Nunca algo en tan mal estado era tan bueno
Por más que esto sea un artículo de Actualidad, las noticias aquí no son nuevas. Las nuevas entregas de Pokémon, Escarlata y Púrpura, son un completo y absoluto desastre a nivel técnico. Allá donde mires, desde la cinemática introductoria a un fotograma en estático en cualquier punto del juego, hay problemas gráficos o errores de diversa índole. Ya todos hemos visto, recibido y compartido multitud de vídeos con situaciones extravagantes, graciosas o simplemente ridículas, por lo que considero que no es necesario hacer de este artículo una recopilación de los mismos, como ya hicimos con Reventure y motivos para jugarlo. Pero sí, antes de que tenga su crítica correspondiente, quiero hacer un “intento” de defensa de Pokémon Escarlata y Púrpura, porque es indefendible a nivel técnico, pero es más que sólido en todo lo demás.
Sin querer entrar en detalles que llegarán junto a la crítica, como la gestión del mundo o la dificultad, este artículo va a centrarse tanto en lo técnico como en lo visual, con decisiones más que cuestionables a partes iguales. Pero antes, toca poner la venda antes de exprimir un limón en la herida. Pokémon Escarlata y Púrpura es una víctima inocente. Víctima de The Pokémon Company, por exprimir la gallina de los huevos de oro sin dar recursos a Game Freak, y también de Nintendo por permitir que una licencia tan icónica como es Pokémon se publique en este estado. Porque (y hablo con conocimiento de causa), Pokémon Escarlata y Púrpura no incumplen ningún requisito técnico de los que exige Nintendo para publicar. A partir de ahí, todo es cuestión de pulir y mejorar. Algo que en GameFreak no han hecho (o no les han dejado hacer).
El llamado “Dexit”, en referencia a la no inclusión de todas las criaturas existentes en Pokémon Espada y Escudo allá por el año 2019 fue solo el primer síntoma de la situación. Aunque solo sea por pura logística, estaba claro que llegado el momento, introducir nuevas especies en cada generación y acarrear todo lo anterior iba a terminar siendo inviable. Y Game Freak, como otros tantos estudios propiedad de Nintendo o, como en este caso, asociados a ellos, no ha visto ampliadas sus plantillas de manera acorde al progreso técnico de los tiempos. Y el choque fue brutal en su momento, con un cambio de paradigma importante, de la misma manera que vuelve a serlo ahora, con el paso a un mundo abierto de verdad. Más allá de Leyendas Pokémon: Arceus (en cuyo caso sinceramente creo que el problema recaía, más allá de lo técnico, en cuestiones artísticas), aquí es todo lo contrario.
Ya no se trata de que las luces no funcionen de manera adecuada, o que haya colisiones que den lugar a situaciones cómicas. Detalles como que prácticamente cada casa o edificio fuera accesible daba una sensación de realismo que difícilmente se puede igualar. Más allá de fomentar la exploración, veías que había un mundo vivo. Ahora, los centros Pokémon son gasolineras, y las casas con las que se puede “interactuar” se reducen a menús contextuales. Vale que ya hay problemas notables con los modelados de cientos de Pokémon, pero no por ello hay que dejar de mirar la luna y fijarse en el dedo.
Pero más allá de todas estas circunstancias, realmente me niego a calificarlas de problemas. Al igual que sucedió con The Legend of Zelda: Breath of the Wild, abandonando la estructura clásica de la saga, hubo críticas y aplausos. En el caso de Pokémon Escarlata y Púrpura, el desastre técnico está ocultando todos los aciertos que ha habido en su transición al mundo abierto. Las diferentes líneas de la historia, la libertad total, etc… Vale que sea tendencia criticar a la última entrega por el hecho de ser la última y no cumplir las expectativas, para luego caer en un revisionismo histórico que la encumbre con el paso de los años, pero tachar de vergüenza este lanzamiento solo deja ver que no se ha jugado al juego ni un minuto.
Porque jugando, todo da igual, exploras Paldea como te viene en gana, y puedes fijarte en los problemas técnicos, pero también puedes pasar de largo, porque tampoco arruinan la experiencia. Y mira que me gusta sacarle punta a todo como al que más, pero en esta ocasión, solo puedo sacar el escudo y defender aquello que lo merece.