Cada uno en su casa y Halo Infinite en la de todos, o no
La deriva que se ha ido tomando a lo largo de los años en el mundo de los videojuegos es extremadamente exasperante, no solo los estudios están tomando direcciones escabrosas, o por lo menos nos enteramos de todas las problemáticas más habitualmente, sino que el propio medio parece ir directo al abismo, sin posibilidad de retorno. Tal vez este problema principalmente afecte a las grandes producciones, ya que los estudios más modestos bastante tienen con lo que deben de aguantar por todos lados, problemáticas que traté hace apenas unos días hablando sobre como cierto sector de la comunidad se aprovecha de los estudios para sonsacarles claves y sacar rédito económico de ello, junto a los mismos publishers, que más allá de intentar aportar a esta industria destruyen desde dentro los propios estudios independientes. Pero lo que nos trae a estas líneas son aquellos que poseen más capital, las grandes producciones que copan el mercado, y que poco a poco deciden el rumbo que este mundillo toma con sus productos. Y aunque todo podría parecer viento en popa para ellos, es su propia ambición la que termina por lastrar y afectarles directamente, juegos donde se invierten ingentes cantidades de dinero, mas nunca son suficientes. Este parece ser el futuro de la industria, grandes palabras y promesas para terminar cediendo ante la propia presión de estas, algo que le ha ocurrido a Halo Infinite, que, tras bastantes retrasos y pocas actualizaciones, decide dejar de lado algo bastante deseado, el cooperativo local.
This is past the point of comedy and is just sad. My brother and I used to play the local co-op for all the games and now all those good old days are gone. This is not a healthy business practice for a game company. https://t.co/Xrak0aJ5ux
— Travis Wheeler (@Dungeon00X) September 1, 2022
Siendo sinceros, Halo Infinite no lleva una buena racha, y desde el comienzo algo iba mal, pues una escasez de contenido y enfoque al juego como servicio desalentaron a los jugadores, pero tal vez lo que más daño haya hecho al juego sea el tiempo que va pasando desde el lanzamiento y el trabajo que se ha realizado desde entonces, el cual considero bastante mínimo. Nuevos mapas y modos de juego llegan, pero no de manera continua, y las prometidas temporadas que vendrían a aportar cosas frescas se reducen a dos, estando actualmente en la segunda y que encontraría su fin en noviembre, fecha que se ha movido a marzo del año que viene. Sin embargo, y muy a pesar de cierto sector, estas temporadas no traerán consigo el modo cooperativo local, el cual se ha descartado completamente, a pesar de las declaraciones realizadas en 2017 al respecto.
Esta nueva ola de decisiones en la industria del videojuego es nefasta, producciones cada vez más grandes, con mayores cantidades de dinero, tiempos de desarrollo que se ven obligados a alargarse en el tiempo y, en muchas ocasiones, diversas formas de explotación laboral y abusos de los derechos de los trabajadores. Cada vez queremos más y más, y la industria intenta doblar las ganas que tenemos, crear un hype desmedido que luego, como es normal, no son capaces de cumplir. Y este problema tiene esas dos raíces, la de un público que pide constantemente que se mejore todo, que absolutamente cada cosa que salga en el juego se vea mejor, que todo se juegue genial, que sea el próximo bombazo y reviente todo a su alrededor, y lo único que provoca es un incendio dentro de estos desarrollos. No quiero dejar este texto echando la culpa al público, pues quien dirige y crea este hype es la propia gente detrás de estos trabajos, los directivos que quieren hacer más y más ventas independientemente del costo, que quieren que, por ejemplo, Halo Infinite se convierta en el juego definitivo, provocando que lo único que sea infinito son sus retrasos.