Mira mi pecho, lo tengo abierto, para que vivas en él
Tratar la actualidad del medio el 1 de enero es muy complicado. Tras días buceando en busca de información, lo único que he encontrado han sido tops, recopilaciones y muchas preguntas de lo que está por venir. ¿Llegará la secuela de Breath of the Wild en 2022? ¿En qué mes saldrá God of War: Ragnarok? ¿Puedo acelerar el tiempo y jugar ya a S.T.A.L.K.E.R 2? De momento, muchas preguntas sin respuesta que, en su base, esconden tremendo “se vienen cositas”. Ah, y podría hablar de tops y recopilaciones sin problema, pero este texto es mío y me lo.
Rebaja un tono que esta es una página llena de luz y amor
A estas alturas todos sabemos cómo acaba la frase que cerraba el párrafo anterior. Y no, dejarla a medias y explicarlo aquí no es una forma de rascar más palabras a una actualidad de la que no sé qué decir. Faltaría más. ¿Quién soy yo para llenar minutos y minutos con contenido vacío basado en chistes malos e hipótesis futuras? ¿Sasel? Por favor, un respeto en esta santa casa que solo reparte luz, amor y buenos textos sin pedir nada a cambio.
2022 apunta a ser, para muchos, el verdadero “se vienen cositas”. Este meme en desuso, normalmente aplicado para crear expectación con la nueva canción de tu primo que junta una base sin copyright, el mal uso del Virtual DJ Pro y una letra que nunca debería ver la luz, es la definición perfecta para el año que se nos avecina. A bote pronto y de carrerilla, soy capaz de nombrar hasta cinco juegos que me tienen salivando: God of War: Ragnarok, Starfield, S.T.A.L.K.E.R 2, Kirby y la Tierra Olvidada y Elden Ring. Imaginaos el nivel que casi me olvido del buen Miyazaki. A estos, por supuesto, se le suman otras tantas decenas de títulos que convertirían esto en un texto tan largo y denso que el SEO nos prohibiría publicarlo.
A lo que voy, por ir condensando este batiburrillo de ideas disperso producto de la falta de noticias, es a lo bueno que apunta a ser un año que huele a histórico. Según el día en que me pilles, soy fan de la farándula o un precavido consumidor que juega a obras que ya peinan canas. Hoy, 31 de diciembre a las 9h20 de la mañana, HOY ME LEVANTÉ RE LOCO. ¿POR QUÉ? PORQUE SÍ. Cuando miro el calendario y veo lo que va a salir, cuando soy consciente del “se vienen cositas” tan tremendo que será 2022, solo puedo dar gracias por estar vivo. Además, existimos en la misma línea temporal que Chayanne, ¿no es eso ya un motivo importante para seguir respirando?
Niño, dejarse de peleas, que se vienen cositas
Este es el punto más importante del texto en el momento en lo que lo escribo. Es más, si no lo cumplís me haréis llorar a mí, a Charlie y a Nachete. Y a mi niño interior, ese del que os hablé en este texto dedicado a Kena: Bridge of Spirits e Ico (vaya manera más sucia de darme auto-bombo y contentar al SEO con un enlace propio. Brillante). Así que ya sabéis, si no queréis ponerme triste no pelearse por cosas tan simples como un videojuego. La vida ya es una mierda y nos lo demuestra con fervor y pasión todos los días, dejemos eso fuera de nuestras maquinitas y machanguitos pixelados.
Como usuario de los cuatro sistemas (aunque mi PC va a pedales y su tope son los títulos de 2013) pocas veces he tenido más expectación por un año. 2022, seguido del rutinario “se vienen cositas” para contentar al monstruo de Google, apunta a ser antológico. Tengas el dispositivo que tengas este tendrá tantos buenos títulos que te van a faltar las horas para disfrutarlos. Por tanto, toca despedirse de las horas de sueño y convertirlas en minutos de vicio. Si ya lo dijo Thanos: “las decisiones difíciles requieren de voluntades fuertes“.
Y hablando de despedidas, ya va siendo hora de cerrar esto. En mi línea temporal, quedan poco más de 14 horas para despedir el año. En la vuestra, en esa en la que este texto ya está en vuestras manos y, espero, haya conseguido colar a Sasel en la maqueta final, estaréis viviendo los primeros compases de un 2022 apasionante. Si te gusta jugar estás de enhorabuena, este año no va a parar de secuestrar nuestra cartera con títulos increíbles. Y si, por el contrario, disfrutas de generar odio y fomentar guerras absurdas, pues… yo qué sé, que te aproveche a ti también, supongo que algún día te darás cuenta.
Feliz 2022. Por un año lleno de “se vienen cositas”.