No sé que esperarme
Los juegos religiosos no tienen muy buena fama, y es entendible. Más allá de juegos infantiles la mayor parte son, simple y llanamente, un churro. Hablo de los cristianos, que son los que conozco, igual en otras religiones están algo más avanzados, pero sea como sea: es muy difícil hacer un videojuego de la Biblia que se salga de ese ámbito educativo. La Sagrada Escritura es una compilación de libros e historias bastante conocidas y tratadas, e intentar innovar puede ser cuanto menos problemático, sobre todo al hablar del Evangelio y la vida de Jesús. El sentimiento religioso y la importancia que tiene para una persona puede llegar a ser difícil de comprender desde fuera, y por ello la línea que separa la ofensa/blasfemia/ridiculización de una broma inocente es bastante fina.
Los tráilers y diarios de desarrollo de I Am Jesus Christ nos muestran que, efectivamente, es un videojuego. Lleva anunciado desde hace tres años, con un Kickstarter fantasma (no he conseguido encontrar si al final se lanzó) de por medio y una gran dedicación por parte de los desarrolladores. Es un proyecto que se están tomando en serio para hacer el mejor producto posible y se nota. Ahora bien, eso no significa que el resultado sea el esperado o que se hayan tomado decisiones un poco discutibles, muchos derivados del hecho ya de por sí cuestionable de que controles a Jesús. Por ejemplo, que el Espíritu Santo se pueda gastar es delirante y carente de sentido alguno, pero se puede dar un mínimo pase. Por otro lado, en un momento en el que realizas una curación, la solución que se les ha ocurrido a los desarrolladores es que te metas por sus venas y ayudes a sus anticuerpos, supongo. También hay un momento en el que mueves objetos y parece un plásmido de Bioshock, y en las bodas en las que conviertes el agua en vino el tiempo se para a la hora de realizar el milagro, como si de un tiempo bala se tratase. Todo esto sin contar animaciones, apartado gráfico o efectos de sonido.
A todo esto, el equipo de desarrollo esta haciendo como cinco juegos simultáneamente, y teniendo en cuenta la envergadura que tiene este proyecto quizá estén apuntando un poquito alto. No me malinterpretéis, ojalá este juego salga bien y sirva para que alguien conozca más mi religión, pero tengo miedo de que, al llegar la crucifixión, tenga que machacar muy fuerte la barra espaciadora para rasgar el velo del templo. El Evangelio tiene momentos tremendos, y la Pasión de por sí a nivel narrativo es acojonante, pero es igual de adaptable a un videojuego que Orgullo y Prejuicio. Hablando en plata, es un marrón de narices y tienes que conocer muy bien el medio para adaptar su jugabilidad y narrativa sin que parezca que tienes superpoderes. No diré que no se puede hacer, pero la solución no es a Jesús le brillen las manos y salgan chispitas, o que derrotar a los demonios se convierta en un shooter. Para eso está DOOM, y DOOM lo hace muy bien.
Siendo honestos, no espero gran cosa de este juego. Es una idea loable intentar acercar a más gente a través de un videojuego, pero es un alma de doble filo. A este juego se le dará caña cuando salga seguro y se podrá discutir cuán justo es según qué cosas, pero algunas que se han mostrado hacen saltar las alarmas. Ojalá este juego acabe saliendo bien, y lo digo con la menor ironía posible, porque se nota que le han puesto muchas ganas y están cuidando los detalles. Las actualizaciones de que ha ido haciendo SimulaM en YouTube muestran que el juego ha mejorado desde que se anunció, aunque vaya a petardazos por grabar a la vez que lo enseñan. Es cierto que al ser en primera persona se vuelve a veces inintencionadamente cómico, y aún así está bien que intenten recrear las distintas ciudades. Además, el juego está doblado y las misiones no parecen ser del todo lineales, ósea que hay cierto margen para evitar que se vuelva un pasillo. Hay una demo en Steam por si queréis probarla y el lanzamiento como tal es en medio año, así que algo de tiempo tienen aún para mejorar, pulir y ver qué sale. Sea lo que sea, indiferentes no nos va a dejar.