13 Sentinels: Aegis Rim

Reactivando el centinela

Cuando pensamos en ciertos géneros, ya sean de cine, literatura o videojuegos, tendemos a sacar a la luz un número de obras que, para nosotros, fueron clave para la percepción de dicho género en cuestión. Hay quienes no entienden la fantasía sin Tolkien, o las películas de carreras sin Fast and Furious, pero esto no solo depende de la “calidad” que a título individual le otorgue cada uno, sino también al momento en el que entramos a esa en cuestión.

Cuando somos jóvenes y damos nuestros primeros pasos en estos lodazales es mucho más sencillo que nos sorprendamos, pues todo es nuevo, y el más mínimo cambio nos podía parecer enorme, alzando a un trabajo hasta el panteón de nuestros recuerdos, y os invito a hacer memoria de aquellas obras que en su momento consideramos culmen y el recuerdo que mantenemos de ella en contraposición con lo que podríamos pensar a día de hoy, teniendo siempre en cuenta el contexto en el que surgen las obras y el tiempo. Las obras que marcaron nuestra infancia o llegada al medio son difíciles de bajar de ese podio, tal vez merecido, tal vez no, pero en el cual se afinca haciendo uso de la nostalgia, y para pararle los pies necesitaremos algo verdaderamente rompedor que golpee sin remordimientos los estándares que nos montamos en nuestra cabeza, y es en este contexto donde nace 13 Sentinels: Aegis Rim, fácilmente una de las obras más importantes en el género de la ciencia ficción, y no me refiero solo en los videojuegos.

Ha pasado ya bastante tiempo desde que mi querido compañero Carlos escribiera, de manera muy acertada, este artículo, donde se habla principalmente de nuestro papel como personas que recomendamos juegos y cómo lo hacemos, inflando la burbuja del hype de una manera u otra. No voy a ser el que reviente la burbuja, sencillamente seré otro más que aporta un soplo al vendaval que ha vivido el título desde su lanzamiento, pues allá por donde ha pasado ha arrasado inconmensurablemente. No son pocas las personas que lo han recomendado, y posiblemente, si conoces a alguien que haya disfrutado del juego, lo habrá estado recomendando hasta la saciedad, yo me sumaré a esa ola, pues lo que me he encontrado en 13 Sentinels: Aegis Rim es algo digno de admiración y merecedor de todos los elogios. Antes de empezar a desgranar mi experiencia con el título quiero remarcar que esta crítica no tendrá spoilers, pues considero que la mejor manera de adentrarnos en esta historia es con el menor conocimiento posible.

13 Sentinels: Aegis Rim es uno de los mayores puzles a los que me he enfrentado, pues en vez de posar toda la responsabilidad y carga narrativa en un personaje, o a lo sumo en un pequeño grupo, decide otorgar importancia a ni más ni menos que los trece protagonistas que vemos en todos lados. Estos trece jóvenes proceden de contextos completamente dispares, y muchos de ellos no tienen relación alguna entre si, pero la historia se encargará de ello, conformando así un entramado de conversaciones y encuentros sobre los que se cimenta la totalidad del juego.

La importancia que posee la carga narrativa del juego es fundamental para entender el éxito que ha obtenido, siendo esto uno de los dos pilares que cimentan el compendio de la obra, el cual se encuentra acompañado por la sección “jugable”, de la cual hablaré más adelante. Todo el sistema se basa en conversaciones entre personajes y recuerdos, los cuales podremos sacar a relucir en ocasiones específicas o frente a personas en concreto, dando pie a nuevos caminos que anteriormente nos estaban restringidos al no tener conocimientos necesarios para avanzar. Como si de una araña se tratase, se va conformando una red que crece y crece, hasta que es inabarcable al almacenar una ingente cantidad de información que vamos atrapando poco a poco, como si de incautos insectos se tratasen. Es de esta manera mediante la cual vamos conociendo una trepidante historia fragmentada, pero siempre conectada, aunque en los primeros compases no diera esa sensación.

Mi primer encuentro con 13 Sentinels: Aegis Rim no fue el esperado, pues al tener la opción de ir experimentando los diferentes puntos de vista a través de los personajes elegidos, me encontré ante momentos inconexos, cada uno radicalmente distinto del otro donde primaba más las referencias a obras clave en la ciencia ficción que el crear esas conexiones que, hasta este momento, no logré hilar, momento en el que eché abajo todos los prejuicios que tuve en su momento, y desbaratando de esta manera el concepto que tenía del juego. No quiero entrar más en este tema, pues es terreno peligroso, y si a día de hoy no has entrado al título, te invito encarecidamente a ello, y de la manera más limpia de spoilers que puedas.

Dejando a un lado esto, toca entrar a otro punto bastante importante para el cómputo general, que es el modo Batalla. En este pasaremos de las conversaciones y tramas al combate, entrando de lleno en el fin del mundo junto al resto de compañeros y compañeras, todo para pilotar los robots gigantes que han estado desde el principio con nosotros, y que nos permitirán plantar cara a un final nada deseado. Este modo se centrará en el apartado táctico, teniendo a nuestra disposición una selección de 13 mechas con habilidades distintas que nos serán más o menos necesarias dependiendo del combate y los enemigos que nos enfrenten, encontrando el mejor lugar desde el que lanzar poderosos ataques.

Cada batalla consistirá en derrotar a las oleadas de enemigos que llegan imparablemente, sobrevivir un poco más a la destrucción definitiva mientras buscamos una solución con la que salvarnos. Desde el principio se nos da completa libertad para ir avanzando ya sea en el modo historia como en el modo batalla, decidiendo dónde queremos hacer más hincapié, aunque al final ambos serán fundamentales para completar la historia, pues llegados a cierto punto no podremos avanzar si no hemos realizado, por ejemplo, cierto combate. Aunque puede sonar muy limitante, sobre todo porque si nos centramos en el modo historia luego pasar al modo combate puede ser un jarro de agua fría, está muy bien medido, y a pesar de que esta ha sido mi elección, no me ha supuesto mayor problema el centrarme un tiempo en el modo combate para volver de lleno a la historia de los personajes, aunque conozco gente que sí lo ha sentido de manera distinta. No quiero olvidar los archivos, que a pesar de no ser un apartado jugable per se, sí que almacena toda la información que vayamos recabando durante el juego, sirviendo así como biblioteca de conocimiento a la cual deberemos de recurrir para recordar tanto lo que pasó con anterioridad como la nueva información que plasmemos.

Un estandarte del género

Sin duda alguna 13 Sentinels: Aegis Rim es una carta de amor al género de la ciencia ficción, una obra donde se plasman infinitos guiños a trabajos anteriores que lograron hacer mella en el género, pero de las cuales logra alejarse y crear su propia historia más allá de los clichés típicos, cimentándose en una base narrativa única que encandilará a todos aquellos que disfruten de lecturas intensas y rebosantes de significado. No hay que olvidar que originalmente nació en una consola portátil, y ahora ha vuelto a este terreno de la mejor manera posible, dejando así un port encomiable que sitúa a esta versión como, fácilmente, el mejor lugar donde jugar al título. 13 Sentinels: Aegis Rim es un trabajo que rara vez se encuentra, debido a la complejidad que debe de tener por detrás, pero cuyo resultado es más que meritorio, pues como comenté al inicio del texto, una buena obra puede asaltar nuestros podios personales coronados por la nostalgia, y proclamarse como nuestro estandarte personal del género.

Esta crítica se ha realizado con un código de descarga para Nintendo Switch cedido por Koch Media.