La ciencia nunca golpeó tan duro
Por algún capricho del destino, de pequeño desarrollé una afición por el cine de vaqueros. Ese western clásico, con olor a rancio donde tipos duros competían por ver quien necesitaba pestañear menos al enfrentar el peligro me cautivó. Por suerte o por desgracia, no fue mucho el tiempo en el que me convertí en un consumidor voraz de este contenido, el cual quedó rápidamente relegado a un rincón de mi subconsciente. Desde entonces no he vuelto a las andadas en muchas ocasiones. Puedo confesar alguna pequeña recaída con Red Dead Redemption o su secuela, obras magistrales del medio, pero poco más.
Otra pronta etapa de mi vida estuvo marcada por la literatura esotérica. Nada muy raro, no os vayáis a pensar, pero ahora miro atrás y veo a un joven intensito creyéndose emocionalmente profundo mientras leía a Lovecraft, Poe o Barker. Poco imaginaba entonces que, años después estos dos géneros se mezclarían una vez más (el weird y el oeste llevan bailando juntos desde antes de que naciera, pero no era conocedor de ello), aterrizando esta vez en este medio videolúdico. Así, en los últimos años, son varios los juegos que han apostado, de distintas formas por esta fusión. Obras como Hard West 1 y 2 abordan el oeste siniestro desde un estilo RPG marcado principalmente por juegos como XCOM. Weird West por su parte, intenta unificar el shooter isométrico con el inmersive simulator.
El título que nos reúne hoy aquí, Evil West, el cual también usa la misma coletilla para marcar su ambientación, apuesta también por las mezclas, intentando en esta ocasión trasladar mecánicas de combate propias de hack & slash clásicos, de títulos como Devil May Cry con sistemas más modernos, donde la referencia más clara la conforma God of War (2018). Por si fuera poco, el equipo de Flying Wild Hog intenta sazonar la experiencia con el espíritu rebelde de shooters como Doom Eternal. Apriétate el sombrero vaquero, que se vienen curvas. Y si puedes protégete el cuello, esas sanguijuelas no dudarán en echársete encima.
¿De quién son estos puños?
He de decir que llevaba tiempo con la vista echada hacia Evil West, y durante todo este tiempo, pensaba que estaba delante de un shooter en tercera persona. Quizás sea culpa de mi interpretación, pero los trailers y escenas de gameplay por las que pasé no parecían transmitir el verdadero espíritu del juego, que no es otro que una mezcla de muchos. La cosa va de matar vampiros y de paso, otras criaturas fantásticas que puedan surtir el repertorio de los hermanos Grimm. Para ello, vamos a utilizar principalmente los puños. A base de golpes tendremos que abrirnos paso escenario a escenario, con mecánicas de combate inspiradas indudablemente en los movimientos sin armas de Kratos en las nuevas entregas de God of War. De hecho, hasta los cofres se abren con la misma mala leche. Esto resulta en una confusión para el jugador en los primeros compases del juego, provocando que no pudiera dejar de pensar en que estaban vendiendo a 50 euros un clon de God of War.
Por suerte, no tendremos que avanzar mucho hasta comenzar a desbloquear nuevas armas y herramientas, que traen consigo todo un conjunto de habilidades nuevas que aportan variedad al combate. Entre ellas, contaremos con varias armas a distancia propias de la época, tales como revólveres, rifles o similares. Lejos de ser poderosas compañeras en todo momento, serán principalmente útiles de forma estratégica, al utilizarlas cuando nuestros rivales expongan sus puntos débiles, lo que provocará heridas considerables y en muchas ocasiones nos permitirá curarnos, por ello, siempre hay que estar alerta, aunque tengamos toda una horda de chupasangres a medio palmo. Es este un factor fundamental en la experiencia una vez avanzamos en la trama, ya que pese a contar con muchas herramientas diferentes, tendremos que usarlas con presteza y sin pensar mucho ya que cuando nos demos cuenta estaremos con el agua hasta el cuello, enfrentándonos a oleadas de enemigos considerablemente numerosas.
