Nintendo Switch sigue recibiendo un trato de segunda
Wii U fue uno de los mayores fracasos que se recuerdan de Nintendo. 13, 58 millones deconsolas vendidas. Inexplicablemente, aunque razones podríamos buscar, la empresa dirigida en ese momento por Satoru Iwata pasaba de tener dos de las consolas más masivas de la historia, Wii y Nintendo DS, a ser totalmente irrelevante. Y, aunque los años nos han demostrado que esa irrelevancia de Wii U solo se quedó en el terreno de puras cifras y no en el de la calidad, algo en ese momento se rompió entre las third parties y Nintendo.
Ahora, muchos años después y con esa etapa ya superada, el escenario es diferente. Después de una época muy interesante de rumores sobre ese extraño proyecto “Fusion” o “NX”, recibíamos ese concepto de videoconsola híbrida. Switch fue un movimiento inteligentísimo que buscaba unificar mercados y conseguir llevar toda esa audiencia que sí estaba teniendo 3DS en portátil a un terreno sobremesa. Terreno más relevante a la hora de desarrollar y, sobre todo, más lucrativo si pensamos en los precios de juegos y servicios adyacentes.
La gran N más grande que nunca
Hace unos meses recibíamos la confirmación de que Nintendo Switch era ya la consola de “sobremesa” más exitosa de la historia de la empresa nipona. La posición que hasta ahora había ostentado Wii, era ocupada por la nueva de la casa. Solo superada por Game Boy y la todopoderosa Nintendo DS, las cifras de ventas de la híbrida alcanzan, a día de hoy, los 111 millones de unidades. Un hito que ya parecía imposible dada la evolución del mercado, tanto por parte de la competencia de Sony y Microsoft en el terreno doméstico, como de los dispositivos móviles, a nivel portátil. Pero es que, además, en este caso no nos encontramos en una situación como Wii.
Al haber atacado tan directamente al mercado “casual”, aunque prácticamente todos los domicilios tuvieran una enchufada a su televisor, no eran tantos los que compraban juegos asiduamente. Este contexto dio una popularidad enorme a propuestas como Just Dance, de Ubisoft, o el propio Wii Sports. Pero que tampoco permitía que propuestas más hardcore tuvieran una relevancia muy notoria en la consola con controles por movimiento. Esto, sin embargo, no ocurre en Nintendo Switch. El “efecto Switch” es algo que de lo que ya se habla en la prensa especializada. Prácticamente todo lo que sale en la consola de Nintendo vende. Los usuarios de la híbrida son una mezcla perfecta entre diferentes perfiles. Por un lado, tenemos fans de la marca y de los videojuegos en general que se han acercado a la misma por lo diferente de su propuesta. Y por otro, un mercado casual que, gracias a la pandemia y la “frikización” de la población (término que me acabo de inventar), también se han sumado, esta vez atreviéndose a probar muchos más juegos.
Originalidad, desarrollo y ventas
Esto se suma a que nos encontramos en un momento en el que el paso de la generación PS4/Xbox One a PS5/Series está siendo mucho más lenta de lo esperado. La fabricación de hardware no despega y tenemos además a las empresas subiendo precios por la inflación. Dos años después de su lanzamiento, para rentabilizar los desarrollos, las propuestas que nos llegan siguen siendo cross-gen, incluso de las propias first party. Un caldo de cultivo perfecto para aprovechar toda la masa de consolas vendidas que tiene Switch ahora mismo en el mundo. Y, sin embargo, no veo que esto esté siendo un punto clave para las decisiones y desarrollo de propuestas de las third-parties.
Hemos llegado a un momento en el que el desarrollo de videojuegos es muy caro y alargado en el tiempo. Las empresas prefieren hacer menos desarrollos y más “notorios”, ahí están los cuádruples A de los que tanto se está hablando, que apostar por propuestas más comedidas. Rentabilizas un mismo desarrollo, además en dos consolas. Pero estamos hablando de que Switch tiene 111 millones de aparatos en las casas de la gente. Los usuarios de la consola están deseosos de recibir títulos. Tanto es así que Nintendo lo está aprovechando para popularizar marcas que quizás habían quedado en segundo plano. Casos como el de Metroid Dread, que ha conseguido ser la entrega más vendida de la franquicia con una propuesta 2D. O el de Kirby y la Tierra Olvidada, dando un paso hacia el siguiente nivel, apostando por un juego de mayor envergadura.
Por eso me sigo sin explicar cómo las empresas no llegan a lanzar propuestas importantes en Nintendo Switch, algo más baratas en ejecución, pero muy lucrativas a nivel de ventas y notoriedad. Sobre todo, mientras los competidores más “potentes” no terminan de despegar. Ubisoft ha sido muy inteligente en este aspecto. Aprovechando por un lado los gustos de los usuarios Switch y la falta de Zelda para lanzar su propia propuesta colorida de mundo abierto, exploración y combate con Immortals Fenyx Rising (aunque luego también tuviera versión para las otras consolas). O el ideón que es Mario + Rabbids. Revitalizando su propia mascota gracias a la de Nintendo, pero además proponiendo un juego muy interesante y muy diferente dentro del catálogo de las dos compañías. No digo que todas tengan conseguir un trato con un personaje de Nintendo para lanzar sus propuestas. Sino de tener en cuenta la idiosincrasia de la híbrida y su mercado para lanzar propuestas quizás no tan ostentosas como un Resident Evil Village o Assassin’s Creed, siguiendo con Ubisoft. O un Crysis o un Kingdom Hearts III, que acaban llegando tarde y mal. Pero sí ver más Monster Hunter Stories, más Octopath Traveler o más Rayman.