Mi abuelo tenía razón, los hippies esos no son de fiar
Escribo este texto acuciado por el estresante ritmo de vida que a muchos nos acompaña. Trabaja, come, duerme, descansa el domingo, repite. Nos encontramos tan dentro del modelo productivista actual que pocas veces nos damos cuenta de las cargas que vamos acumulando. El estrés, el cansancio continuo y la ansiedad son algunos de los problemas que a muchos nos acechan en algún momento y los cuales solemos despojar de la importancia que tienen. Nuestros chakras se encuentran, normalmente bloqueados o influenciados por las pasiones oscuras y los venenos del día a día. Inconscientemente, nos arrastramos paso a paso hacia un oscuro agujero, del cual cada vez es más complicado voltearse en busca de la luz.
Por suerte para vosotros, estas aciagas noticias no tienen que ser una premonición de muerte. Conozco un lugar, un espacio reservado para unos pocos, donde podréis alejaros de los influjos del día a día, donde la calma, la meditación y la respiración controlada serán vuestros únicos jefes. Toma, aquí tienes un prospecto. Intenta no hacer caso a las minucias que leerás en la red, como el elevadísimo precio del retiro o las revelaciones biográficas del maestro, esas que dicen que este proyecto no es más que el último capricho financiado por su herencia multimillonaria. Créeme, es un buen tipo, y muy competente. Se lo ha ganado.
Limpia tu mente, vacía tu alma
Jess Briars está mal. Arrastra traumas y complejos desde pequeña que intenta encerrar en lo más profundo de su mente. Esa estrategia le ha “funcionado” hasta que, de una vez por todas, termina por escuchar las palabras de su amiga, quien le asegura que el retiro en Glory, una paradisíaca isla en el pacífico, le ha ayudado muchísimo a reencontrarse consigo misma. De esta manera comienza The Chant, la primera producción de Brass Token distribuida por Prime Matter. En un juego que se define como un survival horror, los primeros compases de la aventura, marcados por la belleza de la naturaleza, la calma espiritual y la tranquilidad general, amenazan con desmontarse en cualquier momento, dejando paso a la jarana.
Como no podía ser de otra forma, esto sucede rápido. Este punto es uno de los que más lastran la experiencia del juego. Al poco tiempo de llegar a la isla, y de conocer ligeramente al resto de miembros del retiro, las cosas se van de madre y seremos nosotros los responsables de intentar solucionarlo. Mientras que la protagonista se presenta muy interesada en salvar a sus nuevos amigos, desde el punto de vista del jugador no son más que desconocidos muy echados hacia el drama. Se hace difícil conectar con cualquiera de los personajes, incluso con la propia amiga de Jess ya que ninguno de ellos termina de ofrecer algo relevante, para la trama o mensaje del título.
Pero ya que empieza rápido, al menos también termina con celeridad. A lo largo de las cuatro o cinco horas de duración, tendremos que avanzar por la isla de Glory, recolectando recursos que aseguren nuestra supervivencia, luchando contra la “fauna local” y resolviendo puzles que, sin ser muy complicados, nos harán dar alguna que otra vuelta por cada zona. Con ello se concretan las bases del survival horror clásico que el título pretende ofrecer. Con una suerte de quiero y no puedo, la propia descripción de su página de Steam indica que tanto luchar como correr y esconderse son opciones válidas. Respecto a esta segunda, está presente un intento de emular mecánicas típicas de esta nueva horneada de terror, donde la violencia no es la solución, que no ofrece demasiadas opciones, más allá de recluir a las presencias hostiles en una región del terreno limitada. Eso sí, frente a la falta de opciones en esto, destaca la variedad de criaturas que se cruzarán en nuestro camino, cada una con sus fortalezas y debilidades.
Esta salvía pega muy fuerte
Es por ello que enfrentar a los enemigos suele ser la mejor opción, para esto se implementa un sistema de combate cuerpo a cuerpo algo tosco pero permisivo (al menos en dificultad normal), donde los errores se castigan con poca dureza. Yo, por ejemplo, he atacado más de una vez cuando no debía hacerlo y esquivado a destiempo, pero he completado el título sin morir ni una vez. Lo más interesante de este apartado es el uso de armas místicas, como atados de salvia de esos que tu prima la fumeta tiene en su caravana o similares. Junto a estas armas, obtendremos cristales del resto de personajes que nos otorgarán poderes especiales, como ralentizar el tiempo o invocar un pulso de fuerza. Además, servirán como tarjetas de acceso a distintas zonas del mapa, sin las cuales será imposible avanzar.
Posiblemente, el factor determinante de la experiencia es su historia. Inspirada en películas como Midsommar, seguiremos la pista de una secta fundada en los 70 movida como muchas, por la sed de poder. Encontraremos aquí una aventura espiritual-lovecraftiana que, si no ofrece nada refrescante, tampoco decepciona. Es una pena que el resto de sistemas presentes en el título no la acompañen como debería, mostrando que un título como este podría funcionar mucho mejor optando por un estilo totalmente diferente, dirigido hacia las aventuras narrativas, con un estilo similar a las producciones de Supermassive Games (The Quarry, Until Dawn, The Dark Picture Antology…). Pero al menos, la trama se deja contar y se acompaña de una más que efectiva banda sonora. Paul Ruskay es el responsable de ofrecer una banda sonora caracterizada por el Rock electrónico y las corrientes psicodélicas de aquellos maravillosos 70.
Una experiencia comedida, en ambición y acabado
En un momento en el que contamos con la llegada de unos cuantos AA de grandes prestaciones, es más fácil notar la costura de otros títulos que ofreciéndose a precios similares, no son capaces de llegar a tanto. Este es el caso con The Chant, que ofrece una experiencia interesante, pero poco más. Un poco de terror (no mucho), una pizquita de supervivencia (sin pasarse) y sazonado con sectarios locos y deidades cósmicas, puede ser una buena opción en caso de cruzarse en unas buenas rebajas, pero no mucho más. Ahora si me disculpáis, voy a meditar un rato, a ver si regenero mi salud mental.
Este análisis ha sido realizado con una copia para Steam cedida por PLAION.