Evil West te obliga a sudar en sus combates, a correr buscando a quién golpear mientras esquivas una lluvia de proyectiles, buscando medios en el entorno para poder ventilarte rápidamente a un grandullón que de otra forma puede complicarte la tertulia. Junto a esto, también te obliga a sudar en sus varios enfrentamientos contra jefazos, en los cuales fácilmente podremos terminar espachurrados si cometemos algún error, ya que, en dificultades intermedias y superiores, el juego perdona muy poco. Lo seguro es que de todos los enfrentamientos vamos a salir empapados de sangre y vísceras, ya que las ejecuciones a los enemigos nos regalan un grotesco espectáculo que además nos servirá para curarnos, de forma similar al sistema de remate de Doom y Doom Eternal.
Antes de terminar, no puedo evitar remarcar que Evil West es uno de esos títulos que ya no se hacen. Lo que quiero decir con esto es que el juego, pese a inspirarse en títulos de la anterior y actual generación, parece propio de consolas una temporada todavía más antigua. Mantiene la esencia de títulos de PlayStation 3 y Xbox 360, más simples, más directos, donde lo bueno si breve, es dos veces bueno. Detrás de la mandanga, hay una historia, y unos escenarios que recorrer. Esta primera, nos pone en la piel de un tipo duro, un buscavidas miembro de una organización secreta de cazavampiros, que todo lo soluciona con más fuerza que maña. Como no, la cosa se lía y será tarea nuestra ponerle solución. Con pocas palabras y muchos actos, sobre todo en forma de violencia desmedida.
De esta forma se da pie a una historia que, si no tiene nada destacable, es cuanto menos llevadera, como uno de esos cuentos que sirven para pasar el rato y poco más. Para ello, aparte de servirse de las propias cinemáticas, intenta introducir (sin mucho éxito) carga a la narración a través del loop jugable. Por desgracia, este consiste en seguir un camino lineal, con desvíos eventuales de corto recorrido con recursos al final, y algunas notas que servirán para expandir el lore del universo. Con ello se unen los distintos nodos de combate, arenas en sí mismas donde nos encontraremos en la mayor parte del juego, de una forma similar a la vista hace no tanto tiempo en Shadow Warrior 3 el anterior título del equipo.
Este título llega en un momento cumbre para los AA, donde son unos cuantos los títulos que han aterrizado en los últimos años con un presupuesto modesto, pero suficiente para producciones de tamaño medio. En este ambiente, es fácil caer en desgracia al compararse con títulos que hayan podido ofrecer una experiencia superior, ya sea por su apartado técnico, jugabilidad, narrativa o innovación. Jugable y narrativamente, no tenemos nada nuevo y de innovar ni hablemos, pero lo cierto es que a todas luces el título sabe exprimir su motor gráfico y ofrecer un resultado muy disfrutable, visualmente hablando. Los escenarios destacan por su variedad y nivel de detalle, por los que recorreremos desde zonas habituales del western, así como ruinas vampíricas o venenosos humedales. Eso sí, sorprende que, pese a su rendimiento adecuado en PC, la única versión disponible para la hermana pequeña de Xbox Series (Series S), la única opción disponible sea 1080/30 fps.
Mejor viejo conocido…
Evil West es una carta de amor a viejas glorias. Con una aventura que dura poco más de 10 horas, donde el único camino a seguir avanza principalmente en línea recta, no pretende que el jugador se enfrasque mucho en cuestiones intrascendentales, sino que se enfoque en lo importante, la hora que se acerca, la hora de las tortas. Con una interesante mezcla de mecánicas de títulos como God of War, Devil May Cry o Doom, es una elección recomendada para seguidores del hack & slash así y del RPG de acción. Y bueno, si te gustan los vampiros, un minipunto extra para ti, y si te gustan los vaqueros, no sé que estás esperando.
Este análisis ha sido realizado con una clave para Steam cedida por PLAION.