naughty Dog tiene un gran valor a todos los niveles, bien sea creativo, narrativo, técnico… Y ahora desde el estudio y todos los actores involucrados se busca ampliar esa rentabilidad. En primer lugar, con la serie de HBO que se publica en cuestión de días, y en medio de cuya campaña publicitaria Neil Druckmann (director creativo de The Last of Us, y copresidente del estudio de desarrollo, para aquellos que no le ubiquen) ha tenido que volcar el protagonismo en su persona prácticamente confirmando la tercera parte en una entrevista, bajo el pretexto de que “quedan historias por contar”.
Seamos honestos, The Last of Us: Parte 2 no era en absoluto necesario en términos de la trama. La reescritura de detalles de la entrega original ya deja ver que no estaba en absoluto planeado, y que dejar cabos sin atar no es lo mismo que tener que modificar tu obra a posteriori para cuadrar los detalles que cuadran con tu visión creativa. Es la planificación, estúpido. Y no voy a entrar en detalles como la construcción de personajes, de Ellie y Abby, estupideces de “inclusión forzada” (que dejan en peor lugar a los que la mencionan más que al creativo), o que directamente el epílogo de la segunda parte me sobre tanto a nivel jugable como narrativo.
Que se hable de la elección del reparto de la serie de HBO es una cosa, que el director del juego recibiera amenazas por elecciones creativas (de las que se puede discrepar libremente), otra muy distinta. El hecho de que unos personajes nos gusten y tengan un final distinto al que nos gustaría es totalmente irrelevante. El titular del artículo no va por ahí.
You can love or hate the game and share your thoughts about it. Unfortunately too many of the messages I’ve been getting are vile, hateful, & violent. Here are just a handful of them (feel it’s important to expose.) Trigger Warning: transphobic, homophobic, anti-Semitic, etc. pic.twitter.com/uR9vpGgYQa
— Neil Druckmann (@Neil_Druckmann) July 5, 2020
Por donde sí va es por las cosas bien hechas. Y Neil Druckmann moviendo el foco de la serie de próximo estreno (15 de enero en España) a una hipotética nueva secuela, sí. Y no es una cosa bien hecha, aunque sea por respeto a una obra en la que intervienes directamente. Hay que ver cuanto se ha modificado de la primera parte en el nuevo relanzamiento del mismo el próximo 3 de marzo para que todo encaje en base a la secuela. Y eso es otra cosa mal hecha en la que el bueno de Neil también habrá tenido mano y poder de decisión. Y The Last of Us: Parte 3, si va a ser innecesario, mejor no recibirlo. Mejor conservar el legado de la franquicia que dañarlo (más).